Bienvenidos al penúltimo capítulo de Los Caballeros. Como ya anuncié en su momento, el último capítulo estará reservado sólo a aquellas personas que hayan leído la historia completa en el momento de su lanzamiento. Para tener acceso a él, basta con dejar un comentario en este capítulo, si comentas habitualmente, simplemente del capítulo, y si no, que demuestre que has leído la historia completa. Muchas personas comenzaron a leer y nada más salir su personaje dejaron de hacerlo (sí, al empezar a salir, no al dejar de salir, yo tampoco lo entiendo). Tal vez en algún momento de su vida cambien de opinión, pero ya será demasiado tarde. Cuando anuncié la medida avisé a todas esas personas, y a pesar de recibir respuestas positivas, nadie ha reaccionado realmente.
Como despedida, me gustaría regalar una copia física del episodio final haciendo otra fiesta como la de 2012, pero tendría que coincidir que el capítulo esté escrito con que mis padres se vayan a México otra vez y es algo que no depende íntegramente de mí así que doy a elegir entre leerlo digital cuando esté o esperar a la copia física en la fiesta. Si al final no se puede, se comunicaría. En caso de versión digital, el blog se volvería privado y requeriría una dirección de correo electrónico para permitir el acceso. También tened en cuenta que el capítulo más largo hasta ahora fue de 35 páginas y que el episodio final lo superará, para que vuestros ojos se preparen para leerlo online xD
Poco más. Os invito a compartir experiencias en los comentarios. Si elegís la versión física, puede que sea la última vez que lo hagáis, así que si tenéis algo que decir, es el momento. Qué esperais del último capítulo, que queréis saber, que creéis saber, quien estará, quien no, quien falta, quien es...? Etc.. :p
Nada más, ahí os dejo con el penúltimo episodio de Los Caballero, Algo más de 15 páginas para abrir boca hacia Ese Gran Final...
Como despedida, me gustaría regalar una copia física del episodio final haciendo otra fiesta como la de 2012, pero tendría que coincidir que el capítulo esté escrito con que mis padres se vayan a México otra vez y es algo que no depende íntegramente de mí así que doy a elegir entre leerlo digital cuando esté o esperar a la copia física en la fiesta. Si al final no se puede, se comunicaría. En caso de versión digital, el blog se volvería privado y requeriría una dirección de correo electrónico para permitir el acceso. También tened en cuenta que el capítulo más largo hasta ahora fue de 35 páginas y que el episodio final lo superará, para que vuestros ojos se preparen para leerlo online xD
Poco más. Os invito a compartir experiencias en los comentarios. Si elegís la versión física, puede que sea la última vez que lo hagáis, así que si tenéis algo que decir, es el momento. Qué esperais del último capítulo, que queréis saber, que creéis saber, quien estará, quien no, quien falta, quien es...? Etc.. :p
Nada más, ahí os dejo con el penúltimo episodio de Los Caballero, Algo más de 15 páginas para abrir boca hacia Ese Gran Final...
Episodio
CLXXXIII
CLXXXIII
L
|
a polvareda
resultante del asalto de los caballeros no tardó en disiparse. Finalmente,
frente a sus ojos, contemplaban a su último enemigo, con una sensación mezcla
de odio y curiosidad. Sin duda, la figura que apareció ante ellos no se parecía
a nada que hubieran podido imaginar. Su enemigo final, el Señor Oscuro, era un
hombre de avanzada edad, que aunque no llegaba a ser anciano, no le faltaba
mucho para serlo. Estaba obeso, no sólo por la enorme barriga que se ocultaba
bajo su camisa de cuadros y sus pantalones de pana, sino también por las líneas
de expresión de su rostro. Tenía bolsas en los párpados, que hacían parecer sus
ojos diminutos. También, las mejillas caídas, que marcaban su pequeña boca, se
movían cuando sonreía o hablaba, acentuando su edad. Un afeitado desaliñado en
el que el vello se veía como si fueran diminutos puntos negros, la cabeza de
pelo pobre, y un fuerte olor corporal, terminaban de rematar una imagen que
ninguno de los caballeros esperaba haberse encontrado jamás.
“De verdad… Este es…
¿nuestro enemigo final?” pensaba Gabriel en voz alta.
“Desde luego, no
responde a lo que se me estaba pasando por la cabeza…” añadió Jonyo.
“Lo siento,
caballeros – dijo el hombre, al mismo tiempo que se levantaba del pequeño trono
sobre el que descansaba su oronda figura – pero como vosotros mismos habréis
podido deducir, llegáis tarde. Habéis dejado que Mesa jugara con vosotros
demasiado tiempo, y ahora, él mismo ha decidido que todo acabase con su vida.
Ahora mismo, ya no importa si combatimos o no, si ganáis o perdéis, si vivís o
morís… Porque ya no hay futuro para ninguno de nosotros”.
“¡Esto todavía no ha
terminado! – Exclamó Arturo – ¡El planeta todavía no ha sido destruido!
¡Mientras sigamos vivos, siempre quedará alguna posibilidad! ¡No vamos a
rendirnos hasta el final! ¡Así que dinos la verdad de una vez y terminemos con
esto lo antes posible!”
“¿La verdad? ¿Qué
verdad?”
“¡No te hagas el
tonto! ¡Cuéntanos de qué va todo esto! ¡¿Quién eres y por qué te has tomado
tantas molestias en perseguirnos durante todo este tiempo!? ¡¿Cuál es tu
objetivo y cómo sabías que nosotros íbamos a despertar los poderes
elementales?!”
“¿Qué esperas que te
conteste? ¿Qué sois especiales? ¿Qué habéis sido elegidos por el destino?
Siento decepcionarte, caballero, pero no tengo una respuesta que satisfaga tu
curiosidad. Era Mesa el que tenía toda esa información, y nunca le pregunté de
donde la había sacado, por lo tanto ni lo sé, ni me ha importado nunca. De
todas formas, tampoco creo que haya ningún motivo especial. Las fuerzas
elementales eligen a sus representantes cada generación, y van dejando señales
acerca de sus preferencias. Igual que habéis sido vosotros podría haber sido
cualquiera. No debéis sentiros especiales.
Acerca de mis
motivaciones, son puramente laborales, como las de otros muchos enemigos a los
que habéis derrotado. Por nuestras habilidades o conocimientos, estamos más
capacitados para este empleo que para otro, pero ahora, Mesa ha ido demasiado
lejos, destruyendo todo aquello que tanto nos había costado construir. Nos
encontramos en la misma situación. Han jugado con vosotros tanto como conmigo,
y por ello, no tengo ninguna intención de luchar contra vosotros. Ya no es sólo
que esté en contra de la violencia, sino que además, no se conseguiría nada con
esa lucha. Os recomiendo que os marchéis por donde habéis venido, y que vayáis
a encontrar la muerte al lugar que sea más de vuestro agrado. Ya no tenéis nada
que hacer aquí. Ambos bandos han perdido”.
“¿Cómo dices? –
ninguno se terminaba de creer lo que escuchando, así que Reik estaba seguro de
que hablaba por todos cuando hizo la siguiente pregunta – ¿Qué estás en contra
de la violencia?”
“Exacto – continuó
Jonyo – ¿Tú te crees que somos gilipollas? La cabeza de toda la organización,
el Señor Oscuro, ¿en contra de la violencia? ¿Acaso piensas que hemos nacido
ayer? ¡Vete a timar a tu puta madre!”
“Creer o no creer ya
es decisión de cada uno. Al igual que una mentira no se convierte en verdad por
repetirla muchas veces, una verdad no se convierte en mentira por negarla con
empeño”.
“Entonces, ¿no hay
nada más? – Arturo era el que se veía más decepcionado – ¿Todo ha sido ideado
por y para Mesa? ¿Para satisfacer sus deseos? Nosotros, nuestras vidas, nuestro
futuro, ¿no ha importado nunca?”
“Eso es”.
“¡Me niego a créelo!
¡¿Qué hay de esas extrañas palabras que dijo Mesa antes de morir?! ¡¿Por qué se
conocían Mesa y Mario cuando el sacerdote llevaba toda su vida en la isla
prisión?! ¡¿Cuáles son esas señales que dejan las fuerzas elementales, para que
ni Fidel, ni Isabel, ni Verónica ni yo, llegáramos a conocer a nuestros
padres?! ¡¿Acaso salen con tanta antelación que incluso ya lo sabéis antes de
que nazcan los siguientes portadores?! ¡Más te vale que digas la verdad rápido
o tendremos que sacártela por la fuerza!”
“Tu insistencia no
cambiará la realidad. ¡Acepta tu destino y muere!”
Viendo que la
conversación había llegado a un punto muerto, Jonyo se lanzó directo hacia el
Señor Oscuro, desenvainando su espada de camino a su objetivo.
“¡Espera Jonyo! – le
gritó su compañero – ¡Todavía no hemos terminado de interrogarle!”
“¡Tranquilo! ¡Será
más fácil hacerle hablar cuando esté moribundo! ¡Intentaré no matarle!”
A pesar de sus
palabras, el caballero sabía que no podía arriesgarse a atacar más suavemente
sólo para no intentar acabar con su adversario. Era el último enemigo, y estaba
convencido de que ya iba a ser bastante complicado acabar con él yendo a por
todas, como para encima andarse con tonterías. Decidido, agarró su espada con
las dos manos, apuntó al frente, y se lanzó directo al cuerpo del Señor Oscuro.
Para sorpresa de
todos, el Señor Oscuro no hizo ningún movimiento para evitar el ataque del
caballero, y su espada se clavó sin piedad en la tripa de aquel hombre, que
parecía haberse negado a combatir. Todos los caballeros se quedaron
sorprendidos por la ausencia de reacción del Señor Oscuro, en especial, Jonyo,
que tras hundir su hoja en la carne de un enemigo, por primera vez no sabía qué
hacer a continuación.
“Acaso es que… ¿te
rindes?” le dijo Jonyo, levantando la vista suavemente.
“Ya os he dicho que
estoy en contra de la violencia”
Aquellas palabras
confundieron todavía más al caballero, que no se fiaba de la situación.
Rápidamente, extrajo su espada, llena de sangre, y se retiró unos metros,
volviendo con sus compañeros. En cambio, el Señor Oscuro, visiblemente herido
de gravedad, dio un paso al frente como si no pasara nada.
“¿Cómo puede seguir
en pie después de un ataque así?” se preguntaba Reik.
“¡Mirad! – Exclamó
Gabriel – ¡Está pasando algo con su herida!”
Todos prestaron la
máxima atención. Al cabo de unos instantes, pudieron ver un extraño fluido
gelatinoso de color rosa, que surgía del interior de la herida, hasta cubrirla
completamente, cuando comenzó a presentar un borboteo burbujeante, como si
estuviera hirviendo. Finalmente, el burbujeo cesó, y el fluido gelatinoso
terminó desprendiéndose de la piel por su propio peso, para deshacerse
completamente al llegar al suelo. La sorpresa de todos fue mayúscula, al
descubrir que la herida causada por Jonyo se había curado milagrosamente en
cuestión de segundos.
“Pero… ¡¿qué?!”
exclamó Arturo. Los caballeros estaban tan atónitos que no podían articular
palabras adecuadamente.
“Ese maldito cabrón
es inmortal…” comentó Reik.
“¡¿Inmortal!? Eso es
imposible – argumentaba Gabriel – Va contra las leyes de la naturaleza”.
“Por suerte o por
desgracia, no soy inmortal – el propio Señor Oscuro aclaró las dudas de los
caballeros – Como habéis visto, puedo regenerar mis heridas al instante, pero
eso dista mucho de la inmortalidad. Aunque no se me pueda matar, sí que puedo
morir, pero sólo por causas naturales. Mi cuerpo se cansa y envejece como el
vuestro. Mis sentidos se atrofian como los vuestros. Si no como, podría morir
de hambre, si no hay aire, moriría asfixiado, o incluso si no durmiese un
número suficiente de días consecutivos, también podría morir de agotamiento. Y
como no, como cualquier mortal, el paso del tiempo hará que un día llegue mi
momento, pero por lo menos, estoy libre de las amenazas externas. Es por esta
habilidad, que me impide morir en combate, por lo que soy la cabeza de esta
organización. Con una persona así al frente, es imposible cualquier tipo de
sublevación, derrocamiento, o atentado contra mi persona, y por tanto contra la
propia persistencia de la organización”.
“¡¿Me estás
vacilando?!” Jonyo todavía no podía creérselo.
“Si lo que está
diciendo es cierto, ¿cómo podríamos vencer a un adversario así? – Gabriel
trataba de encontrar una respuesta – La única forma sería ahogándole, pero ya
no tenemos a un caballero que controle el agua a voluntad… ¿Qué podemos hacer?”
“Ahí está el
detalle. No podéis hacer nada. Hace un momento os ofrecí un final pacífico.
Cuando el planeta deje de existir, yo también moriré, y por eso me parecía más
adecuado intentar aprovechar todos el poco tiempo que nos queda. Sin embargo, a
pesar de manifestaros abiertamente que estoy en contra de la violencia, vuestra
perseverancia en elegir solucionar las cosas con un derramamiento de sangre se
ha vuelto contra vosotros, y ahora pasaréis vuestros últimos instantes
atrapados en una batalla sin final que sólo acabará con la muerte de todos
nosotros. Vista vuestra actitud coactiva, tratando de obtener unas respuestas
que no existen, habéis cavado vuestra propia tumba, por lo que el desenlace que
se presenta será un castigo idóneo para vosotros. Espero y deseo
fervientemente, que en el instante de vuestro último aliento, la desesperación
se apodere de vosotros y os arrepintáis de haber elegido el camino de la
violencia para resolverlo todo, sufriendo para el resto de la eternidad. Y
ahora, ¡que dé comienzo el combate final!”
En otras
circunstancias, las palabras del Señor Oscuro habrían hecho mella en la
autoestima de los caballeros, complicando en gran medida sus esperanzas de alcanzar
la victoria. Pero esta vez era diferente. A pesar de que se encontraban frente
a su mayor reto, frente a una situación crítica y además a contrarreloj, la
experiencia que habían acumulado durante todos sus viajes, les ayudó a no
dejarse influir, a creer en que había una manera. Sin contestar nada, Gabriel,
Jonyo y Reik, desenfundaron sus espadas y se colocaron en posición de combate.
“Arturo, vamos a
tener que pedirte que te mantengas al margen – le dijo Jonyo – No es por
faltarte al respeto, pero gracias a nuestras armas ahora estás a un nivel
completamente diferente de nosotros”.
“Además, acabas de
combatir contra Mesa. Seguro que estás cansado – Gabriel apoyó la decisión de
su compañero – Aprovecha para descansar un poco en lo que nosotros nos encargamos
de él”.
“No le mientas –
añadió Reik – Acabaremos antes de que le dé tiempo a descansar”.
“Está bien – Arturo
era consciente de su situación – Me quedaré al margen, y si descubro algo
viendo el combate, os lo diré por si os puede ser de ayuda”.
“Finalmente, ¿habéis
decidido morir combatiendo?”
“No te equivoques,
¡no vamos a morir!” exclamó Gabriel con energía.
“¡Encontraremos la
manera de acabar contigo!” afirmó Reik.
“¿De verdad te
pensabas que ibas a poder asustarnos con esas historias? Nos hemos encontrados
en este tipo de situaciones muchas veces, y siempre hemos salido adelante. Blackron
daba más miedo que tú y nunca pensé que no podía ganarle dándolo todo. Poco
importa si eres inmortal o no. Si se te curan las heridas tendremos que atacarte
más rápido de lo que puedas curarte o desintegrarte por completo, pero siempre
habrá una manera, y eso es lo único que tenemos claro. Así que, ¡prepárate!”.
“¡Vamos!
¡Enseñádmelo! – Pensaba Arturo – Enseñadme vuestro nuevo poder… ¡Haced que me
muera de envidia!”
“¡¡Fluye!! ¡¡Tiempo!!”
“¡¡Crea!! ¡¡Materia!!”
“¡¡Vive!! ¡¡Naturaleza!!”
Los tres caballeros
alzaron sus armas al cielo tras invocar sus nuevos poderes. Las espadas se
iluminaron intensamente, dando paso a la Lanza del Tiempo, la Maza de la Materia,
y al Espíritu de la Naturaleza. El caballero del fuego quedó encandilado con la
belleza de las nuevas armas de sus compañeros, sobre todo de la de Gabriel, que
tenía forma de mujer. A la vez, se preguntaba cómo sería el Hacha del Espacio
que mencionó Mesa, que perteneció a Fidel, y que nadie más pudo ver. Aunque
ahora él llevaba la espada de su compañero, nunca tendría la posibilidad de
desencadenar su auténtico potencial al no ser su portador original.
“¡Venid! – Les
provocaba su adversario – ¡Acabemos de una vez con esta historia!”
Los tres caballeros
se lanzaron de frente contra el Señor Oscuro, con sus armas como baza
principal. Reik atacó en primer lugar, intentando hacer impactar su maza en la
cabeza de su objetivo. Esta vez, el Señor Oscuro sí opuso resistencia,
bloqueando el ataque con el antebrazo. A pesar del bloqueo, los pinchos que
rodeaban la maza se clavaron por el antebrazo, llegando a herirle. Acto
seguido, aprovechando que ya no podía cubrirse debidamente, Jonyo le propinó
una fuerte patada en el estómago, empujando con su pierna el cuerpo del Señor
Oscuro hasta estrellarse contra la pared del castillo, y una vez allí, le
hundió su lanza de nuevo en la barriga hasta atravesarle por completo, clavando
la punta de la lanza que salió por la espalda en la pared de piedra, anclándole
para que no podía escapar. Por detrás, Gabriel se acercaba corriendo. El
Espíritu de la Naturaleza se descompuso en un montón de pequeñas partículas de
luz rosa, que fueron introduciéndose en el brazo del caballero poco a poco,
hasta que quedó completamente iluminado. Al alcanzar el objetivo, Gabriel
blandió su propio brazo como si fuera una espada, y de un manotazo, cortó una
pierna del Señor Oscuro.
Terminado el ataque,
Jonyo extrajo su lanza, y el cuerpo del Señor Oscuro volvió al suelo. Al contar
con una pierna de menos, ahora no fue capaz de mantenerse en pie, y cayó sobre
su propio peso. El fluido rosa no tardó en aparecer en la herida de su brazo,
regenerándose en cuestión de segundos.
“A pesar de que le
hemos atacado los tres y que le hemos cortado una pierna… No ha…” comentaba
Gabriel mientras el Espíritu de la Naturaleza salía de brazo, regresando a su
forma original.
“Sí. No ha gritado
ni ha mostrado signo de dolor ni una sola vez – dijo Reik – Lo que seguramente
significa que…”
Antes de que
terminara la frase, tuvieron la respuesta ante sus ojos. Con una simple mirada,
el Señor Oscuro consiguió que la pierna cortada regresara volando hasta su
lugar de origen, como si tuviese algún tipo de atracción magnética. La pierna
encajó en el punto en el que había sido cortada, y en ese momento apareció el
fluido gelatinoso alrededor, para sellar las juntas y unir de nuevo los dos
miembros. Recuperado completamente, no tuvo más que levantarse y sonreír.
“Lo que imaginábamos…
Puede unir miembros cercenados…”
“Vale, ¡pues pasemos
a la siguiente fase!” exclamó Jonyo.
Reik alzó su Maza de
la Materia, y la gema azul que la adornaba comenzó a brillar. Una capa de hielo
comenzó a brotar del suelo, congelando las piernas del Señor Oscuro, que quedó
inmovilizado. El hombre intentó romper el hielo a puñetazos, pero cuando fue
golpear el líquido cristalizado, su puño se quedó pegado a él. Fue entonces
cuando se dio cuenta de que un extraño humo blanco que no había visto antes
brotaba del hielo en cuestión.
“Esto… Esto no es
hielo normal”.
Aprovechando la
confusión de su adversario, Gabriel volvió a unirse con el Espíritu de la
Naturaleza, pero ahora no se limitó a su brazo, sino que le dejó entrar en todo
su cuerpo. El resultado fue un Gabriel cuyos ojos se han convertido en pura luz
rosa, y una poderosa aura rosa a su alrededor. En esa forma, extendió el brazo
al frente y comenzó a cargar energía en la palma de su mano.
“¡El resto es cosa
mía!” exclamó Jonyo.
El caballero se
acercó volando al Señor Oscuro, que seguía inmovilizado, y con una mano pegada
al hielo, y le propinó una patada en la barbilla, con fuerza suficiente como
para que el retroceso que sufrió su cuerpo le despegara el puño del hielo,
volviendo a enderezar su cuerpo. En ese momento, Gabriel disparó una potente
onda de energía de color rosa contra ellos. Jonyo se apartó de la trayectoria
del disparo en el último instante, y el ataque impactó de lleno contra el
cuerpo del Señor Oscuro. La onda no era demasiado ancha, pero sí muy
concentrada, y atravesó a su objetivo sin ninguna dificultad, originándole un
amplio agujero por todo su torso.
“Haaa… Haaaaaa… –
Gabriel estaba empezando a sufrir los efectos de abusar del Espíritu de la
Naturaleza – ¿Habrá servido de algo?” se preguntaba mientras las partículas de
luz rosa abandonaban su cuerpo.
El Señor Oscuro
seguía en pie. El agujero de su torso no tardó en empezar a llenarse del fluido
gelatinoso, que salía de las paredes de la carne. Aunque tardó un poco más en
curarse por ser un daño mucho mayor, sólo se trató de una cuestión de tiempo.
“A pesar de no tener
corazón ni pulmones… ¿Ha podido regenerarse igualmente?” comentó Reik.
“Parece que mientras
pueda unir sus partes no tendrá problemas en recuperarse. Intentemos destruir
una parte de su cuerpo completamente” opinó Jonyo.
“Yo haré de cebo –
dijo Gabriel – Os allanaré el camino. Evitaré participar y así descansaré un
poco”.
“Será mejor que no
vuelvas a hacer una burrada como la de antes – le consejo Reik – No sabemos
cuánto va a durar esto, y malgastar tanta energía a lo tonto puede costarnos
caro”.
“Lo sé. Pero había
que intentarlo…” susurró y salió hacia el Señor Oscuro.
Gabriel llegó hasta
su objetivo, acompañado del Espíritu de la Naturaleza. En principio, trató de
valerse por sí mismo para guardar fuerzas. Atacó combinando puñetazos y patadas
por todo el cuerpo de su adversario, el cual, por debajo del pecho, recibía
todos los golpes sin oponer resistencia, pero por encima de la altura de las manos,
se dedicaba a bloquearlos, siempre sin llegar a contraatacar, manteniéndose
fiel a sus principios.
“Eso no va llevar a
ningún sitio… – pensaba Gabriel – Le haré caer en una trampa…”
Deliberadamente,
dejó un espacio desprotegido mientras ejecutaba sus ataques. El Señor Oscuro se
dio cuenta, y aunque no le atacó directamente, sí que extendió el brazo para
intentar agarrarle y quitárselo de encima. El Espíritu de la Naturaleza se
transformó en una barrera y protegió al caballero, bloqueando los esfuerzos del
Señor Oscuro, quien a pesar de todo intentaba vencer la fuerza de la barrera y
alcanzar a su presa. En ese momento, Jonyo apareció desde arriba, dando una
voltereta en el aire, y con la fuerza de la caída, utilizó la punta de su Lanza
del Tiempo para cortar el brazo del Señor Oscuro.
“¡Tuyo!” exclamó, y
apartó el brazo que acababa de cortar de una patada.
Reik seguía el
movimiento del brazo amputado con la mirada. Sabía que el Señor Oscuro podía
hacerlo regresar en cualquier momento, así que actuó con rapidez. Extendió el
brazo y proyectó una onda de energía directamente contra el brazo,
destruyéndolo completamente.
“Si el brazo ya no
existe, no puede volver a unirlo a su cuerpo” comentó Jonyo.
“Ilusos” fue la
única palabra que salió de la boca del Señor Oscuro.
Inmediatamente, el
fluido gelatinoso de color rosa comenzó a brotar por la herida de la
amputación. Aunque más despacio, avanzaba hacia delante, reconstruyendo el
brazo por sí mismo, sin necesidad de que la otra parte estuviese al otro lado.
Poco a poco, el antebrazo, la muñeca, la mano, los dedos y las uñas fueron
regenerándose a partir de la herida, hasta quedar, una vez, completamente
restaurados.
“Ya hemos hecho
todas las pruebas posibles – concluía Reik – Parece que la única opción que
tenemos es desintegrarle completamente para que ninguna célula de su cuerpo
pueda reconstruirle…”
“Vale, ¿atacamos los
tres a la vez?” propuso Jonyo.
“No es necesario.
Puedo hacerlo yo solo, gracias a la Maza de la Materia. El problema es que el
rango de la explosión es demasiado amplio y como sólo lo he hecho una vez,
todavía no soy capaz de calcularlo adecuadamente. Si lo hago aquí, seguramente
os mataría a todos vosotros accidentalmente”.
“¿Y qué tal en el
cielo? ¿Eso te serviría?” sugirió Gabriel.
“Si lográis subirle
a suficiente altura y luego os quedáis abajo… Sí… Creo que podría servir”.
“Estupendo, pues
déjanoslo a nosotros. ¡Vamos, Gabriel!”
Los dos caballeros
se pusieron en marcha. Jonyo tomó la delantera. Se acercó al Señor Oscuro y,
sabiendo que no iba ni a molestarse en cubrirse, comenzó a asestarle una serie
de puñetazos en la barriga para debilitarle un poco, y después le lanzó hacia
arriba de un derechazo en la barbilla acompañado de un salto.
Una vez estaba
flotando, Gabriel entró en escena. El Espíritu de la Naturaleza tomó la forma
de una serpiente, se enrolló alrededor del cuerpo del Señor Oscuro, y comenzó a
ascender hacia los cielos, atravesando el techo del castillo por la fuerza.
“Vale, es mi turno.
Para derrotar a Shawn utilicé 350 miligramos de materia y 350 de antimateria.
La explosión resultante provocó un agujero que seguramente puede verse desde el
espacio, y con una profundidad suficiente para que no se viera el fondo a
simple vista. Shawn murió, que era lo importante, pero si llego a poner un poco
más, podría haber alcanzado el área en la que estaba combatiendo cualquiera de
los demás, y matarle también. Será mejor que esta vez lo dejemos en 300
miligramos, y aun así, tendré que tener cuidado…”
Los tres caballeros
salieron por el agujero del techo, seguidos de Arturo, que tampoco quería
perderse lo que estaba ocurriendo, y se posaron sobre el tejado del castillo.
Desde allí, tuvieron una vista general del exterior. La destrucción se había
intensificado desde que entraron por la puerta hacía no más de una hora. Una
fuerte tormenta sacudía toda la zona hasta donde alcanzaba la vista, con
fuertes rayos cayendo cada pocos segundos, y un frío viento que helaba los
huesos. A pesar de la lluvia, muchas partes de la isla estaban en llamas.
Algunas por las sacudidas de los rayos, y otras por las erupciones volcánicas.
Los ríos de lava ya igualaban en número a los de agua, y los animales salvajes
corrían de un lado a otro sin saber qué hacer. En el mar, las corrientes se
habían descontrolado, generando olas gigantescas, torbellinos, y algún que otro
tornado se veía a lo lejos.
“Viendo esto, no
puedo evitar pensar que poco importa el alcance de tu explosión, Reik – le dijo
Arturo al observar aquella desoladora escena – Es posible que ya no quede casi
nada que salvar”.
“Tranquilo, la
naturaleza es fuerte – le contestó Gabriel – para destruir, y también para
crear y renacer. Mientras quede algo de vida ahí abajo, todo se arreglará. Lo
mismo pasa con los seres humanos”.
“Fue idea tuya que
dejáramos el mundo a un lado. Todos sabíamos lo que implicaba y todos estuvimos
de acuerdo – le recordó Jonyo – Así que no flojees ahora, o todo esto no habrá
servido para nada”.
“Sí, es cierto –
pensó el caballero para sus adentros – Pero al final no hemos encontrado
ninguna respuesta…”
“¡Bien! ¡Ya está
suficientemente alto! – Exclamó Reik – ¡Puedes decir al Espíritu de la
Naturaleza que vuelva! ¡Yo me encargaré del resto! ¡En cuanto salga, volved al
interior del castillo y tiraos al suelo!”
“¡¡De acuerdo!!”
contestaron todos.
El caballero
extendió los dos brazos, uno a cada lado, y cerró los puños con fuerza, sumando
una alta concentración. Al cabo de unos segundos, los abrió suavemente, y una
pequeña gota apareció sobre la palma de cada una de sus manos. Miró atentamente
cada una de las gotas que había producido, y tras unos instantes, asintió con
la cabeza y salió volando hacia el cielo a toda velocidad.
En todo lo alto, por
encima de las nubes, donde todavía brilla el Sol, el cuerpo del Señor Oscuro
continuaba ascendiendo. Pese a todo, el hombre no mostraba la más mínima
inquietud, prevaleciendo la calma y la confianza que no había perdido en ningún
otro momento. Al cabo de un rato, el Espíritu de la Naturaleza se separó de su
cuerpo, volviendo a la superficie, por lo que él comenzó a caer. Enseguida,
Reik apareció en escena tras atravesar las nubes, volando directo hacia él.
“Tal vez sea mejor
que no me acerque más… Cuanto más tarde en llegar, más descenderá, y más
posibilidades habrá de que los efectos de la explosión lleguen a la superficie…
Está bien, ¡vamos allá! ¡Bomba de
Antimateria!”
El caballero lanzó
las dos gotas hacia delante, pero no en paralelo, sino ambas hacia el mismo
punto, para que se cruzaran más adelante. Acto seguido, se dio la vuelta y
comenzó a descender a toda velocidad. Unos segundos después, un fuerte
destello, lo iluminó todo, y la onda expansiva de su propio ataque le arrastró
de nuevo hacia la superficie.
“¡Ahí viene! –
exclamó Jonyo, que ya estaba en el interior del castillo, junto a los demás –
¡¡Al suelo!!”
Los tres se tiraron
al suelo con las manos sobre la cabeza, y enseguida el destello también les
alcanzó. Aunque la propia explosión no llegó hasta el suelo, sí que lo hizo la
onda expansiva, que sacudió con fuerza toda la isla, produciendo un tremendo
terremoto. La estructura del castillo se resintió, temblando todas las paredes,
y precipitándose varias rocas contra el suelo. El temblor duró cerca de un
minuto, y después fue desapareciendo podo a poco, al igual que el destello.
Cuando cesó del todo, los caballeros volvieron a salir a salir al tejado por el
agujero, y se encontraron un panorama muy distinto.
“¿Pero qué…?” dijo
Jonyo al darse cuenta de lo que había ocurrido.
“Parece que vuestro
poderes son bastante impresionantes” comentó Arturo.
La explosión
provocada por Reik había limpiado completamente el cielo. Las nubes, la lluvia,
e incluso el viento. Todo había desaparecido hasta donde les alcanzaba la
vista. La tormenta ya no estaba, y con ella, las aguas se habían calmado
parcialmente. Sólo quedaba un inmenso cielo azul, iluminado por un imponente
Sol.
“Parece que sin
querer hemos resuelto parte del problema – dijo Gabriel – Aunque las erupciones
y los incendios no hayan cesado, algo hemos avanzado. Ya te dije que la
naturaleza era fuerte”.
Reik no tardó en
aparecer, volando desde una zona apartada de la isla, visiblemente cansado.
“¿Dónde estabas?” le
preguntó Gabriel al verle llegar.
“La onda expansiva
también me atrapó a mí. Como esta vez no estaba en el epicentro de la
explosión, no pude librarme de sus efectos. Me arrastró hasta un bosque que hay
por aquí cerca, o más bien lo que queda de él, y no he podido salir de allí
hasta que se ha calmado todo”.
“Bueno, lo que
importa es que todo ha sido un éxito – dijo Jonyo – Por mucho que pueda
regenerarse, es imposible que pueda salir con vida de algo así. No ha podido
quedar nada de él para reconstruirse. Podemos irnos”.
“Un momento – le
interrumpió Arturo – ¡Ahí veo algo!”
Todos alzaron la
vista al cielo despejado. Donde antes no se veía nada más que nubes negras,
ahora había una clara vista del firmamento, y en mitad del cielo azul, una
extraña luz verde se apreciaba en la lejanía.
“No… No puede ser…”
susurraba Reik.
Según descendía,
poco a poco, se fue haciendo más visible. El Señor Oscuro estaba protegido con
una barrera de energía con forma de esfera, con la que había conseguido
salvarse del ataque del caballero. A pesar de todo, la esfera de energía
presentaba varias grietas por múltiples partes, denotando que le había costado
resistir. El Señor Oscuro continuó descendiendo hasta posarse en el tejado del
castillo, junto a los caballeros. En ese momento, la esfera que le envolvía
estalló en varios pedazos, los cuales no tardaron en deshacerse.
“Debo darte las
gracias, caballero – le dijo a Reik sonriendo – Gracias a que lanzaste tu
ataque lejos de mí, en vez de acercarte y hacerlo estallar en mi posición
exacta, tuve tiempo de reaccionar y protegerme con la barrera. Además, como tu
ataque fue más débil que la última vez, la barrera resistió sin problemas.
Pienso que con que no hubieras tomado tan sólo una de esas dos decisiones,
seguramente no habría sobrevivido, pero… ¡Qué ironía! Por salvar a tus
compañeros, has perdido la oportunidad de acabar conmigo”.
“Pues vaya chorrada,
lo hacemos otra vez y fuera – dijo Jonyo – ¡Vamos Reik!”
“Me temo que no es
tan sencillo. Ese ataque requiere de una gran cantidad de energía para elaborar
las partículas de antimateria. Me temo que podré volver a repetirlo hasta
dentro de un rato”.
“El problema es si
el planeta aguantará ese rato – Gabriel observaba a su alrededor, sintiendo el
sufrimiento de la naturaleza – No lo tengo muy claro…”
“¿Acaso es que
nuestro tiempo ya pasó?” dijo Arturo.
>>“Como
cualquier mortal, el paso del tiempo hará que un día llegue mi momento” aquella
frase hizo que Jonyo recordara las palabras del Señor Oscuro, y se quedó un
instante pensativo.
“¿Estás bien?” le
preguntó Gabriel al verle con la mirada perdida.
“¡Claro! ¡Eso es!
¡El tiempo! – Exclamó de repente – ¡He tenido la solución en mis manos desde el
primer momento y no me había dado cuenta hasta ahora! ¡Entretenedle! ¡Yo
acabaré con él!”
Ninguno de ellos
tenía claro lo que pasaba por la cabeza de su compañero, pero no tenían tiempo
para explicaciones. Gabriel y Reik se lanzaron contra el Señor Oscuro, mientras
que Arturo se quedó en la retaguardia, por si su adversario intentaba alcanzar
a Jonyo. Los dos caballeros atacaron con una ofensiva cuerpo a cuerpo,
encontrándose el mismo escenario que otras veces. El Señor Oscuro se limitaba a
cubrirse y bloquear ataques que le venían de las manos para arriba, mientras se
dejaba golpear del torso para abajo.
“Para estar tan
gordo y viejo, es rápido – pensaba Reik mientras arremetía con una lluvia de
puñetazos y patadas – Estamos atacándole
los dos a la vez, y no tiene problemas en librarse de todos nuestros golpes. Es
cierto que utiliza su habilidad para desentenderse de la defensa de parte de su
cuerpo, pero aun así, entre los dos deberíamos ser capaces de conseguir algo...
Un momento… ¿Y si…? ¿Y si hubiera una razón…?”
Mientras tanto, Jonyo cogió su Lanza del Tiempo con las
dos manos y la extendió hacia delante. La gema verde que portaba el arma, se
iluminó, y giró sobre sí mismo hasta dar una vuelta completa. La estela de luz
que dejaba la gema al dar la vuelta se quedó en el aire y al cerrar el círculo
se formó un anillo de energía verde. Al completarse, el anillo de energía se
elevó y quedó flotando unos metros por encima del caballero. Sin perder más
tiempo, siguió creando nuevos anillos, que continuaron acumulándose sobre su
cabeza. Cuando tuvo una docena de ellos, los mandó directos hacia el Señor
Oscuro.
“¡¡Apartaos!!” le gritó a sus
compañeros.
Gabriel y Reik se retiraron rápidamente,
y los anillos se abrieron paso hacia su objetivo, colocándose a su alrededor,
hasta formar una esfera de energía al entrelazarlos todos, tapando todos los
huecos.
“¿Puedes explicarnos al menos qué
estás haciendo?” le preguntó Gabriel.
“Soy capaz de hacer que el paso del
tiempo sea diferente dentro de esos anillos. No puedo hacer retroceder el
tiempo, pero sí ralentizarlo o acelerarlo. Él mismo dijo que podía morir de
viejo, así que aceleraré el tiempo para que en un par de minutos en la realidad,
pasen varios años dentro de los anillos, hasta que muera de viejo”.
Los anillos comenzaron a girar a
gran velocidad, produciendo un intenso silbido, y un suave viento a su
alrededor. Aceleraron más y más a cada segundo que pasaba, acercándose a la
velocidad suficiente para hacer una brecha en el flujo temporal.
“Van muy rápido…” comentó Gabriel.
“No… No van tan rápido… Ya llevan
veinte segundos, y ni siquiera han alcanzado la mitad de la velocidad que
deberían llevar. Con Blackron, a estas alturas ya hacía rato que se habían
separado los flujos temporales de dentro y fuera. Está pasando algo…”
De pronto, un chorro de sangre
salió del interior de los anillos, que no sólo seguían sin aumentar su
velocidad, sino que además comenzaron a frenarse poco a poco.
“¡¿Qué está pasando?!” exclamó el
caballero, viendo cómo se hundía su estrategia.
Al perder suficiente velocidad, un
brazo del Señor Oscuro se hizo paso a través de los anillos hacia el exterior.
Y era sólo eso, un brazo. Ya no tenía mano, se trataba sólo de un muñón
ensangrentado con el hueso a la vista. Unos segundos después, el otro brazo, y
las dos piernas, también hicieron acto de presencia, en las mismas condiciones.
Las cuatro extremidades del Señor Oscuro se habían esfumado, dejando un río de sangre
brotando de lo que quedaba de cada una de ellas, acompañadas de un suave humo
que salía de cada una de las heridas. Finalmente, los anillos cedieron ante él,
deteniéndose por completo, para después desvanecerse.
“¡Ya entiendo! – Exclamó Jonyo con
una mirada llena de ira – Recuerdo que cuando utilicé esta técnica contra
Blackron, él también intentó destruir los anillos desde dentro, pero la energía
cinética de los anillos rechazó su ataque. Pero como el cabrón este es inmortal
y no siente dolor, ha frenado los anillos haciendo presión con sus propias
manos, a pesar de que la velocidad de
giro le ha destrozado las extremidades en el proceso. Como ha frenado los
anillos, no han podido alcanzar velocidad suficiente para separar el paso del
tiempo, y aunque lo hubieran conseguido, los anillos son la pared que separa
los dos flujos temporales, no pueden estar en contacto con nada o no cumplen su
función. Normalmente, su elevada velocidad sirve para echar atrás cualquier
intento, a no ser que quieras quedarte sin un miembro, claro… Pero no tuve en
cuenta las habilidades de este tío antes de usarlos…”
“Vamos, que es como un niño
metiendo los dedos en un ventilador…” tradujo Reik.
Tirado en el suelo,
sin ninguna de las cuatro extremidades, el Señor Oscuro comenzó su
regeneración. El fluido rosado salió de todas las heridas al mismo tiempo,
reconstruyendo todos sus miembros destruidos por la energía cinética de los
anillos en cuestión de segundos. Enseguida, pudo ponerse de nuevo en pie.
“Ni la Unión de la Naturaleza con la que
derroté a Lardo…”
“Ni los Anillos de Distorsión Temporal con los
que purifiqué a Blackron…”
“Ni la Bomba de Antimateria que aniquiló a
Shawn…”
“¡¡No ha funcionado
ninguna!!” pensaron los tres a la vez.
“Estoy seguro de que
es la primera vez que vais a perder un combate sin recibir un solo golpe” se
burlaba el Señor Oscuro.
“No sé vosotros,
pero después de esto, a mí se me han acabado las ideas…” comentaba Jonyo con un
tono desalentador.
“Lo mismo digo…”
añadió Gabriel.
“A mí se me acaba de
ocurrir una – dijo Reik – Ni siquiera es una idea en sí, sólo es una teoría,
pero me gustaría confirmarla, ¿me ayudáis?”
“Claro – le dijo Gabriel. Las palabras de Reik
inundaron de esperanza el corazón de sus compañeros – ¿Qué tenemos que hacer?”
“Venid aquí, os
contaré mi plan”.
Los tres caballeros
se acercaron. Reik susurró algo al oído a los otros dos, mientras Arturo
continuaba ejerciendo de línea en caso de que el Señor Oscuro quisiera
interferir. Sin embargo, no fue así. El hombre continuaba impasible, con toda
confianza, esperando a que la propia naturaleza se llevase su vida y la de
todos.
“Ya veo… – comentaba
Jonyo al descubrir las intenciones de su compañero – No lo había pensado, pero
sí, es raro… Merece la pena intentarlo. ¿Cuánto tiempo crees que tenemos?”.
“Calculo que unos
cinco segundos – dijo Reik – Puede que menos”.
“Muy bien, ¡yo iré
delante! – Exclamó Gabriel – ¡Ven a mí! ¡Espíritu de la Naturaleza!”
La figura de luz se
descompuso de nuevo en centenares de partículas, pero no ocuparon el cuerpo
entero del caballero, sino únicamente sus extremidades. Los dos brazos y las
dos piernas de Gabriel, que comenzaron a iluminarse, acumulando una gran
cantidad de poder.
“No tengo fuerzas
para hacer una Unión de la Naturaleza
completa tan pronto, pero no creo que haya problema con una fusión parcial”.
El caballero se
lanzó directo contra el Señor Oscuro, asestándole una patada en la barriga. Con
sus extremidades reforzadas, la pierna del caballero no se limitó a hundir la
tripa de su adversario. Fue mucho más allá, perforando la piel y clavándose en
el interior, como si fuera una espada. Sin perder tiempo, extrajo la pierna
ensangrentada, y cargó un puñetazo a la cabeza. El Señor Oscuro se cubrió
rápidamente, pero el poder de Gabriel era mucho mayor, y no sólo le rompió la
guardia, sino que además le cortó el brazo del choque, abriéndose paso hacia la
cabeza. De un acto reflejo, el hombre esquivo el golpe moviendo la cabeza a un
lado. Gabriel pasó de largo tras fallar el golpe, pero tuvo tiempo de darle una
suave patada en la espalda con la puntilla, que por lo menos sirvió para
derribarle. Inmediatamente, Jonyo apareció para cortarle el otro brazo con su
Lanza del Tiempo, y acto seguido, le apuñaló con fuerza el costado, atravesando
su cuerpo de un lado a otro, hasta que la lanza salió por el otro lado.
“¡Ahora, Reik!”
exclamaron los dos al mismo tiempo.
A pesar de que
estaba todavía en medio de la ofensiva, el cuerpo del Señor Oscuro comenzó a
regenerarse. Sus brazos amputados comenzaron a cubrirse del fluido gelatinoso,
y rápidamente comenzaron a reconstruir las extremidades. Reik apareció desde
arriba, empuñando su maza, descendiendo a toda velocidad hacia su objetivo,
previamente inmovilizado por su compañero.
“4… 3… 2… – contaba
mientras veía formarse los antebrazos del Señor Oscuro – 1… ¡¡¡Muereeeee!!!”
Antes de que sus
manos pudieran reconstruirse por completo, y gracias a estar inmovilizado por
la lanza de su compañero, Reik fue capaz de golpear al Señor Oscuro con su Maza
de la Materia en la cabeza. En el instante del golpe, Jonyo extrajo la lanza,
para dar más libertad al ataque de su compañero. El resultado fue el cuerpo del
Señor Oscuro atravesando el tejado del castillo por la fuerza del golpe, con la
cabeza ensangrentada y los ojos en blanco. El cuerpo regresó al interior del
castillo, ya a menor velocidad a causa del impacto contra el tejado, y terminó
estrellándose contra el suelo de la sala del trono, donde había comenzado el
combate.
“¡Rápido!” exclamó
Gabriel, y los tres descendieron sin perder un instante, siguiendo de cerca los
movimientos de su objetivo. En cambio, Arturo, a quien nadie le había explicado
lo que estaba ocurriendo, decidió permanecer en el tejado, observando desde el
boquete del techo.
Los tres caballeros
aterrizaron rodeando el cuerpo del Señor Oscuro, que permanecía en el suelo.
Cada uno empuñaba su arma apuntando hacia él, tragando saliva, y casi sin
respirar, a la espera de resultados, pero conscientes de que podía ocurrir
cualquier cosa.
Al cabo de unos
segundos, el Señor Oscuro, parcialmente cubierto de escombros, comenzó a
ponerse en pie. Con algo más de esfuerzo de lo habitual, finalmente el hombre
se puso en pie, y al comprobar su aspecto, todos quedaron asombrados.
“¡¡No se ha
regenerado!!” pensaron los tres.
El Señor Oscuro
mostraba un lamentable aspecto, con sus extremidades a medio reconstruir,
deformes y maltrechas, las patadas perforadoras de Gabriel a medio curar,
llenas de fluido rosa saliendo sin control, y la herida de la cabeza, intacta,
sangrando. Los pinchos de la maza de Reik se habían clavado con profundidad,
llegando hasta el cerebro, y habían afectado a los sentidos del Señor Oscuro,
que no podía moverse ni hablar adecuadamente.
“Parece que tenías
razón…” dijo Jonyo.
“Al final da igual
qué tipo de habilidad tengas, si el cerebro falla, ya no hay nada que pueda
utilizarla” dijo Reik.
“Por eso se cubría
de todos los golpes que iban a la cabeza, y nos dejaba golpearle en cualquier
otra parte. Era plenamente consciente de su debilidad. Incluso disponía de
barrera de energía para emergencias…” Gabriel también daba su opinión.
“Entonces, si desde
el principio le hubiéramos cortado la cabeza, ¿habría sido suficiente?”
preguntó Jonyo.
“No creo – le
contestó Gabriel – Con eso se habría regenerado todo el cuerpo de cuello para
abajo”.
“Más bien habría
sido partírsela en dos – concluyó Reik – o destruírsela directamente, que es lo
que vamos a hacer para rematarle”.
“¿Rematarle? ¿Ya?”
preguntaba ahora Gabriel.
“Sí. Ya no puede utilizar
bien sus sentidos, ni mucho menos su capacidad de regeneración. En otras
palabras, ya no puede hacernos ningún daño. Tampoco podemos sacarle ninguna
información en este estado, así que lo siento por Arturo, pero lo mejor es
acabar con él cuanto antes, y dedicar el tiempo que nos queda a tratar de
arreglar este desastre para no acabar muertos nosotros también”.
Los tres caballeros
retornaron sus armas a su forma original, empuñando sus espadas como habían
sido siempre. Y mientras se preparaban para el último ataque, intercambiaron
palabras acerca del final de su aventura.
“Al final, ha sido
divertido llegar hasta aquí – reflexionaba Jonyo – He conseguido arreglar las
cosas con Blackron, y lo más importante, me he reído mucho”.
“He conseguido
perdonarme a mí mismo – comentó Gabriel – Sinceramente, era lo que más
necesitaba, y no esperaba conseguirlo nunca. Este viaje me ha salvado de mí
mismo”.
“He aprendido que a
veces no puedo conseguir todo estando yo solo, que es necesaria la ayuda de los
demás, aunque sigue sin ser algo que me guste especialmente” terminó Reik.
“La verdad, me ha
decepcionado un poco que este hombre fuera el último enemigo. Era resistente,
pero en cuestión de fuerza, no tenía nada que ver con Mesa o con el Capitán
Lardo” comentó Jonyo.
“No está mal que por
una vez las cosas se pongan medianamente fáciles – contestó Gabriel – Ha habido
veces que lo he echado de menos”.
“¡Es la hora! –
Exclamó Reik – ¡Acabemos con esto!”
Los tres caballeros
se lanzaron volando a ras de suelo, espada en mano, para atacar conjuntamente a
la ya de por sí debilitada cabeza del Señor Oscuro, con el objetivo de acabar
con su vida de forma rápida, evitando todo sufrimiento posible.
“Parece que esta
marioneta ha dejado de ser de utilidad” dijo una voz.
Curiosidades!!!
Manolo fue el único profesor en todo el instituto con el que nunca aprobé ni una sola evaluación. También tiene el título honorífico de ser la única persona que me ha suspendido un examen de esos para demostrar que te has leído el libro de turno. Es por eso que tiene el honor de ser el enemigo final de esta historia (aunque no sea el más poderoso). En clase se manifestó abiertamente en contra de violencia, y dijo que si se viera envuelto en un enfrentamiento como mucho se defendería. Todos sus valores han sido plasmados en la personalidad de su personaje. Además, no era una persona que simplemente te pusiera un examen difícil y ya está. Su especialidad estaba en el día a día, desmoralizandote. Sabía perfectamente cómo éramos todos nosotros e iba colocando trampas por todos lados para que vieras que daba igual cuanto lo intentaras, que él siempre estaba un paso por delante, y luego ya salir del examen diciendo lo bien que te había salido y encontrarte un dos era el remate. Una vez incluso me leyó el pensamiento xD Es por todos estos motivos por los que su personaje parte de las habilidades de Majin Boo, además de por su parecido físico :p
1 comentarios:
Bueno, después de mucho mucho tiempo, por fin he leído el penúltimo capítulo. Tan solo diré ésto aunque no tenga que ver con éste capítulo en concreto si no con toda la historia que conlleva, y es tu frase "Los caballeros fueron creados para que un día pudiéramos volver a juntarnos aunque sea solo por éste motivo", no literalmente, pero si me llegó.
“¿Cómo dices? – ninguno se terminaba de creer lo que escuchando, (estaba escuchando).
“¡Me niego a créelo! ¡¿Qué hay de esas extrañas palabras que dijo Mesa (a creerlo).
clavando la punta de la lanza que salió por la espalda en la pared de piedra, anclándole para que no podía escapar. (para que no pudiera escapar).
comentaba Gabriel mientras el Espíritu de la Naturaleza salía de brazo, regresando a su forma original.(salía del brazo).
pero cuando fue golpear el líquido cristalizado, su puño se quedó pegado a él(a golpear).
los caballeros volvieron a salir a salir al tejado por el agujero, y se encontraron un panorama muy distinto.
(hay que quitar a salir una vez).
“Parece que vuestro poderes son bastante impresionantes” comentó Arturo.(vuestros poderes).
Me temo que podré volver a repetirlo hasta dentro de un rato”.(que no podré).
P.D. Es un halago ser el primero en recibir el último capítulo físico,¡¡¡vamos a por él!!!
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