Llevo diciéndome a mí mismo que quedan dos capítulos de volumen desde hace... cuatro capítulos contando con este xD Pero esta vez es la buena, ¡ahora sí que quedan dos capítulos! Terminaremos en el 141 (en serio). Es que, aparte de que las cosas que tengo en la cabeza ocupan más y las cuento mejor de lo que en realidad pienso, también se me ocurren algunas ideas nuevas que enriquecen el entrenamiento y explican las relaciones de los personajes y sus pensamientos y emociones. Y otro asunto, me voy de vacaciones desde dentro de unas horas hasta el lunes, así que este domingo no habrá Episodio 140. Lo siento Jon, sé que es tu cumpleaños el domingo y seguro que te hacía ilusión el capítulo de cierre de temporada como regalo xD pero tendrás que esperar un poco más.
Tamaño: 6'1
Episodio CXXXIX
N
|
inguno de los dos perdió el tiempo. Ambos
estaban ansiosos por comenzar, por tener un enfrentamiento con alguien digno de
su nivel. En un instante, el caballero del fuego se transformó, sin apenas
esfuerzo y con un pequeño grito, pero que no dejó indiferente a nadie.
“Impresionante, Arturo. Ahora mismo estoy
seguro de que sólo yo puedo sentir tu energía. A ver qué te parece la mía”.
El caballero de la rosa se puso el pañuelo de
Pamela en la cabeza a modo de venda en los ojos. Después clavó su espada en el
suelo y su energía aumentó considerablemente, asombrando a todos los presentes.
“Pero… ¿qué ha hecho? – Pensaba Peter – Si
sólo ha clavado su espada en el suelo…”
“Me cuesta… Mantenerme en pie” comentaba
Pamela.
“Sin duda es una energía excepcional… Pero,
¿cómo lo ha hecho?” pensó Hilda
“Felicidades, Gabriel. Yo tampoco sé lo que
has hecho, pero has aumentado mucho tu energía. Sin embargo – le dijo su
compañero – Parece que todos pueden sentirla, así que no podrás hacer nada
contra mí”.
“Yo no pienso lo mismo – respondió muy
confiado – así que tendrás que venir a comprobarlo”.
A pesar de que Arturo ya mantenía su propio
juicio una vez transformado, no se había liberado totalmente de esa agresividad
y ganas de luchar que le invadían cuando cambiaba sin que se diera cuenta. Fue
aquella agresividad dada por el SuperGuerrero la que le impulsó a tomar la
iniciativa en el duelo. Salió volando a ras de suelo, dejando una estela de
polvo tras de sí, y con el puño preparado para asestar el primer golpe.
Gabriel, en cambio estaba muy tranquilo. Tanto, que algunos espectadores temían
por él, al ver cómo la bestia se acercaba a una presa con los ojos vendados.
“¡Cuidado! – Gritó finalmente Pamela – ¡Va a
por ti!”
“Yo
controlo” fue lo único que dijo para tranquilizar a la niña.
Una mano. Una sola mano fue lo único que
necesitó para bloquear el puñetazo de su compañero, que quedó más sorprendido
que ninguno.
“¡Es imposible!” exclamó Arturo sobresaltado.
Con ganas de demostrar a todo el mundo que
era superior en todos los aspectos, el caballero del fuego desató una cadena de
ataques consecutivos, alternando puñetazos y patadas, contra Gabriel, que conseguía bloquearlos todos con facilidad.
Al terminar el combo, intentó un puñetazo más rápido y potente, que Gabriel
evitó hábilmente con un salto. Arturo no fue capaz de parar el golpe y su brazo
quedó incrustado en el suelo.
“Se supone que tenías que controlarte” le
dijo el caballero de la rosa, que se posó en sus hombros al caer del salto, y
los aprovechó para impulsarse y salir volando.
“¡¡No escaparás!! – Arturo intentaba sacar el
brazo de dentro de la tierra, pero había quedado incrustado – ¡Joder!”
Optó por lo fácil, disparó una onda de
energía para destruir el suelo, pero no calculó bien la cantidad de energía y
resultó demasiado potente, creando una nube de fuego que engulló al caballero.
También agrietó la tierra y emergieron varias columnas de energía procedentes
de resquicios del ataque que se perdían por el interior de la tierra, saliendo
algunos muy cerca de donde estaban Hilda y los demás.
“Casi que ha sido una putada que Peter se
haya ido, ¿no?” comentó JesuCristo mientras se cubría del polvo levantando por
la explosión.
“Deberíamos alejarnos un poco…” opinó Hilda.
“De poco nos va a servir… – continuó hablando
el sacerdote – Esos dos tienen poder suficiente para matarnos a todos sin
importar lo mucho que corramos. Peter era nuestra única forma de protegernos de
verdad. Estando las cosas como están, yo prefiero quedarme donde estoy y
disfrutar del combate desde esta privilegiada posición. Los demás podéis iros
si queréis”.
“Yo me quedo – dijo JesuCristo – No tengo
miedo a la muerte”.
“Yo también me quedo, – se sumó Pamela – confío
en ellos. Sé que no nos harán nada”.
“Hombres y niños… La peor compañía que una
puede tener – Hilda se rindió ante la presión de grupo – Más vale que no muera
ninguno de nosotros o los clanes quedarán desgobernados” terminó diciendo antes
de que todos centrasen su atención en el combate.
Justo en ese instante, Arturo emergió de la
nube de fuego que habría creado la explosión de su propio ataque. Salió volando,
espada en mano, aunque nadie había visto cuando la había desenvainado, y cargó
contra Gabriel a espadazo limpio.
“No se está controlando mucho que digamos”
comentó Mario.
El caballero de la rosa desenvainó también su
espada y continuó bloqueando los ataques de su compañero sin un notable esfuerzo.
La frustración del caballero del fuego al ver que sus ataques no surtían efecto
fue aumentando hasta que lo que falló fue su concentración y Gabriel vio una
oportunidad clara para realizar un contrataque. Tras bloquear un espadazo de
Arturo, el caballero de la rosa le hizo un suave corte en la mano con la que
sostenía la hoja, y después, de un manotazo, le arrebató la espada, que cayó al
suelo sin remedio. Finalmente, ante un Arturo sorprendido y desprotegido,
Gabriel no tuvo más que asestar un certero golpe con su puño en el pecho de su
adversario, que quedó paralizado unos instantes.
“¿Qué me has hecho? – Preguntó Arturo después
de unos segundos – De pronto me siento más calmado”.
“Te estabas empezando a poner nervioso y no
quería que fallaras el entrenamiento. Cuando te alteras, el pulso se acelera y
el corazón bombea más sangre. Al golpearte en este punto cercano al corazón, he
estabilizado de nuevo tu flujo sanguíneo y por eso has vuelto, digamos, a la
normalidad. Ahora hazme un favor y no vuelvas a perder los papeles, ya sé que la
transformación te impulsa a combatir con todas tus fuerzas, pero no olvides que
yo no soy tu enemigo”.
“Gracias…” fue lo único que contestó el
caballero.
Fidel continuaba con sus actividades, mitad
entrenamiento, mitad desahogo, destruyendo cualquier cosa que se encontrara a
su alrededor, cuanto más dura y resistente, mejor, por lo que solía decantarse
por grandes piedras de rio que había alrededor del arroyo que cruzaba la isla.
También, mitad para progresar en su entrenamiento, mitad para tratar de calmar
su malestar emocional, destrozaba las rocas con la parte del cuerpo que más
daño se infligiera al hacerlo, así que terminaba rompiendo la mayoría con la
cabeza o con la mano, pero con la palma abierta. Sin embargo, una sensación que
ya había experimentado antes interrumpió su cometido.
“Esa energía… La conozco…”
Dejó la piedra que iba a partir en dos en el
suelo y salió volando rápidamente, dejando una hilera de sangre por el suelo
que salía de una brecha en la cabeza, producto de sus innumerables impactos.
No tuvo que volar mucho, el combate entre
Arturo y Gabriel se veía desde lejos, y la isla era bastante pequeña. En cuanto
vio que podía distinguirles a simple vista, se paró y se quedó flotando.
“Lo sabía… Es Gabriel… Como olvidar esa
energía… Esa energía que destruyó la Torre de Madera… Pero… Es extraño, es la
misma energía… Y a la vez es distinta… Ahora que me fijo… ¡Gabriel lleva una
venda en los ojos! ¡Qué cabrón! No quiere que le descubran… Sólo estábamos dos
personas además de él aquél día, pero el otro tío está muerto así que ahora yo soy
el único que ha visto esos ojos… Y Arturo… Está en SuperGuerrero…
Definitivamente me había mentido el muy hijo de puta… Después de todo lo que
hemos pasado va y me suelta esa milonga de que si no le hacía caso perdía sus
poderes, hay que ser retorcido para hacer chantajes emocionales a estas alturas…
Pues ten mucho cuidado, caballero del fuego, porque no te imaginas quien es de
verdad tu oponente, ni lo terrible que puede llegar a ser…”
Por su parte, Jonyo también seguía inmerso en
su entrenamiento, ya prácticamente sin fuerzas y sumido en la desesperación. Su
última muestra de rebeldía contra los explosivos le había agotado casi
completamente, y ahora las bombas le alcanzaban en su totalidad, sacudiendo su cuerpo
entre una marea de fuego una y otra vez.
Tres bombas venían directamente hacia él, que
sabía que ya no podía hacer otra cosa que quedarse mirando como impactaban
contra su cuerpo. Ya no le pesaba la armadura. Ahora sentía como si aquella
pesada carga no fuera otra cosa que su propio cuerpo. Aun así, se negaba creer
lo que estaban viendo sus ojos, se negaba a caer ante aquellos explosivos, y
sobre todo, se negaba a rendirse. Corrió unos metros para tratar de librarse de
la amenaza que se cernía sobre él, pero no consiguió nada y las dos esferas le
alcanzaron, una se acopló a una pierna, otra en la espalda y la última a la
cabeza. Finalmente estallaron, envolviendo al caballero del rayo en una
deflagración.
“Player Life Point… 1%... - informaba la
operadora – Critical player damage. Retreat recommended. Repeat. Retreat recommended”.
“El sistema te recomienda que
abandones. Tu nivel de salud es muy bajo – le dijo Seagram cuando el fuego y el
humo se disiparon y descubrió su cuerpo tirado en el suelo seminconsciente – Yo
te recomiendo lo mismo”.
“Cállate – fue lo único que
contestó el caballero. Se levantó de nuevo, cada vez más despacio y con más
esfuerzo, y observó a las bombas desafiante – Son muchas… – Sus sentidos le
estaban jugando una mala pasada. Su mente, ante la impotencia de aquel momento,
le hacía creer que el reto al que se enfrentaba era mayor de lo que en realidad
era – Antes noté algo… Hace un rato… ¡Lo recuerdo! Pero… Sigo sin saber el por
qué…”
“¡Abandona de una vez! Si sigues
así morirás, ¿o es que prefieres eso al darte cuenta de que no puedes completar
el entrenamiento y por ende, tampoco podrás derrotar al Caballero Negro?”
“¡¿Qué! – aquella afirmación
ofendió profundamente al orgulloso caballero del rayo, que inmediatamente ardió
cólera – ¡Repite eso si te atreves!”
“¿Y si lo repito qué me harás?” le
provocaba su supervisor.
“¡Te haré probar mi fuerza en tu
propia carne! ¡Me da igual que ahora seas un tullido! ¡Nadie me falta al
respeto de esa forma!”
“No es faltarte al respeto. Tan sólo
es decir la verdad. En tus condiciones actuales, no tienes la más mínima
posibilidad de vencer al Caballero Negro. Si te lo encontrases te aplastaría
sin remedio, te machacaría lentamente, desgarraría tus músculos, rompería tus
huesos y te quitaría la vida sin que ello le supusiese más que un juego de
niños. ¿Y sabes una cosa? Aunque cumplieras tu patética amenaza contra mí,
aunque te desahogaras golpeándome hasta mi último aliento, todo lo que te he
dicho seguirá siendo verdad, y contra eso no puedes escapar”.
“¡Serás hijo de…!”
El caballero del rayo no llegó a
terminar la frase. Directamente salió corriendo, sin saber bien de donde sacaba
las fuerzas, y se lanzó hacia Seagram envuelto en cólera.
“Cuidado, sigues dentro del
entrenamiento” le advirtió.
Una bomba salió volando hacia
Jonyo en el momento que se puso a correr. Iba directa a uno de sus brazos, y el
caballero sabía que no le quedaban fuerzas para saltar o salir volando. Podía
tirarse al suelo simplemente, le había pasado antes por accidente y sabía que
funcionaba, pero no, no quería elegir esa opción. No quería arrastrarse por el
suelo después de decir que iba a pegar a alguien. Siguió corriendo, a la
velocidad que buenamente pudo, pero miraba de reojo hacia atrás cada pocos
segundos, y se daba cuenta de que la bomba le ganaba terreno a cada instante.
“¡Joder! – Se lamentaba en sus
pensamientos – ¡Ya no tengo fuerzas para evitar eso! ¡Pero tampoco puedo
quedarme sin darle una hostia a este tonto por lo que ha dicho! ¡¿Qué coño
hago?!”
“Tienes un problema, caballero.
Si te alcanza esa bomba, las pocas fuerzas que te quedan se acabarán y caerás
inconsciente, o incluso puedes llegar a morir, ¿qué vas a hacer? ¿Arriesgarás
tu vida por una rabieta estúpida?”
“¡No caerá esa breva!”
Jonyo continuó corriendo hacia
Seagram, a la vez que calculaba la distancia que le ganaba la bomba con cada
paso. Siguió corriendo, sin mover el brazo al que se dirigía el explosivo,
esperando hasta el último momento, y cuando llegó, movió el brazo rápidamente
en el instante en el que la bomba iba a adherirse. La bomba pasó de largo sin
estallar y el caballero del rayo frenó en seco de repente. Finalmente, la bomba
seguía hacia delante, en dirección a Seagram, y cuando estaba a escasos centímetros
del alcanzarle, la bomba se detuvo y empezó a dar la vuelta para ir de nuevo
hacia su objetivo.
Seagram se había quedado
sorprendido al ver que el caballero había detenido su ofensiva después de cómo
le había influido su comentario, y más le sorprendió verle parado, cabizbajo y
pensativo. Al cabo de unos segundos descubrió que estaba murmurando algo y afinó
el oído.
“Estaba equivocado… Era eso… Claro…”
“¿Cómo? ¿Qué balbuceas?” le
preguntaba Seagram.
“Ahora… – levantó la cabeza y
sonrió – ¡Ahora lo entiendo todo!”
Peter y el caballero del hielo
estaban llegando a la playa al otro lado de la isla, el mismo sitio donde habían
entrenado días atrás. El presidente no dejaba de mirar, buscando que algún resquicio
de la batalla que se estaba perdiendo.
“Esos dos fijo que ya se están
zurrando pero bien – pensaba mientras miraba al cielo – No siento la energía de
ninguno de ellos… Así que o soy muy débil o estoy muy lejos…”
“Peter – le llamó la atención el
caballero del hielo – Si quieres volver allí para el duelo puedo llevarte. No
hay ningún problema”.
“¡No, no! ¡De verdad! – Mintió un
poquito – Estoy muy contento de que te hayas acordado de mí nada más terminar
tu entrenamiento. Cualquier otro se habría ido a descansar, que es lo suyo”.
“Pues a trabajar”.
“Pero antes deja que te cure, no
seas tonto” le dijo y corrió hacia él.
En medio del cielo de la isla,
Arturo y Gabriel continuaban su enfrentamiento. El caballero de la rosa
continuaba bloqueando los ataques de su compañero sin contratacar, simplemente
para ver, como le habían pedido, si el caballero del fuego era capaz de
controlar su poder en combate.
“Mi energía se está agotando…
Necesito bajar a tierra de nuevo” pensaba el caballero de la rosa.
Viendo que Arturo le atacaba con
una patada, en vez bloquearla como había estado haciendo hasta ahora, la esquivó
dejándose caer de nuevo hacia el suelo.
“¡No me tomes el pelo!”
El caballero del fuego salió detrás
de él, pero Gabriel aumentó la velocidad hasta llegar a tierra, donde clavó la
espada en el suelo y apoyó el brazo en la empuñadura, simulando que descansaba.
“¿Es que ya te rindes?”
“Tan sólo me he cansado de dar
vueltas por el cielo”.
“Increíble – Hilda no daba crédito
a sus ojos – ¿Es el mismo amable e inocente caballero que conocimos en nuestra
tierra?”
“Las apariencias engañan querida”
dijo Shinkan.
“Pero por mucho que engañen –
continuó Pamela – Estamos hablando de que es capaz de hacer frente a un
SuperGuerrero sin esfuerzo, ¿por qué no ha usado ese poder antes? Seagram no
habría podido hacer nada contra él”.
“Tiene que tener un motivo – dijo
JesuCristo – Normalmente, en estos casos, ese motivo suele ser que odias tu
propio poder. Pero sea cual sea el motivo, está claro que no nos lo va a decir,
así que mejor sigamos mirando”.
Los cuatro se quedaron observando
atentamente a los dos caballeros. Arturo estaba un poco cansado de la dinámica
del combate, atacando todo el rato sin éxito alguno, y tomó una decisión para
cambiarlo.
“¿Sabes? Hasta ahora me estaba
conteniendo porque estoy transformado, pero parece que, misteriosamente, este
poder no es nada para ti, así que voy a olvidarme que esto es un simple
entrenamiento, y voy a empezar a tomármelo como un combate real”.
“Haz lo que quieras, el resultado
será el mismo”.
“¡Eso ya lo veremos!”
1 comentarios:
Muy entretenido la verdad el capitulo, y con muchas ganas del desenlace de esta saga. Por cierto muchas gracias por acordarte del cumpleaños, espero que estes disfrutando de unas merecidas vacaciones
Un asaludo a todos.
Publicar un comentario