Bueno, parece que lo de la Copa Confederaciones no ha podido ser, como tampoco pudo ser la Décima, pero bueno, que se jodan que cuando ganan les pagan un pastón y encima tienen los cojones de evadir los impuestos. Yo soy feliz con haber terminado la carrera y haber disfrutado de uno de los mejores E3 de la historia :)
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Episodio CLV
E
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l Caballero
Negro quedó muy sorprendido por la decisión de Jonyo, y a pesar de que esa
situación le beneficiaba, escuchar esas palabras le ofendió profundamente.
“¿Qué acabas de
decir? – trató de aclararlo, por si lo había entendido mal – ¿Insinúas que no
soy capaz de arrebatarte tus poderes por mi cuenta y necesito tu caridad?”
“Sabía que te lo
tomarías así. No has cambiado nada. Tranquilo, esto no tiene nada que ver con
que dude de que puedas robarme mis poderes elementales. Únicamente es que busco
lo mismo que tú”.
“¿Lo mismo que
yo?”
“Sí. Tú has
venido aquí para acabar conmigo y así perpetuar la superioridad que perdiste
con lo de Sandra. Pues yo he venido para destronarte definitivamente, para
dejar claro que lo que ocurrió con Sandra no fue un caso aislado, que puedo
vencerte en cualquier área y en cualquier momento, y para que mi coronamiento
sea supremo, quiero derrotarte en tu forma final, en tu pleno apogeo, en tu
máximo poder, para que no puedas poner ninguna excusa cuando pierdas.
Es más, si por
mí fuera, esperaría a que obtuvieras todos los elementos, pero ninguno de mis compañeros
va a perder el combate, así que lo único que puedo ofrecerte es el rayo, así
que tómalo antes de que cambie de opinión”.
“¡Imbécil! ¡Si
hago eso, perderás tus poderes! ¡Ya es bastante estúpido que confíes en que tus
compañeros no serán derrotados por Mesa y los demás, pero creer que puedes
vencerme a mí renunciando a tus poderes es sin duda la mayor de tus locuras!”
“Ese es mi
problema, ahora haz lo que tienes que hacer”.
“Igualmente,
aunque ya sabes que no es necesario que el sujeto víctima de la absorción esté
muerto, sí es necesario que esté muy debilitado. No puedo hacerlo sin
derrotarte primero”.
“Ya lo sabía.
Estuve delante cuando conseguiste el fuego negro, y también había pensado en
ello. Creo que será suficiente con reducir mis niveles de energía al mínimo
para que puedas lograrlo, ¿me equivoco?”
“Está bien… – a
Blackron no le quedaban más argumentos para rechazar la petición de su antiguo
amigo y rival – Lo haremos a tu manera, será mi concesión final. Alcanzaré el SuiFuuRinKaZanHyouRai y después te
aplastaré con su poder”.
El Caballero
Negro se lanzó contra el caballero del rayo. De camino, abrió la palma de su
mano, y generó una pequeña bola de energía distinta de lo habitual. Era
completamente negra, salvo por unos suaves rayitos violetas que parpadeaban a
su alrededor.
Con la mano que
tenía libre, Blackron agarró al caballero del rayo por el cuello de la camisa y
lo elevó unos centímetros del suelo. Después, acercó la bola de energía oscura
al cuerpo de Jonyo, y ésta comenzó a girar sobre sí misma a gran velocidad,
mientras se formaba un hueco hacia dentro en la parte superior de la oscura
esfera, convirtiéndose en un agujero negro a pequeña escala, pero capaz de
generar una corriente de aire hacia su interior.
Poco a poco, un
polvo brillante de color amarillo que manaba del interior del cuerpo de Jonyo,
fue siendo absorbido por la esfera negra, rellenándola desde lo más profundo
hasta llenarse completamente. Es ese instante, la parte oscura estalló como una
cáscara. Sus pedazos se precipitaron al suelo, pero se desvanecieron antes de
llegar a tocarlo, y sobre la palma de la mano de Blackron tan sólo quedó,
levitando, una esfera amarilla y blanca con unos diminutos rayos resplandecientes
en su interior.
El caballero
cayó de rodillas, visiblemente debilitado. No tenía fuerzas ni para levantar la
vista, y no pudo ver como su antiguo amigo se apoderaba de su fuerza. No pudo
ver cómo el cielo quedo recubierto de auténticas nubes negras, que no permitían
el paso de un sólo rayo de sol. No pudo ver cómo de aquellos oscuros nubarrones,
varios rayos negros se precipitaron violentamente contra la tierra, originando
pequeños pero profundos cráteres a su alrededor, aunque sí fue capaz de
percibir su reflejo.
Mientras tanto,
el Caballero Negro soltó la esfera elemental del rayo, y ésta comenzó a flotar
por sí misma. Abrió los brazos, dando la bienvenida a su nuevo poder, y la
esfera elemental se iluminó, reaccionando ante las esferas que ya se
encontraban en el interior de joven de color. Comenzó a introducirse en su
pecho suavemente, y tras entrar, una lluvia de rayos negros rodearon a
Blackron, envolviéndole en una nube de electricidad.
Jonyo estaba
ahora sentado, cubriéndose los ojos para no ser cegado por aquel oscuro
destello que estaba frente a él. Cuando desaparecieron los rayos, el caballero observó
de nuevo a Blackron, y notó que ya no era el mismo. Su apariencia se mantenía
intacta, pero la energía que transmitía había cambiado. Es algo que ya había
sentido antes, cuando le vio apoderarse del fuego oscuro. Ahora, su mirada era
más malévola, su sonrisa más sádica y la sensación que le rodeaba era pura
violencia.
“Con cada
elemento oscuro que obtiene, Blackron se vuelve más diabólico y malvado. Ese
poder le está sumiendo en el odio y va a terminar por consumirle. Tal vez no
haya sido del todo una buena idea dejar que coja mi elemento, pero ya no puedo
echarme atrás, pero al menos confío en que los demás ganen cada uno su combate
para que su odio no se vuelva más fuerte todavía”.
“Haaaaaaaaa,
haaaaaaaaaa – jadeaba, tras asimilar completamente su nuevo poder – Siento como
la fuerza fluye en mi interior. Acabo de terminar de adueñarme completamente
del elemento del rayo, y ahora, lo usaré contra ti, su antiguo portador, aunque
ahora no seas más que un simple humano más, sin poder alguno”.
“Je… Es cierto –
lo reconoció – Ahora entiendo cómo se sentía Arturo. Soy capaz de notar por mí
mismo que han desaparecido todos mis poderes. Sin embargo, no pienso dejar las
cosas así”.
Las nubes negras
que habían acudido a la llamada del Caballero Negro habían desaparecido. Al
finalizar la transformación, aquellas nubes también habían regresado a su
estado inicial, pero seguían cargadas de electricidad.
“No sé qué
pretendes exactamente, pero no tengo ningún interés en esperar más para tomar
tu miserable vida”.
Blackron
desenvainó su espada negra y se lanzó al ataque. Jonyo no podía perder el
tiempo. Desenvainó su espada y la alzó al cielo, pero había algo diferente. En
vez de agarrarla por la empuñadura, la cogió de un poco más arriba, por la
hoja. Inmediatamente, las nubes cargadas de electricidad reaccionaron
descargando varios rayos directamente contra el filo de la espada del
caballero, quien, al estar pegado a ella, las recibió en su propio cuerpo un
instante antes de que Blackron le alcanzase.
El Caballero
Negro se vio en la obligación de retroceder para no ser electrocutado él
también. Dio un paso atrás, y se cubrió los ojos con un brazo para no ser
cegado ahora él tampoco.
Fue instante.
Todo había acabado antes de que hubiese podido hacer nada. Sin darse cuenta,
Jonyo yacía ahora en el suelo, todavía sujetando su espada, y sufriendo ligeros
espasmos por la electricidad. Tenía los cerrados, no se movía, no respiraba,
pero continuaba sonriendo.
“Mesa me había
dicho que el mango de tu espada era de goma y por eso no caías víctima de tus
propios ataques, pero has cogido tu espada por la hoja a propósito para recibir
tu propia medicina. Parece que tenías la intención de suicidarte desde el
principio, para expiar tus pecados por destruir nuestro grupo de amigos por
levantarme a Sandra… En fin, al menos has caído manteniendo tu esencia. Has
muerto con una sonrisa en la cara, tal y como hacías en vida, cuando te reías
por cualquier cosa. Y yo, he recuperado mi esencia, al estar ante ti, todavía
con vida, ¡he demostrado que era, soy y siempre seré el mejor de los dos! Sin
embargo – susurró mientras levantaba su espada – No puedo volver al castillo
sin que mi espada atraviese tu cuerpo, no sería una victoria completa, así que
este será nuestro pequeño secreto, Jonyo”.
Suavemente, fue
dejando caer la espada al dejar el brazo muerto, e instintivamente, iba
dirigiendo la hoja hacia el cuerpo del caballero. Cerró los ojos un instante
para parpadear, y al abrirlos de nuevo, Jonyo estaba de pie, bloqueando su
ataque con su espada, y riendo ante la estupefacción de su antiguo compañero.
“Pues me parece
que todavía no vas a poder volver al castillo” le dijo el caballero del rayo,
mirándole a los ojos.
“¡¡No!! ¡¡No
puede ser!! – El Caballero Negro no podía salir de su asombro – ¡¡Te he robado
tus poderes!! ¡¡Te han caído varios rayos!! ¡¡¿Por qué sigues vivo?!! ¡¡¿Por
qué estás de pie, bloqueando mi espada?!! ¡¡¡¿Por qué no estás muerto?!!! – Gritó
con todas sus fuerzas – ¡¡¡¿Por qué?!!!”
“¿De verdad
piensas que vendría hasta aquí y haría todo esto sin un plan?”
En ese momento,
los dos se separaron dando un salto hacia atrás.
“Explícate”.
“Es cierto que
te has llevado mis poderes, pero eso no significa que me los hayas arrebatado
de verdad. Olvidaste que ya robaste el elemento de un caballero con vida,
Arturo, y que éste ha sido capaz de recobrar todas sus fuerzas. A pesar de que
estuve en la isla con él, no tuve oportunidad de presenciar su recuperación,
estaba ocupado con mi propio entrenamiento, pero sí que tuve oportunidad de
preguntarle después.
La última noche
que estuvimos todos juntos, Arturo nos contó su plan para detener a Fidel y nos
pidió nuestra colaboración, o más bien dicho, nuestra promesa de que no íbamos
a interferir bajo ningún concepto. Por supuesto, yo iba a colaborar igual. La
relación entre esos dos estaba contra las cuerdas y lo último que necesitaba el
grupo eran movidas de última hora, por lo que habría apoyado cualquier decisión
que acabara con los conflictos. Sin embargo, no pude resistirme a aprovechar
que me había pedido ayuda para pedírsela yo a él, para preguntarle realmente
cómo lo había conseguido, y su respuesta fue clara”.
>>Jonyo
había formulado su pregunta después de que la petición de Arturo fuese
atendida. Todos estaban ahí todavía, y las miradas se centraban en él, al que
todos observaban tomándole por loco. Pasaron unos segundos de silencio en los
que el único sonido que se escuchaba en el barco era el soplo del viento, y en
el que la única luz que les bañaba era la suave claridad que venía de la luna.
El caballero del fuego estuvo particularmente quieto y callado, mirando
fijamente a los ojos a su compañero para asegurarse de que iba en serio antes
de dar una respuesta.
>>“El
Caballero Negro no te roba tus poderes. Las habilidades no se pueden robar,
sólo saca una copia exacta a través de esa esfera. No obstante, lo que sí es
cierto es que la extracción provoca una alteración en el vínculo entre tu
elemento y tú, corrompe tu organismo y parece que pierdes tus poderes, pero en
realidad lo que ocurre es que se rompen los lazos que te unían a ellos, por eso
tienes que unirlos de nuevo”.
>>“¿Unir
los lazos con mi elemento?”
>>“Sí… Si
de verdad estás pensando en entregarle tus poderes al Caballero Negro sin que
te mate primero, es algo que tienes que saber. Mientras no seas capaz de
restaurar el vínculo que te une a tu elemento, no podrás hacer nada, tu
entrenamiento habrá sido en vano y morirás irremediablemente. Puede que no los
pierdas, pero conseguirlos será igual de difícil que cuando no los habías
aprendido todavía”.
>>“Pero,
¿cómo restauro esos vínculos?”
>>“Inúndate
de tu elemento, pídele su aprobación y gánate su respeto otra vez. Esa es la
única forma. En mi caso, Shawn me arrojó al pozo de lava. Pensé que moriría
allí abajo a pesar de que era el caballero del fuego, pero no fue así. Cuando
estaba sumergido, mi cuerpo no sólo no sufrió daños, sino que además me
encontraba muy a gusto. Hacía mucho tiempo que no sentía calor, y ese día lo
conseguí. El mejor consejo que puedo darte es que pienses una cosa, ¿cómo te
hace sentir tu elemento? Ahí encontrarás la respuesta”.
“Después de eso,
todos se fueron a dormir. Todos menos Arturo, que tenía que iniciar su plan.
Esa noche, yo no pude dormir. Estuve pensando sobre lo que me había dicho
Arturo, sobre cómo me hacía sentir mi elemento, pero no logré obtener mi
respuesta. De hecho, Blackron, cuando estaba frente a ti, todavía no había
encontrado esa respuesta que tanto necesitaba, pero tenía que seguir adelante.
Cuando esos rayos cayeron sobre mí a través de la espada, sentí todo mi cuerpo
patas arriba. Aquella descarga eléctrica sacudiendo mi cuerpo era una
experiencia nueva para mí. Jamás había sido atacado por mi propio elemento de
esa manera ni había sentido en mis propias carnes la sensación que produce una
buena descarga de electricidad.
Sí. En ese
momento encontré mi respuesta. Me di cuenta de lo que me hacía sentir mi
elemento. Activación, excitación, que te carguen las pilas, llámalo como
quieras, pero esa es la idea. Gracias al elemento rayo, yo me he mantenido
activo, incluso contento, gracias a que me ha dado la energía para seguir
adelante desde lo de Sandra. Ese es mi vínculo con él, y por eso he recuperado
mis poderes”.
“Has vuelto a
ponerte un paso por delante de mí – murmuró Blackron cuando Jonyo terminó de
contar su historia – ¡¡Esto ya no puedo permitirlo!! ¡¡Muere!!”
El Caballero
Negro se lanzó con fiereza contra Jonyo, que entendió que el tiempo de conversación
había terminado.
“Es curioso… –
reflexionaba el caballero mientras se acercaba su adversario – Esa descarga
debió haberme matado, pero… Me siento más poderoso que nunca. No ha sido sólo
una sensación mía. Ese rayo, de verdad ha rellenado todas mis fuerzas, y ahora,
¡siento que puedo con todo!”
Al momento de
decir esas palabras, el filo de la espada de Blackron estaba a unos centímetros
de su cuerpo, pero a Jonyo le bastó un instante para volver a bloquear el
ataque de su adversario.
“No esperaba menos
del caballero del rayo, cuyo atributo es la velocidad”.
“Al igual que
cuando conducía el Bugatti Veyron, la velocidad es algo que siempre ha estado a
mi lado”.
“Te iría mejor
si tuvieses la suerte a tu lado ahora mismo”.
Ambos volvieron
a dar un salto hacia atrás para retirarse. Jonyo dio una voltereta hacia atrás
en el aire y se impulsó en una gran roca para regresar al combate. Cargó el
puño de electricidad, y salió volando hacia su adversario, que le esperaba aún
con la espada en mano.
“¡Lightning Plasma!”
Golpeó con éxito
el estómago del Caballero Negro, que fue sacudido con la electricidad que Jonyo
le había transmitido, y su cuerpo fue paralizado unos instantes. El caballero
del rayo sonrió al haber dado el primer golpe, pero su alegría se desvaneció en
cuanto notó que Blackron volvía a moverse y le agarraba de un hombro.
“¡Mierda! ¡Esto
es lo que él quería!”
El Caballero
Negro le sujetaba con fuerza para que no escapara, a la vez que se preparaba
para cortarle con la espada. Rápidamente, Jonyo le dio un segundo puñetazo,
esta vez sin el elemento añadido, en el esternón, cortándole momentáneamente la
respiración y sus movimientos para poder escapar.
“Ugh… – Blackron
se resentía tras cortarse su respiración – ¿Eso ha sido un acto reflejo? No… Ha
sido… ¿velocidad crítica? Probablemente, pero por si acaso, vamos a poner a
prueba su velocidad”.
Blackron se lanzó
contra el caballero del rayo, espada en mano. A medio camino, se desvaneció,
pero verlo no asustó a Jonyo. Se dio la vuelta y allí estaba Blackron, realizando
un espadazo detrás de él. Sus espadas chocaron, y un segundo después, el
Caballero Negro volvió a desvanecerse.
Continuó
atacando a Jonyo por diferentes flancos, pero el caballero conseguía llegar a
tiempo para bloquear el golpe y recibir daños, aunque su adversario volvía a desvanecerse
antes de que pudiera contraatacar.
Finalmente,
Blackron se dio por satisfecho, y cesó su ofensiva. Apareció a unos metros del
caballero, sonriendo de excitación. Al fin había llegado su momento para
vengarse y para recuperar su lugar, y el hecho de que su rival se lo estuviera
poniendo difícil nada más empezar, y después de arrebatarle sus poderes lo hacía
todo mucho más emocionante.
Agarró su espada
con las dos manos, y se puso en posición de combate. En ese momento, un aura
negra comenzó a envolverle poco a poco.
“Ese aura… – observaba
el caballero del rayo – Es la manifestación de los lamentos de su alma, de su
dolor y sufrimiento… Parece que esto por fin va a comenzar”.
“Eso no he
estado mal, Jonyo – le dijo sonriendo con cierta pretenciosidad – Ahora déjame
ver qué tal lo haces contra los elementos oscuros”.
Curiosidades!!!
El Lightning Plasma es un ataque del Caballero de Oro de Leo, Aioria, en Saint Seiya (Caballeros del Zodiaco).
2 comentarios:
Ya si, ya estoy al día (me ha costado más de lo que quería, pero al final todo se consigue). Mi primer comentario desde hace... ¿años? jajajaja, me he leído toda la saga desde el principio, aunque como la leía sin conexión a veces tardaba más, pero bueno, no es excusa. No voy a decir siento la tardanza y esas cosas porque lo que he tenido que decir ya lo he dicho a la persona en cuestión. La saga muy buena, mejor que la anterior, la verdad, además has pulido mucho la escritura y la forma de expresión, así que eso siempre es bueno. Por lo demás, sé que esto pronto se acaba y tendrás que dar un final épico,¿no? La única pega que pongo en todas las sagas de los caballeros es que todos tienen espadas y no tienen lanzas, alabardas o algún otra arma, pero eso son cosas mías jajajajaja. Bueno yo creo que ya esta el 80% dicho así que me despido ^^.
Un saludete
Bueno que decir, jaja no puedo ser objetivo con mis capítulos, pero por ecnima de todo cabe destacar como en cada capítulo vas recordando cosas del pasado y las metes en el momento actual y unes lo que pasó en aquel instante con este lo que le da más credibilidad a la historia y más personalidad(supongo que iras a los capítulos a recoger esa información, pero es lo de menos). Si te das cuenta en muchas series famosas por ejemplo Friends o The big bang theory de las cuales soy muy fan al no tener un mismo escritor todos los capítulos tienen fallos de personalidad de personaje o de momentos en los que dijo una cosa y mucho despúes dice totalmente lo contrario, a si que para terminar es algo que resalto de "Los caballeros".
Es ese instante, la parte oscura estalló como una cáscara.(En ese instante)
Fue instante. (Fue un instante)
Tenía los cerrados,(los ojos cerrados)
llegar a tiempo para bloquear el golpe y recibir daños(no recibir daños)
Un saludo a todos.
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