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Episodio CLIX
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l aura negra que envolvía a
Blackron se iba haciendo cada vez más y más intensa. Según lo hacía, los
elementos oscuros empezaron a manifestarse. En primer lugar, un torrente de
agua negra emergió del mar, estrellándose a la izquierda de su invocador.
Después un tornado de viento oscuro apareció entre las nubes y se quedó detrás
del Caballero Negro. Una llama negra se prendió en al aire y levitó hasta
quedarse a su derecha, y por último, un feroz rayo negro descendió de los
cielos, impactando justo entre los dos combatientes. Ésa era la señal.
“Será infantil… Sólo está
marcando paquete” pensó el caballero del rayo.
El rayo negro se desvaneció e un
instante, y con él, el resto elementos oscuros, y los dos jóvenes salieron al
ataque. Blackron adelantó su primer movimiento, y proyectó un chorro de agua
negra contra el caballero del rayo.
“¡No pienso dejar que me atrapes
con esa mierda!”
Se echó hacia un lado para evitar
el agua, pero su contrincante insistió, redirigiendo el chorro para
perseguirle. Jonyo aumentó su velocidad, dejando atrás aquella corriente de
agua negra, y siguió avanzando hacia su objetivo.
“Estoy sorprendido – pensaba – Parece
que el entrenamiento con aquella armadura tan pesada de Shawn sí que sirvió
para aumentar mi velocidad. Puede que no hasta niveles estratosféricos, pero sí
lo suficiente para marcar la diferencia en combate. ¡Tengo que aprovecharlo
ahora que todavía es un factor sorpresa!”
Trató de no esforzarse al máximo,
para poder seguir sorprendiendo a su contrincante a lo largo del encuentro, y
aumentó su velocidad únicamente en la cantidad necesaria para librarse del agua
negra que le perseguía, sin dejar demasiada distancia, para que pareciera que
no podía hacer más.
El Caballero Negro no pudo hacer
otra cosa que ver cómo su ofensiva era completamente inútil, y su antiguo
compañero de acercaba a él, espada en mano, directo al ataque.
Cuando Jonyo blandió su espada
para atacar a su adversario, el Caballero Negro alzó una mano al cielo, y un
tornado de viento negro se formó a su alrededor, envolviendo a su amo, y protegiéndolo
de cualquier golpe.
La espada del caballero impactó
en el viento negro, que giraba a gran velocidad, y fue rechazada por la fuerza
centrífuga del elemento. Jonyo también fue arrastrado levemente y perdió el
equilibrio durante un instante, momento que aprovechó su oponente para deshacer
el escudo de viento y reaparecer en posición de ataque, y ejecutando un
espadazo en horizontal.
Inconscientemente, el caballero
del rayo dio un salto con el único pie que todavía controlaba, y se libró del
corte fatal. Después dio una voltereta hacia atrás en el aire, y al aterrizar
se impulsó hacia delante, para reiniciar la ofensiva.
Blackron le veía venir, y estaba
preparado. Una suave corriente de viento negro comenzó a acumularse en su
espada. Tras eso, dio un espadazo horizontal al aire, y un haz de viento negro
con forma de luna en cuarto menguante salió disparado hacia el caballero.
“Eso es… Getsuga Tenshou… Está tratando de frenarme de cualquier forma,
porque sabe que soy más rápido que él… Y yo me estoy atreviendo a reservar mis
fuerzas contra un oponente tan colosal… ¡¡No puedo permitírmelo!! ¡¡Daré el
máximo!!”
Jonyo aumentó su velocidad, y fue
de cabeza contra la técnica de su adversario, enfrentándola directamente con la
espada. Las dos fuerzas chocaron, y se inició un forcejeo entre el caballero y
el ataque de viento negro.
La fuerza del Getsuga Tenshou arrastró los pies del
caballero varios metros, pero Jonyo puso todas sus fuerzas en su espada y
consiguió mantenerse de pie. Sin embargo, el poder de la técnica del Caballero
Negro continuaba empujándole sin que pudiera hacer nada, hasta que la energía
que lo componía se diluyó y terminó desvaneciéndose. El caballero del rayo
quedo a escasos metros de caer por el acantilado, y cuando vio que no había
sucumbido ante el Getsuga Tenshou,
cayó de rodillas de cansancio y emoción.
“Lo… Lo he resistido…”
“No te eches flores, Jonyo… No
has aguantado el impacto del ataque, ni has conseguido romperlo. Simplemente lo
has retenido hasta que se ha dispersado la energía que lo componía. Es algo que
le pasa a todos los ataques energéticos o elementales.
“Me da igual – respondió mientras
se ponía en pie – El caso es que no has logrado tumbarme”.
“No te preocupes – Blackron
comenzó a acumular viento negro de nuevo en su espada – Te tumbaré ahora, y ya
no podrás levantarte”.
“¡¡Ahora!!” pensó Jonyo.
En el momento en que Blackron se
dispuso a ejecutar su ataque, el caballero del rayo se movió a toda velocidad,
alcanzó a su oponente en un instante, y consiguió acertarle un puñetazo en la
mejilla cuando iba a desatar su ataque. El caballero se quedó unos segundos con
el puño encajado, esperando una respuesta del cuerpo de su adversario, pero no
consiguió moverlo ni tirarlo al suelo. Finalmente, el propio Caballero Negro
agarró del brazo a Jonyo y apartó su puño.
“No aprendes Jonyo – dijo
mientras se limpiaba un pequeño hilo de sangre que caía derramaba por el labio
– Ni siquiera sabes usar tus propios poderes, y por eso sigues siendo inferior
a mí. A pesar de ser el más rápido de todos los caballeros, pones tanta fuerza
en tus ataques que la tensión que generan tus músculos disminuye
considerablemente tu velocidad, y acabas yendo más despacio que algunos de tus
compañeros, sin alcanzar tampoco la potencia que consiguen desatar ellos. Por
renunciar a ti mismo, te has quedado en un quiero y no puedo y ahora no
despuntas en nada”.
“No digas tonterías, ¿de qué me
sirve acelerar más si con la presión dinámica que se produce al aumentar la
velocidad no puedo moverme libremente? Cuanto más rápido vas, más pesa tu
cuerpo, y por ende también es más complicado mover el puño tenso y rígido para
el ataque. Tal vez pudiera propinar algún golpe a esa velocidad, pero sería tan
suave, que un adversario tan poderoso como tú ni siquiera se daría cuenta de
que le han tocado.
Si voy a mucha velocidad y poca
fuerza, ¿de qué me sirve alcanzar a mi objetivo si no puedo dañarle? Y si voy a
poca velocidad pero con mucha fuerza, ¿de qué me sirve la fuerza si no soy
capaz de alcanzado a mi objetivo? Me ha costado mucho alcanzar el equilibrio
perfecto entre las dos cosas, y que un primer golpe no te haya hecho daño no
servirá para que me convenzas de que estoy equivocado”.
“Está bien… Te voy a enseñar el
verdadero poder de la velocidad, el poder de tu elemento, ¡el poder del rayo
negro!”
Blackron, que todavía sujetaba al
caballero por el brazo, lo arrojó violentamente al cielo, saltó, y le golpeó en
el estómago para inmovilizarle momentáneamente. Después le dejó caer. El
caballero quedó unos instantes sin respiración, el tiempo suficiente como para
que Blackron pudiera invocar su ataque.
“El rayo negro es un elemento muy
difícil de controlar – comentaba mientras alzaba una mano al cielo y comenzaba
a acumular energía en su cuerpo – Y siendo la primera vez que lo utilizo, lo
más probable es que no acierte a la primera, así que iré a lo seguro…”
El caballero del rayo levantó la
mirada. En un pestañeo, un rayo negro cayó del cielo, fulminante, muy cerca de
él. Pocos segundos después, cayó otro, por detrás del Caballero Negro.
Finalmente, Blackron terminó de cargar energía, lanzó una onda de energía negra
hacia arriba, que fue engullida por las nubes, y estas liberaron una tormenta
de rayos negros que asolaron el lugar.
Jonyo no tuvo tiempo ni de reaccionar.
La velocidad de aquellos rayos negros fue fulminante, su fuerza ineludible, y
su poder abrumador. Sacudieron brutalmente toda la zona alrededor del caballero
del rayo, buscando acertar por pura inercia, atravesando rocas, tierra y aire,
y también al propio caballero.
No tardó en notar los efectos del
rayo negro sobre su organismo. Esperaba sentir una descarga eléctrica de gran
poder, sin embargo, no sintió nada, es más, dejó de sentir. En unos instantes,
el caballero del rayo perdió la vista, y quedó sumido en la más absoluta
oscuridad, a pesar de que ningún rayo le había alcanzado en los ojos. Después, perdió
el equilibrio y cayó al suelo, pero no sintió el golpe al caer. Ni el golpe, ni
nada. No era capaz de percibir su propio cuerpo. El olor de la tierra era lo
único que le confirmaba que de verdad había caído al suelo, pero también dejó
de percibirlo poco después. Ya sólo le quedaba el estruendo de los rayos negros
sacudiendo la zona, y finalmente también terminó por desaparecer.
Sin embargo, él sabía que no
estaba muerto. Sabía que esos rayos negros no habían acabado con su existencia,
porque todavía podía hacer una cosa. No podía ver, oír, oler, ni moverse, pero
seguía siendo capaz de pensar. Pensaba en lo que había ocurrido, y en la manera
de salir de aquella terrible situación. Pensar era lo único que probaba que
estaba vivo.
Aunque Jonyo no lo sabía, la
lluvia de rayos negros había cesado. Blackron permanecía de pie, observan el
cuerpo inanimado del caballero, que yacía en el suelo, sin ninguna evidencia de
lucha que hubiese podido tumbarlo. A pesar de que su adversario estaba
indefenso, el Caballero Negro no se movió, no comenzó ningún ataque, no
aprovechó para ganar. Se quedó inmóvil, en silencio, esperando.
Poco a poco, el caballero del
rayo, fue recuperando sus facultades de la misma inexplicable forma por la que
se habían ido. Empezó moviendo los dedos ligeramente, percibió el olor de su
propio aliento al respirar, escuchó el sonido del viento, y la imagen del mundo
volvió a aparecer en la pantalla de sus ojos. Estaba ligeramente conmocionado,
pero en unos instantes recordó todo lo que había ocurrido y se levantó dando un
sobresalto, buscando heridas en su cuerpo, llevándose la mano a la espada para
protegerse del siguiente ataque, buscando por todas partes a un adversario que
no se había percatado que tenía delante. Al ver que su cuerpo estaba intacto,
se tranquilizó, y fue entonces cuando descubrió la figura de antiguo amigo,
firme y desafiante, pero a la vez calmada y serena, frente a él, en el mismo
sitio que estaba cuando ocurrió todo.
“¿Qué ha pasado? – Preguntó el
caballero – No sentí ninguna descarga eléctrica cuando me alcanzaron esos rayos
negros. Es más, no sentí nada, todo desapareció”.
“Esa es precisamente la habilidad
del rayo negro. Como bien sabes, la electricidad es la base de cualquier
organismo. Todos los órganos se comunican con el cerebro mediante impulsos
eléctricos a través del sistema nervoso. El rayo negro desestabiliza la
electricidad del cuerpo, cortando la comunicación del organismo. Por eso,
aunque el cuerpo esté físicamente sano, se anulan todas las funciones vitales,
porque las órdenes del cerebro no llegan a su destino y no pueden procesarse.
Al mismo tiempo, las respuestas a estímulos de los órganos que el cerebro debe
interpretar, tampoco son capaces de alcanzar la base del sistema, por lo que
aunque tus ojos vean el mismo infierno, tu cerebro sólo puede mostrarte una
pantalla en negro. Aunque tus oídos estén escuchando una horrible melodía, tu
cerebro vive en el silencio. Aunque tu nariz esté oliendo un cadáver, tu
cerebro no lo sufrirá, y aunque beses a la novia de tu mejor amigo, tu cerebro
seguirá insípido”.
“Ya veo… Un poder abrumador, sí…
Pero de ser cierto, entonces no entiendo una cosa, ¿por qué no me has atacado
ahora que había perdido todos mis sentidos?”
“Sólo era un ataque de
exhibición, a cortesía de la casa. Matarte cuando estás indefenso no tendría
gracia. No serías consciente del sufrimiento que te pienso incurrir en el
momento de tu muerte. Además, todavía tienes algo por hacer antes de morir”.
“Algo… ¿Por hacer?”
El caballero del rayo no entendía
a lo que se refería su adversario, pero tampoco tuvo tiempo de pararse a
pensar, pues, de inmediato, Blackron se abalanzó contra él. El caballero volvió
a golpearle, buscando el punto óptimo que le permitiera utilizar toda su fuerza
a la mayor velocidad posible. Echó el brazo para atrás, y golpeó al caballero
Negro según venía, pero él ni siquiera se molestó en esquivar el golpe, sino
que lo recibió, lo resistió, y continuó su ofensiva.
“¡Pierdes el tiempo!”
Blackron le agarró de los codos,
para impedir nuevos puñetazos, y le asestó un rodillazo en el estómago. Jonyo
se encogió de golpe, pero ver a su adversario apabullado no le impidió continuar
golpeándole sin cesar.
Comenzó con un puñetazo en la
barbilla, de arriba abajo, para levantarle, y un instante después le lanzó a un
lado con una patada en el costado. Instintivamente, el caballero del rayo
disparó una onda de energía, ahora que le separaba cierta distancia de su
objetivo, pero Blackron volvió a cubrirse con un tornado de viento negro, y la
onda salió desviada por la fuerza centrífuga.
“Otra vez ese viento negro… Pues
ahora verás… – el caballero recurrió a la fuerza de su elemento. Invocó un rayo,
que cayó a su lado, y en el instante en que impactó, Jonyo arrancó un trozo del
centelleante elemento, y lo lanzó directo contra el tornado oscuro que envolvía
a su adversario – ¡Lanza del Relámpago!”
El rayo avanzó a la misma
velocidad que cuando cae del cielo. Fue más rápido que un pestañeo. Aquel
pedazo de rayo disolvió el tornado de viento negro y se abrió paso hasta
Blackron, en el impactó violentamente, tumbándolo en el acto, donde se quedó
tirado varios segundos, con múltiples espasmos.
“Hala… – el caballero del rayo no
salí de su asombro – Lo he tirado por pura rabia, no me esperaba que fuese a
funcionar, pero… El tornado de viento negro se ha desvanecido… Si mi Lanza del Relámpago ha conseguido
vencerlo, eso sólo puede significar que iba a una velocidad superior a la
giraba el viento. Entonces, ¿y si estoy equivocado? ¿Y si la estrategia que he
llevado hasta ahora no era la correcta? ¿Y si pruebo a hacer eso?”
Las reflexiones del caballero
eran tan profundas, que dieron tiempo a que Blackron se recuperara de los
espasmos y se pusiera en pie, aunque todavía algo aturdido.
“Olvidé que ese ataque era
demasiado rápido. Incluso yo, el mejor de los mejores, puedo cometer un error”.
“Está bien, probaré – Jonyo seguía
enfrascado en sus propios pensamientos – Le daré una oportunidad a esta teoría,
combatiré por encima de mis creencias, ¡lo haré!”
Blackron volvió a lanzarse al
ataque, pero en aquel momento, la velocidad a la que avanzaba, a Jonyo le parecía
lenta, muy lenta.
El caballero redujo su fuerza al
mínimo, aligeró su peso, liberó todas sus tensiones, y por primera vez, renunció
a todo lo demás para ir lo más rápido que pudiera. Un segundo después, la nariz
del Caballero Negro estaba ensangrentada, y él tirado en el suelo, sin estar
seguro de lo que había ocurrido.
“¿Qué cojones ha pasado? – se preguntaba
Blackron mientras trataba de detener la hemorragia – Sólo vi una luz en el puño
de Jonyo, cuando todavía estaba lejos de mí, y de repente, pasó esto…”
“Estoy tan sorprendido como tú, –
le contestó Jonyo, que no dejaba de mirarse el puño y sonreír – pero por fin lo
he comprendido. He comprendido… El verdadero poder la velocidad. Ese golpe, el
que ha hecho que tu nariz sangre, ha sido el más débil que he dado en toda mi
vida, pero por alguna razón, al aplicarle mi velocidad máxima, se ha vuelto
extremadamente poderoso”.
“Veo que por fin lo has
conseguido”.
“¿Cómo? ¿Esto es cosa tuya? No me
digas que eso que dijiste antes que me faltaba por hacer, ¿era esto?”
“Cualquier sustancia, por
diminuta o inofensiva que parezca, se vuelve temible cuando viaja a determinada
velocidad. Si te cae una gota de pintura desde el espacio, el impacto que
recibes equivale a un disparo de pistola. Si caes al mar desde un avión, el
agua será más dura que el hormigón. Es normal que tus golpes, por poca que sea
la fuerza que les apliques, se vuelvan tan poderosos al utilizarlos a velocidad
máxima”.
“Que ciego he estado todo este
tiempo… Tenía la fuerza que buscaba delante de mis narices, y jamás me paré a
pensar siquiera en cómo utilizarla… Pero, dime, ¿por qué? ¿Por qué me lo has
dicho? ¿Por qué me has ayudado? Pensaba que querías matarme”.
“Y es cierto, pero, al igual que
tú, no me basta con cualquier victoria. Para demostrar que era, soy y seguiré
siendo superior a ti para siempre, necesito vencerte al máximo de tu poder, y
ese máximo acaba de alcanzarse ahora. Tú me diste el poder de tu elemento sin
oponer resistencia, y no quiero deberle nada a nadie, así que yo he hecho que
despiertes todo tu potencial. ¡La verdadera batalla comienza ahora!”
“Entiendo… Así que ya estamos en
paz… No obstante, para mí, esto sigue sin ser suficiente. Yo quería derrotarte
estando en posesión de todos los elementos oscuros, pero mis compañeros no van
a perder, así que tengo que conformarme con acabar contigo a este nivel, a
pesar de que no hayas conseguido todavía tu poder al completo”.
“Jejejeje…” reía maliciosamente.
“¿Qué te parece tan gracioso? ¿Es
que piensas que puedes matarme en tu estado actual?”
“No, es que me hace gracia tu
inocencia, porque aquí llega… ¡mi siguiente elemento oscuro!”
1 comentarios:
El capítulo ha estado bien,pero claro después del último este se queda en normalito jajaja
dijo mientras se limpiaba un pequeño hilo de sangre que caía derramaba por el labio (derramada)
¿de qué me sirve la fuerza si no soy capaz de alcanzado a mi objetivo? (alcanzar)
observan el cuerpo inanimado del caballero, que yacía en el suelo,(observando)
El verdadero poder la velocidad(de la velocidad)
Un saludo a todos
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