domingo, 14 de abril de 2013

Episodio CLI

Nuevo capítulo lleno de revelaciones!

Tamaño: 7'5


Episodio CLI
J
onyo y el Caballero Negro se encontraban frente a frente en lo alto del acantilado. Blackron sonreía de una forma exagerada. Estaba eufórico y le temblaban las manos de excitación. Sostenía su espada negra con un entusiasmo inigualable, sin poder esperar el momento de lanzarse al ataque, y sin saberlo, la energía que desprendía su cuerpo inconscientemente estaba empezando a aumentar al acercarse el enfrentamiento inexorablemente.

No podía aguantar más, saltó hacia delante y se lanzó volando a ras de tierra contra el caballero, envuelto en un aura negra.

“¡Espera!”

Blackron paró en seco, y un instante después, ya se estaba preguntando por qué había hecho caso de las palabras de una persona a la que tenía intención de matar. Su espada estaba a escasos milímetros de alcanzar la garganta del caballero, y en su imaginación ya se estaba viendo su espada atravesando su cuello y saliendo por la nuca mientras la sangre se deslizaba por la hoja. Sin embargo, se había detenido, y todavía no estaba seguro de por qué.

“¿Qué pasa? ¿Tienes miedo?”

“No. Simplemente… Quiero hablar”.

“¿Hablar? No tenemos nada de qué hablar. Tú quieres evitar nuestro combate”.

“Te equivocas Blackron. Hoy estoy aquí para enfrentarme a ti y derrotarte, pero antes de eso hay cosas que quiero preguntarte, y si no hablamos primero no lucharé” sentenció a la vez que clavaba su espada en el suelo en señal de tregua.

“¿Y a mí qué me importa? ¿Por qué debería hacerte caso?”

“Porque tú no quieres simplemente matarme. Primero quieres derrotarme y humillarme, demostrarme que has estado, estás, y seguirás estando por encima de mí en todos los aspectos, como solías hacer antes. Y si yo no me defiendo y simplemente me matas, tu venganza no será completa”.

El Caballero Negro dudó unos segundos, y terminó retirando su espada de la garganta del caballero, para después envainarla en señal de igualdad.

“Vamos… ¡Y que sea rápido!”

Jonyo sonrió, pero apenas le duró la alegría unos segundos. Enseguida se tuvo que poner serio otra vez. Sabía que lo que tenía que decir ahora era delicado y que iba a causar mucho dolor a ambos, pero aun así tenía que decirlo, tenía que preguntarlo, tenía que saber la verdad.

“¿Por qué mataste a Sandra?”

“¡¡¿De eso quieres hablar?!! ¿Pretendes hacerme perder el tiempo? ¿Por qué haces una pregunta cuya respuesta ya conoces? ¡Ya te lo dije aquel día cuando me vendiste a los maderos!”

“No te hagas el tonto. Eso ya lo sé. Lo que quiero saber es la verdadera razón”.

“Ya sabes la verdadera razón, Sandra me había dejado por ser negro. Era un ser despreciable que no merecía otra cosa que la muerte, y por eso fue castigada. En realidad te hice un favor acabando con ella, seguro que te habría terminado dejando a ti también”.

“Sandra sería todo lo que tú quieras, pero si de algo estoy seguro, es de que no era racista. Al fin y al cabo, fue mi novia durante varios años”.

“Jajaja – reía a carcajadas – ¿Estás diciendo que mentí? ¿Qué ensucié el nombre de mi propia raza por esa niñata? ¿Por qué iba a hacer algo así?”

“Por la sencilla razón de que el verdadero motivo era más humillante para ti que el que nos diste aquel día”.

La risa del Caballero Negro cesó de inmediato, pero no dijo nada. Ni corroboró ni desmintió las palabras del caballero.

“Voy a ser sincero. Yo ya sé la verdad, pero quiero escucharla de tus labios. Así que te doy la oportunidad de que me cuentes tu versión”.

Blackron continuó en silencio.

“Como quieras… Lo contaré yo. Sandra no te dejó por ser negro. ¡Te dejó porque nunca estuvo enamorada de ti!” exclamó señalando a su amigo con su dedo acusador.

El caballero pudo ver la reacción de Blackron al escuchar esas palabras, y se percató de que estaba en el buen camino.

“Hace muchos años, tú te fijaste en Sandra. Tu naturaleza salvaje te hizo lanzarte a por ella sin esperar un segundo y enseguida cayó rendida ante tu cuerpo musculoso y tu fina labia. Sin embargo, el amor fácil, fácil viene y fácil se va. A pesar de haberla camelado con facilidad, no pudiste despertar en ella un sentimiento verdadero que prolongara vuestra relación, y por eso terminó contigo. Ella no te dio todos los detalles que tú querías y eso provocó que durante mucho tiempo te torturases preguntándote cómo era posible que una chica hubiese escapado a tus encantos.

Pasó el tiempo, y con tu gran fuerza de voluntad, conseguiste superarlo. Sandra ya era el pasado para ti y disfrutabas liándote con una cada semana como hacía yo. Sin embargo, cuando ya habías conseguido dejar atrás tu frustración, Sandra empezó a salir conmigo. Eso volvió a despertar los fantasmas del pasado, y decidiste averiguar la verdad ahora que volvías a tenerla cerca.

El día que salimos, Sandra se emborrachó tal y como tú contaste. En ese momento viste tu oportunidad. Había pasado mucho tiempo, y sabías que ahora no tendría problema en contártelo, que lo interpretaría como una pregunta sin importancia, que no se daría cuenta de tus verdaderas intenciones.

Al fin obtuviste tu respuesta, pero te arrepentiste de haberla conseguido. Lo que te dijo Sandra no fue que tenía problemas con tu color de piel, sino que cuando estuvo contigo ya estaba enamorada de otra persona, de mí”.

“¡Ja! – Ya no pudo quedarse callado – ¡Es lo más absurdo que he oído en mi vida! Si eso fuese cierto, ¿por qué iba a haber esperado tanto tiempo para irse contigo desde que me dejó? Lo habría hecho y punto, pero no fue así porque su verdadero motivo era mi raza. Que terminase contigo no tuvo nada que ver, fue una casualidad”.

“No se fue conmigo por una razón muy lógica. Que estuviera enamorada no significa que fuese tonta. En aquellos tiempos, yo estaba en una época muy promiscua, me liaba con una cada finde sólo para poder presumir delante de ti. Me daban igual las mujeres y sus sentimientos, sólo pensaba en mí. Por muy enamorada que estuviese, ella sabía que una relación conmigo en ese momento era inviable. Además, a mí me molaban todas. Sandra no estaba nada mal, pero tampoco llamaba especialmente la atención, estoy seguro de que yo no habría dado nunca el primer paso para iniciar esa relación. Es por eso por lo que pasó tanto tiempo hasta que salimos. No me declaró sus sentimientos hasta que me volví un poco más centrado, y no fue hasta ese momento cuando supe apreciarla como es debido.

En resumen, el verdadero motivo por el que mataste a Sandra fue porque descubriste que te había dejado por mí, y eso suponía una cosa que tú no podías permitir. Tu primera derrota frente a mí, la perdida de tu título de amigo triunfador. Si eso salía a la luz, tu superioridad quedaría en entredicho. Te entró el miedo. Miedo porque eso sentara un precedente. Miedo porque yo empezara a superarte en todos los aspectos y al dejar de verte como a un triunfador, perdiera el interés en seguir tratando contigo. Por eso la mataste.

Pero te equivocaste, no eras superior porque me ganaras en todas las actividades deportivas, ni tampoco porque ligaras más que yo. Eras superior porque conseguías todo eso dando lo mejor de ti en cada momento. Eso era lo que más valoraba de ti y por lo que te admiraba. Me avergüenza saber que el hecho de que se hubiese ido con otra persona en vez de con tu mejor amigo habría evitado todo esto.

Ese día, vendiste tu honor a cambio de mantener tu estatus. No te diste cuenta de que no eras menos que yo por los caprichos de una pivita, la ira te cegó y planeaste tu asesinato, sin pararte a pensar que precisamente a través de ese acto te convertiste en un ser inferior, un monstruo sin sentimientos incapaz de medir la gravedad de sus actos. En el fondo no eras más que un joven que quería mantener su vida y sus amigos, que creía que un pequeño cambio podía suponer un giro completo de toda su existencia y, por lo que parece, tenías razón. La prueba es la situación en la que nos encontramos ahora”.

Jonyo terminó de hablar y los dos se quedaron callados durante un rato, pensando, recordando todo lo que les había llevado hasta hoy.

“¿Cómo sabes todo eso? – terminó rompiendo el silencio – ¿Os lo dijo Mesa, verdad?”

“No digas tonterías. Ella era mi novia y tú mi mejor amigo. Os conozco perfectamente a los dos. No necesito que ningún trajeado venga a decirme nada de vosotros. Pero ya que sacas el tema de Mesa, aprovecho para hacerte mi otra pregunta, y espero que esta vez colabores”.

“Ah… ¿Hay más?”

“Es sólo una cosa más. Has estado desaparecido durante varios años. Todo el mundo te daba por muerto, pero nunca encontraron tu cuerpo. El agente Swason coordinó varios comandos de búsqueda para hallar tu cadáver, registraron las aguas bajo el acantilado, los arrecifes, las costas de alrededor, todo… Lo sé porque varias veces me obligaron a ir con ellos para identificar el cuerpo en caso de hallarlo, pero eso nunca ocurrió. Quiero saber qué pasó entonces. Cómo te salvaste, cómo acabaste convirtiéndote en el Caballero Negro, todo…”

“¿Qué te hace pensar que voy a contarte eso?”

“Que tuviste la oportunidad de matar a Kevin, a Mireia, e incluso al propio Arturo pero no lo hiciste”.

“Ni tampoco al pijo de las gafas que iba con un perro negro, pero claro, eso no lo sabe” pensó Blackron.

“Finges seguir las órdenes que te imponen pero en realidad haces lo que te da la gana. Mataste a Seagram porque te daba igual y también nos importaba bastante poco a nosotros, pero nunca quisiste matar a nadie que estuviera realmente relacionado conmigo para que no interpretase que te cobrabas tu venganza con los demás. Me querías a mí y sólo a mí. Por encimar de conseguir tu objetivo, quieres conseguirlo de forma limpia, con tus propias reglas. Y la prueba final es que te has detenido cuando te lo he pedido, porque quieres luchar cuando yo también esté preparado, para que nadie pueda dudar de que tu victoria ha sido íntegramente mérito tuyo”.

“No dices más que tonterías… Está bien, te lo contaré, pero por otro motivo…”

El caballero del rayo puso toda su atención. El misterio que envolvía a la desaparición de su antiguo era uno de los temas que más le habían torturado en su interior en los últimos tiempos. Su reaparición le había causado tanta aflicción como su desaparición, y era el momento de descubrir lo que ocurrió aquel día.

“Ese día, cuando caí desde el barranco de Petoria, derrotado por ti por segunda vez, había abandonado toda esperanza de vivir. Mientras me precipitaba al vacío, pude ver tu imagen difuminándose cada vez más, mientras los escombros que caían conmigo me rodeaban poco a poco.

Me estrellé de lleno contra los arrecifes, tal y como habías deducido. El impacto fue tremendo, las rocas me rompieron los brazos, me partieron las piernas y me fracturaron la columna. Después, los escombros que venían conmigo también cayeron sobre mi cuerpo, causándome graves lesiones, golpeándome la cabeza con fuerza y llegaron incluso a romper el arrecife sobre el que aterricé, hundiéndome en el agua.

Sin embargo, su cuerpo atlético impidió que todos esos golpes me arrebatasen la vida. Ensangrentado, la corriente me arrastró brutalmente, haciéndome chocar contra todas las rocas, hasta que fui tragado por un remolino y acabé en el interior de una cueva submarina, escondida debajo de la isla”.

“Por eso nunca encontraron su cuerpo…” pensaba el caballero.

>>Mi cuerpo no respondía. Tan sólo pude dejarme llevar por la corriente, esperando el momento en que se me acabara el oxígeno y con ello mi existencia. Pero el destino volvió a decidir que no era mi momento de morir, y salí a una gruta en el interior de la cueva en la que había aire.

>>Mi situación no había mejorado mucho. Aunque podía respirar, no podía moverme, únicamente flotaba a la orilla de aquella gruta, envuelto en la oscuridad. La sangre de mis heridas escocía intensamente a causa de la sal del mar, y la sangre se deslizaba por mi cara enturbiándome la vista. El dolor era tan fuerte que terminé perdiendo el conocimiento, seguro que de jamás volvería a despertar.

>>Sin embargo, lo hice. Desperté en una cama fría y oscura, con el cuerpo envuelto en vendas y escayolas. En ese momento no lo sabía, pero Mesa había sido quien me recogió y me curó.

>>No tardó en aparecer. Me contó su vida, pero no le hice demasiado caso. Que si le habían echado de ser profesor o no sé qué, y por eso estaba viviendo en aquella gruta, alejado del mundo. También recuerdo algo extraño… Cuando contaba la historia, daba la sensación de que lo que narraba había ocurrido hace mucho, mucho tiempo. Más del de sus años de vida, muchos más.

>>Nunca le entendí perfectamente, pero me sobraba con saber que simplemente estaba cabreado por algo y se había retirado ahí a pensar. Como todavía no podía moverme, tenía que estar aguantándole contar sus batallitas, bebiendo pacharán y fumando puros todo el día, cuando lo que quería era largarme de allí lo antes posible.

>>Pasaron las horas, los días, y seguía sin poder moverme. Era demasiado tiempo como para que algo como una anestesia siguiera surtiendo efecto, así que empecé a temerme lo peor, así que finalmente tuve una conversación con él.

>>“Tu columna vertebral ha sido gravemente dañada – me dijo – No podrás volver a caminar nunca más. Tu cabeza es el único punto que puedes mover libremente”.

>>“No… – me negaba a aceptarlo – ¡Eso es imposible! ¡Este cuerpo es perfecto! He sobrevivido a la caída desde lo alto del precipicio, a la fuerza de las rocas y a la furia de las olas. Estoy entrenado para aguantar todo esto y mucho más, ¡soy el gran campeón de mi instituto! ¡Nadie me gana nunca en cualquier deporte!”

>>“¿Es eso cierto chico? ¿De verdad dominas todos los deportes?”

>>“Sí… Futbol, baloncesto, atletismo, natación, salto, volley, esgrima, tiro, tenis… Nadie puede hacerme frente. Tengo fuerza, velocidad, precisión, ¡todo! ¡Un golpecito en la espalda no va a poder acabar con todo eso!”

>>“¿Y tus habilidades intelectuales son igual de buenas?”

>>“Eso ya no lo llevo tan bien…”

>>“Lo imaginaba… Te voy a ser sincero… Esto…”

>>“Blackron. Mi nombre es Blackron”.

>>“Blackron… Me han ofrecido un nuevo puesto de trabajo hace poco, pero a pesar de la insistencia de la otra persona, he estado rechazándolo la proposición durante bastante tiempo. Después de que me echaran de profesor, pensé que jamás sería capaz de cumplir mi sueño… Pero ahora tú me has dado un poco de esperanza. Creo que eres la única persona que puede conseguirlo. Dime, ¿vendrías conmigo a cambio de llevarte a un sitio en el que puedan curarte completamente?”

>>“Si con eso consigo volver a andar y a moverme libremente, haré lo que sea. Tengo que volver ahí arriba a buscar a una persona”.

>>Accedí sin rechistar. En efecto, esa oferta de trabajo no era de profesor, sino para entrar la organización que lleva el Señor Oscuro. No sé qué quiere de Mesa, pero tampoco me importa.

>>Me llevaron en una silla de ruedas hasta una sala extraña, donde había una cápsula de cristal con forma de huevo. Abrieron la cápsula, y me metieron en ella. Un líquido verde azulado comenzó a inundar el interior, y antes de cerrarla de nuevo, me pusieron una mascarilla para que pudiera respirar. Aquel líquido me inundó por completo hasta llenar completamente la cápsula, y mientras estaba sumergido, escuché las palabras de Mesa.

>>“Ese líquido regenerará tus células, tu espina dorsal y tu sistema nervioso, otorgándote de nuevo la capacidad de andar. Normalmente lo usan para curar heridas, pero también sirve para esto; sin embargo, la regeneración conlleva mucho más tiempo. El líquido también te proporciona nutrientes, así que no tienes que salir de ahí hasta que te recuperes”.

>>Cerré los ojos y comenzó mi tratamiento, pero nunca imaginé que tardaría varios años en recuperarme. Fue una espera demasiado larga, pero funcionó.

El Caballero Negro sintió la necesidad de moverse tras contar aquella historia. Se miró las manos y comenzó a mover los dedos hasta cerrar el puño con fuerza. Tensó los brazos para marcar músculos, los cuales quedaban perfectamente definidos a través de su camiseta de tirantes ajustada, y terminó con unas sentadillas para calentar las piernas.

“Jamás lo diría delante de él, pero tengo que reconocer que ese cabrón me salvó algo más importante que la vida. Por eso accedí a ayudarle cuando desperté de mi letargo, a pesar de que lo que más ansiaba era acabar contigo. Le debía una, y hoy se la pagaré, a la vez que me cobraré tu vida”.

El caballero del rayo se había quedado sin palabras después de escuchar aquella historia. Claramente, él nunca hubiera imaginado algo así después de verle en plenas condiciones otra vez, tal y como le había conocido siempre.

“Si Mesa te lo había pedido, ¿por qué no mataste a todas esas personas que dejaste con vida?”

“Mesa nunca me pidió matar a nadie. Tan sólo me dijo que tenía que conseguir todas las esferas elementales para convertirme en la forma de vida perfecta, y para eso, como ya visteis, no es necesario matar a cada caballero.

El problema fue cuando la organización comenzó a encomendarme asesinatos aprovechando mi lealtad a Mesa. Tal vez él sí esté al servicio de la organización, pero yo sólo estaba al servicio de Mesa, por eso no los maté. Desgraciadamente, con el último tipo no tuve elección. Me estaban vigilando, porque ya estaban bastante mosqueados por haber dejado a la chica con vida. No me decían nada, pero yo sabía que lo sabían. Por eso tuve que matarle, para disimular”.

“Entiendo…”

“Pero todo eso ya se acabó. ¡Es la hora de la verdad! ¡Estoy aquí para recuperar no sólo mi superioridad, sino también para hacerte ver que soy un ser tan absolutamente poderoso que no podrás ni soñar alcanzar jamás! ¡Y para demostrártelo, cumpliré el sueño de ese idiota! ¡¡Seré el portador de todos los elementos oscuros y después los usaré para aplastarte como a un insecto!!”

“No lo entiendo… Si quieres tener todos los elementos antes de matarme, ¿por qué no has ido a por mis compañeros antes de enfrentarte a mí como hiciste cuando te apoderaste con los elementos del fuego, el agua y el viento?”

“¡Jajaja! No es necesario que los derrote yo. Con que los derrote o los mate alguien ya puedo extraer sus esferas elementales sin ningún problema. A estas alturas, Mesa ya se habrá encargado de tu amigo el tonto, y la teniente estará haciendo lo mismo con el caballero del hielo. Es una cuestión de tiempo. En realidad, ese fue el verdadero motivo por el que accedí a tener esta conversación contigo. En cualquier momento pueden llegar a mí los elementos del hielo y la tierra, y creo que no es necesario añadir que yo haré lo propio con el elemento restante”.

“Un momento, ¿y qué pasa con Gabriel? ¿No vas a hacerte con la rosa negra? Espera… La rosa negra, pero si eso ya…”

“Parece que te has dado cuenta tú mismo. Yo soy el único que puede utilizar los elementos oscuros, pero ese tipo ya tiene en su arsenal un ataque con rosas negras, ¿sabes lo que significa eso?”

“No estoy seguro, pero creo que me hago una idea… En cualquier caso, sigue siendo un caballero, ¿por qué no quieres hacerte también con sus poderes?”

“Su elemento tiene una naturaleza especial… Digamos que, en cierto modo, no puedo cogerlo”.

“¿Qué quieres decir? ¿Qué oculta exactamente?”

“Me temo que eso se lo tendrás que preguntar a él. Ahora, tú y yo tenemos un asunto pendiente. Mientras espero a que me traigan los elementos del hielo y la tierra, disfrutaré arrancándote el rayo de tus entrañas, y lo haré aunque tenga que dejarte agonizando primero. Tranquilo, no quiero matarte hasta que me apodere del poder todos los elementos oscuros”.

“No te preocupes, no será necesario, porque yo… ¡te entrego mi elemento voluntariamente!”


Curiosidades!!!


Exactamente tal y como se lo encuentra Mesa al final del episodio 65, cuando el Caballero Negro aparece por primera vez.

2 comentarios:

Jon dijo...

Los capitulos que explican acciones ya pasadas son mis favoritos y evidentemente si es relacionado con mi personaje aún más, a si que de este caìtulo sólo puedo sacar cosas buenas. Buena imaginación la tuya, no me cansaré de repetirlo.

la ira te cegó y planeaste tu asesinato(su asesinato)
Por encimar de conseguir tu objetivo,(por encima)
El misterio que envolvía a la desaparición de su antiguo era uno de los temas (antiguo amigo)
Sin embargo, su cuerpo atlético impidió que todos esos golpes (mi cuerpo),está hablando black no??
seguro que de jamás volvería a despertar.(de que jamás)
sino para entrar la organización que lleva el Señor Oscuro(para entrar en)
no quiero matarte hasta que me apodere del poder todos los elementos oscuros”.8del poder de todos)
Un saludo a todos.

Azure dijo...

Es cierto, es MI cuerpo porque lo está contando el propio Blackron, pero claro se me ha colado, es lo que tiene llevar 1200 paginas en tercera persona xD