domingo, 13 de mayo de 2007

Episodio XLVII

Seamos sinceros, el ep se ha “retrasado” porque después de la saturación de los exámenes estoy un poco vago xD, necesito un revitalizante (y unas vacaciones), pero la droga (el Red Bull, no mal penséis) ya no me hace efecto. Aunque bueno, estaréis todos en las fiestas y no vendréis hasta tarde, tengo tiempo. Y un consejo, nunca os compréis un RPG en época de exámenes, que yo le he hecho 20 horas en una semana xD. Ayer estuve muy ocupado descubriendo de nuevo que es el Señor que rige el mundo se llama DINERO ¬¬ la introducción anecdótica de hoy será un poco más extensa debido a que he comentar varios asuntos. El primero, HE TERMINADO EL INSTITUTO, yeahhh!!!! xD y con un final feliz, no como creía yo, después de ver la decadencia que asola al Duque de Rivas y que va en exponencial aumento. Aún queda un atisbo de esperanza para el centro gracias al gran Abelardo que nos ha preparado esa cálida despedida que comentaré más detalladamente en una entrada que haré uno de estos días titulada “reflexiones al terminar el instituto” que nadie leerá xD. Mucha suerte a todos los que tenéis finales esta semana y os jugáis el curso en ellos, que tenemos q ir todos juntos a selectividad!!! Se me ha ocurrido una tontería mientras subía el capítulo, y es que si en alguna ocasión no aguantáis más y queréis saber algo del ep antes de q salga, podéis ejercer el derecho a spoiler xD y yo os pongo un par de parrafillos que, obviamente, tengan interés, y variaran con la persona. El otro aspecto que quiero comentar es que he hecho publicidad de los caballeros en Frozen Layer, aprovechando que he hecho una release y, bueno, he puesto en enlace a la lista de episodios del espacio, y la gente ha entrado, he ido comprobando las estadísticas del espacio y la gente, ha entrado... a la lista, que se hayan puesto a leer... solo tres o cuatro xD, la mayoría se han puesto a mirar los parecidos razonables. Para colmo los que han leído, solo han leído el prólogo y el ep 1, y todos recordaréis lo q pasaba jajaja, así q no me extraña q no hayan seguido leyendo, bueno, no importa, mejor así, pero no me culparé a mí mismo x no haberlo intentado. Bueno, pues os dejo con el episodio, que está recién salido del horno ^^

AVISO IMPORTANTE: EL PRÓXIMO EPISODIO SALDRÁ EL VIERNES 25 DE MAYO EN VEZ DEL DOMINGO 27 COMO ESTABLECE EL CALENDARIO, la razón, pensad un poco, seguro que la sacáis por vosotros mismos ^^

PD: López, no t pases con el comentario xD

Nº ep: 47

Título: N/A

Tamaño: 11’2

Dedicado a: N/A





Episodio XLVII

C

abellos rubios oscurecidos por la edad que el viento ondeaba suavemente, un rostro de felicidad con una piel sonrosada bañado por la luz de la luna y unas ropas rasgadas que transmitían su modo de vida. El cuerpo inerte de Suso yacía ante la expectación de todos los presentes.

De pronto, el cuerpo comenzó a descomponerse. La piel se tornó a un oscuro color marrón, los músculos empezaron a perder volumen a favor de la estructura ósea, que empezaba a dejarse notar marcándose sobre todo en la cara.

“¿Qué le pasa? – preguntó Gabriel – Esta descomposición tan rápida no es normal”.

“Sí que lo es – dijo Mireia – todo tiene su explicación. En un caso normal, cuando una persona muere, su alma queda atrapada en el interior de su cuerpo y va desprendiéndose de él poco a poco; de manera que la energía que la forma sirve de sustento al cuerpo y le permite mantener su estado en el momento del óbito. Según se desprende el alma y el cuerpo va perdiendo su energía se produce la descomposición. Sin embargo, en este caso, el alma ha sido arrancada del cuerpo de forma artificial y la descomposición se ha acelerado. Pronto no quedarán más que huesos”.

“¿Has estado ahí esperando a que muriera para robarle el alma?” preguntó Fidel.

“No es algo que tuviera previsto, dado que yo ya estaba por aquí antes de que llegarais, pero toda energía es poca. Ha sido un hecho fortuito”.

“¿No te da vergüenza?” insistió el caballero en un intento de hacer que la otra persona comprendiera su punto de vista.

“Claro, es que yo cuando nací, me cambiaron el corazón por una cara bonita – contestó con un notable tono irónico – A él su alma ya no le sirve de nada, es mejor que esa energía sea bien utilizada”.

“Tú ya lo sabías, ¿verdad? – dijo Arturo – Sabías lo que estaba pasando aquí, por eso has venido, para aumentar las reservas de energía que tienes acumuladas en la espada”.

Mireia se puso a mirar hacia otro lado, haciéndose la tonta.

“Eso quiere decir que si hubiera avisado desde un principio... – dijo Jonyo – podríamos haber evitado tanto la muerte de Suso como el sometimiento de Reik”.

“Para el carro, caballero – dijo ella – no soy yo quien se aventura a explorar una isla desconocida sin conocer quien habita en ella y encima deja que su grupo se divida.

Parece que crees que vivimos en un mundo de fantasía donde todo el mundo es bueno y nadie quiere el mal ajeno. Fíjate, por creer eso, él ha muerto”.

“Eso... – dijo Fidel – ¡no es excusa!”

El caballero se lanzó contra la joven con fines bélicos. Dio un salto y desenvainó su espada en el aire y realizó un movimiento vertical con su arma dirigido directamente al cuerpo de su objetivo. Ella desenvainó también y bloqueó el ataque.

“No te perdonaré... ¡nunca!”

“Eres demasiado impulsivo, caballero, ¿no te lo han dicho nunca? Desaparece, estorbas”.

Utilizando la mano que le quedaba libre, alzó hacia el frente el brazo con los dedos índice y corazón extendidos y ejerció un rápido y preciso movimiento de presión en un punto concreto del hombro con el que el caballero sujetaba la espada. Con esto la ofensiva de Fidel finalizó y dio pie a que su oponente le apartara de una patada. El golpe le lanzó en dirección a un árbol cercano, con el cual no llegó a estrellarse por la intervención oportuna de Gabriel y Arturo, que le contuvieron con su cuerpo.

Él intentó atacar de nuevo, pero al querer levantar la espada, ésta se le fue de las manos y cayó al suelo, clavándose en el mismo.

“Ten cuidado – dijo Peter – cualquier arma es peligrosa, si se te hubiera ido de las manos estando en movimiento, alguien podría haber resultado herido”.

“No... no se me ha caído” dijo Fidel mirando su brazo.

“¿Cómo?” dijo Peter.

“No puedo... mover el brazo – dijo y después alzó la vista hacia Mireia – ¿qué me has hecho?”

“No te pongas nervioso, sólo he interrumpido la comunicación entre tu cerebro y tu brazo presionando en el nervio principal de esa zona. Se te pasará, y servirá para que te estés quietecito”.

“Serás...”

Fidel intentó lanzarse contra ella pero sus compañeros le detuvieron por la fuerza.

“Déjalo, no merece la pena – dijo Arturo – Además no puedes usar la espada”.

Por su parte, Gabriel la miraba con unos extraños ojos bondadosos.

La aparición de un subordinado de Miss Jewel interrumpió la trifurca creando un nuevo centro de atención.

“¡Mi Señora! – se presentó – Ha ocurrido algo extraño. Hemos advertido que los cuerpos que se encontraban en el foso están todos totalmente descompuestos, incluso el del último sacrificio de hace apenas unas horas”.

“Gracias, puedes retirarte”.

“¡Sí, Mi Señora!” exclamó y se fue.

“Me parece que sé quien es la responsable de esto...” dijo Miss Jewel.

Mireia sonrió con sarcasmo.

“Parece que no sabes respetar lo que no es tuyo, mereces una reprimenda... ¡Reik! – ordenó – No es que me importe que haya cogido esas almas o lo que sea que quiera hacer con ellas, pero dale una lección, no se puede ir por ahí cogiendo lo ajeno”.

“Será un placer, Mi Señora. De hecho, hace tiempo que quiero darle su merecido. Déjelo en mis manos”.

“Discúlpame, amor – dijo Miss Jewel, esta vez dirigiéndose al Capitán Lardo – en seguida acabo con esto y te hago la recepción que mereces”.

Él no contestó, se limitó a quedarse observando a las dos mujeres que había allí con ojos golosos.

Fidel comprobaba la movilidad de su brazo y notó que era capaz de flexionar levemente los dedos.

“Creo que voy a ir a echarle una mano a Reik, aunque esté siendo controlado, no creo que me ponga ninguna pega”.

“Quieto ahí – dijo Peter – en esta situación lo mejor es observar. Sin olvidar que aún no puedes mover el brazo”.

“¿Y qué quieres observar?”

“Es nuestra oportunidad para ver que nivel ha alcanzado Reik”.

“Ah, pues veamos”.

El caballero del hielo se lanzó contra la joven de forma violenta y sanguinaria. La marca en su frente cobró un tono mucho más intenso y vivo. Desenvainó su espada y atacó con una estocada frontal, queriendo acabar con el asunto con el primer golpe. Ella evitó el ataque saltando y la espada de Reik se incrustó en un árbol que había detrás, atravesando el tronco por completo. Al haberla clavado con tanta fuerza era incapaz de extraerla, por lo que optó por dar un salto e ir rajando todo el árbol de abajo a arriba, cortándolo en dos mitades, mientras se dirigía hacia su víctima, que permanecía en el cielo.

Las dos partes del árbol cayeron en direcciones opuestas, una fue directa hacia Bill, quien la despejó con una patada para que finalmente cayera sobre una de las chozas, provocando su derrumbe.

“Contrólate – dijo Miss Jewel – las chozas no se construyen solas. Vuelve a hacer eso y tendrás que construirme diez”.

“Mis disculpas, Mi Señora. Me he dejado llevar”.

La otra mitad del árbol estaba cayendo en dirección a Arturo, que opto por carbonizarla de una llamarada.

Inmediatamente después, todos continuaron siguiendo los movimientos de los enfrentados.

Mireia observaba desde el cielo cómo Reik se acercaba sediento de sangre.

“No me digas que vas a obligarme a inmovilizarte a ti también”.

Mireia se colocó de nuevo en posición, con los dedos índice y corazón extendidos y se dirigió hacia Reik. El caballero vio sus intenciones y se detuvo en el aire, dejando que ella se acercara. Esperó hasta el momento óptimo y logró detener el ataque de la joven sujetando su muñeca en el último instante.

“Lo siento, no puedo dejar que me inmovilices. Si lo hicieras no podría divertirme destrozándote”.

Acto seguido y, tras un apretón en la muñeca para demostrar su superioridad que provocó que la joven se encogiera unos centímetros, la lanzó hacia el suelo de un manotazo e instantáneamente lanzó una onda de energía tras ella. Mireia veía como avanzaba inexorablemente contra la rama de un árbol que había más abajo mientras notaba que la onda que la seguía se acercaba cada vez más.

“No puedo esquivar las dos cosas...”

De manera inconsciente desenvainó su espada y cortó la rama contra la que se iba a estrellar. Pasó de largo y la onda chocó contra la rama, que aún no había tenido tiempo de caer al suelo, explotando y permitiendo a la joven salir ilesa y pisar tierra.

“Eso ha estado cerca, es posible que la próxima vez no tenga tanta suerte – pensó – Es bueno, y no se va a dejar paralizar, tendré que ir pensando otra táctica”.

Reik contempló todo desde el cielo y, medio enfadado, medio decepcionado, también volvió al suelo.

“Cht, he fallado. Esta vez has salido viva, pero no te preocupes, ¡no volverá a suceder!” exclamó y se lanzó de nuevo contra ella, esta vez sin sacar su arma, con las manos desnudas.

“Ahí viene otra vez... vale, probaré con eso”.

El resto de los allí presentes observaban lo que ocurría sin perder detalle, analizando cada movimiento del estilo de cada uno de los combatientes.

Reik se había lanzado de nuevo al ataque. Aún de camino ya preparó el puño en posición para aprovechar la fuerza de la carrera y causar así un mayor impacto. Lanzó el golpe con gran fuerza y su rival parecía que se disponía a encajarlo haciendo uso de sus dos brazos, pero nada más ejecutar su ataque el caballero fue catapultado unos metros más hacia delante terminando en el suelo.

“¡Qué fuerza! – exclamó Fidel – Ni lo he visto. Esa chica es buena”.

“No es fuerza precisamente lo que ha usado en ese movimiento” dijo Jonyo.

“Entonces, ¿qué ha hecho?”

“Intenta fijarte en sus manos – dijo Peter – ahí está la clave. A ver si ahora te das cuenta”.

Reik se levantó de nuevo algo extrañado, pero intentó atacar de nuevo, repitiéndose el mismo proceso, acabó en el suelo.

“¿Lo has visto, Fidel?” preguntó Peter.

“Creo que sí, pero sigo sin saber cómo lo consigue”.

“A ver si así lo comprendes – explicó Jonyo – Imagínate un río que nace en la cima de una montaña. Como sabrás, desde que nace hasta que baja a llanura el río tiene una gran fuerza erosiva y, añadiendo que el clima de montaña tiene abundantes precipitaciones también es regular y de abundante caudal.

Ahora suponte que vives en la ladera de esa montaña y quieres aprovechar el rió para suministrarte agua y electricidad limpia, inagotable y gratuita. Para el agua es fácil, basta con poner un conducto que una el río con tu casa para desviar una parte del caudal, y para la electricidad montas una minicentral hidráulica, es decir, colocas un rotor de palas de madera, que será lo más ligero que encuentres, el río lo mueve por sí sólo, el rotor mueve una turbina y la turbina genera electricidad.

Pues eso mismo es lo que está haciendo ella, aprovechar la fuerza de un río de montaña descontrolado para dirigirlo a su antojo. Fíjate en la posición de sus manos de nuevo”.

Reik volvió a levantarse y atacó de nuevo, obteniendo por tercera vez el mismo resultado.

“¡Lo veo!”

“Exacto, en el instante en que encaja el golpe, están una encima de la otra separadas unos centímetros, como rectas paralelas”.

“¡El conducto de agua!”

“Bien visto, cuando Reik ataca, ella encaja el golpe entre las dos manos simulando un conducto y después, sirviéndose de la propia fuerza con la que viene el golpe, lo redirige y le hace caer al suelo. Es una buen estrategia, la verdad”.

Reik se levantó de nuevo, pero esta vez no volvió a atacar.

“Mmmmm, ya entiendo tu truco. Lo sospechaba desde un principio, pero tenía que asegurarme y por ello ataqué varias veces. Ya he desarrollado una táctica para eludir tu movimiento. Si puedes desviar mis movimientos para hacerme perder el equilibrio y caer al suelo, es sólo porque están dentro de un margen de fuerza sobre el que tienes control. Por ello, para evitarlo, lo único que tengo que hacer es aumentar la potencia de mis ataques hasta un nivel en el que no puedas hacerlo, ¡vete preparando!”

“Quiere solucionar un problema de poder con más poder – dijo Peter – eso sólo se le ocurriría a él. En el fondo sigue siendo él mismo”.

El caballero atacó de nuevo decidido a darle la vuelta a la situación, pero sus intenciones se vieron frustradas de nuevo y volvió a encontrarse en el suelo.

“Se ve que tus cálculos no eran muy correctos” dijo ella sonriendo irónicamente.

Reik se levantó, le devolvió la sonrisa y se lanzó de nuevo.

“Por mucho que diga – pensó ella mientras se libraba de otra ofensiva del caballero – está cumpliendo lo que dice, cada uno de sus ataques es más poderoso que el anterior. Está aumentando la potencia gradualmente para no malgastar energía inútilmente, y de paso le sirve para burlarse de mí. Si continúa así pronto cederé...”

La sed de sangre de Reik aumentaba por momentos, y se veía reflejada en la marca de labios de su frente, que se iluminaba con una mayor intensidad. De nuevo se lanzó al ataque con un fiero puñetazo.

“Ya vale de juegos – pensó ella – tengo que detenerle antes de que controle la situación”.

A duras penas, consiguió desviar su ataque y lanzar al caballero contra un árbol que había a su espalda. En el aire, y yendo directamente hacia el tronco, Reik sonrió.

“Este es tu límite – pensó – He podido notar como se te resbalaba ligeramente mi brazo y por eso me has mandado contra un árbol en vez de tirarme al suelo”.

Mientras se aproximaba al árbol, dio una voltereta en el aire, se posó sobre el tronco y tomó impulso, retomando la ofensiva. De camino a su objetivo, desenvainó su espada y se dispuso a cortar en pedacitos a quien tenía delante de sus ojos.

“¡Ya eres mía!”

Mireia escuchó el sonido de la hoja desenvainándose y actuó con rapidez. Sacó su espada a tiempo para lograr bloquear el ataque del caballero.

“De nuevo te libras por los pelos – dijo el caballero durante el forcejeo, mientras aplicaba poco a poco cada vez más fuerza y veía cómo su oponente retrocedía paso a paso – Lo cierto es que sería una lástima matarte, me estoy divirtiendo mucho contigo”.

“Vaya, gracias” contestó con sarcasmo.

“Sí, además en el fondo tengo que darte las gracias. De no ser por ti, aún seguiría en ese grupo de hermanitas para la caridad”.

“Lo que hay que oír...”

“Ahora que lo pienso... estaría bien guardarte como recuerdo. Por cómo te mira el Capitán Lardo se ve que le gustas. Haré una estatua contigo y se la regalaré como muestra de lealtad. Serás idónea para adornar un recibidor, jajajajaja”.

“Que amable tu subordinado” comentó el Capitán Lardo.

“Es mi última y más poderosa adquisición” dijo Miss Jewel.

Wancho estaba observando el combate desde un rincón apartado, para evitar que los efectos de la lucha le alcanzasen.

“Que gente tan fuerte, como sean todos así – pensó – mejor que me quede calladito y sin molestar. Bueno, tenemos a uno de ellos de nuestra parte, no creo que me pase nada”.

Reik extendió el brazo que le quedaba libre y, mientras mantenía el forcejeo con el otro, emitió una estela de polvo helado dirigida hacia los pies de la joven, los cuales empezaron a congelarse, siendo recubiertos por un cristal de hielo que pronto empezó a ampliar su territorio, extendiéndose por las piernas y anulando su movilidad poco a poco.

“Muy pronto serás una estatua de hielo, ¿de qué color prefieres el papel de regalo en el que te voy a envolver? Wajajaja”

“Genial, si intento liberarme del hielo me hará pedazos con la espada y si me quedo quieta terminaré siendo una estatua de hielo. Esto no va bien”.

Aunque lentamente, Fidel notaba que había recuperado parte de la movilidad de su brazo, e iba realizando suaves movimientos circulares con el hombro, el codo y la muñeca para que despertará del todo.

“Yo estoy casi listo – dijo el caballero de la tierra – podemos ayudar a uno o a otro, ¿qué vamos a hacer?”

“A ninguno” dijo Arturo.

“¡¿Qué?! – exclamó Gabriel - ¿No vamos a ayudarla a ella? Si no lo evitamos, utilizarán su cuerpo para enfriar las bebidas de los invitados de la boda de Miss Jewel y del Capitán Lardo”.

“Por supuesto que no vamos a intervenir – confirmó – ni a favor de él ni de ella. Reik no necesita ninguna ayuda y si interferimos primero nos matará a nosotros y después seguirá con su presa. En cuanto a ella, ni quiere nuestra ayuda ni la merece.

Como recordaréis, fue ella quien dijo que fuimos nosotros quienes nos aventuramos en una isla desconocida, permitimos que nuestro grupo de dividiera y por ello ha ocurrido todo esto. Pues bien, ella ha elegido empezar el combate, tiene que ser capaz de terminarlo por ella misma sin acabar muerta”.

“Completamente de acuerdo – aseveró Jonyo – Uno ha de ser capaz de mantener sus palabras”.

“No sé yo – dijo Gabriel – no me siento bien viendo cómo alguien sufre delante de mis ojos pudiendo yo hacer algo por evitarlo”.

“Ella lo ha querido así – concluyó Peter – ahora observa y aprende”.

“Me sorprende que tengáis estómago para ver a vuestro antiguo camarada siendo controlado por Miss Jewel y que no os afecte”.

“Perder la calma no es una solución, Shin” dijo Arturo.

El cristal de hielo ya había cubierto toda la parte inferior del cuerpo de Mireia y avanzaba sin complicaciones hacia arriba queriendo cubrir todo el cuerpo.

“No me queda más remedio que improvisar algo – pensó ella – espero que funcione”.

“Ya queda poco, bonita” dijo Reik sonriendo.

“¡Fire Art!” exclamó ella.

Generó una pequeña bola de fuego en la mano que tenía libre y, utilizando a su favor la proximidad, la dirigió contra el rostro de Reik. Nada más sentir el calor del fuego, él cesó su ofensiva y se apartó, evitando así que su rostro quedase chamuscado.

“Ha funcionado” pensó.

Rápidamente, redirigió la bola de fuego y la estrelló contra el cristal de hielo que la apresaba, liberándose. Acto seguido, retrocedió unos pasos para mantener una distancias de seguridad. Al hacerlo, perdió el equilibrio y estuvo a punto de caer al suelo, de no ser porque clavó su espada en el suelo y se sirvió de ella para mantenerse en pie.

“Apenas he estado un par de minutos expuesta al hielo y ha logrado entumecer mis músculos, ¿a cuántos grados bajo cero estaba? – pensó – No podré moverme con normalidad durante un rato. Si hace algún ataque extraño, se acabó...”

“Ugh, odio el calor, el fuego, y el sol, que ciega mis brillantes ojos – susurró el caballero – lo mejor es estar a la sombra”.

“¡Pues vaya! – exclamó Fidel al ver lo que acababa de suceder – ¿y eso es lo que ella llama controlar el elemento mejor que nosotros? Pero si era una bolita de nada”.

“El control era perfecto – dijo Arturo – Te lo digo yo, que soy el caballero del fuego”.

“Pero si la bola era minúscula, ¿cómo puedes decir eso?”

“Porque no tiene nada que ver una cosa con la otra”.

“No lo entiendo”.

“Yo te lo explico – interrumpió Jonyo – Veamos, si tienes las manos grandes como las tenemos tú o yo, con ellas puedes coger, transportar y manipular grandes mercancías sin que te resulte un problema. Por otro lado, si tienes unas manos pequeñas como las de Peter, eso no podrás hacerlo, pero podrás manejar con mayor precisión objetos pequeños y realizar tareas en las que éstos estén involucrados”.

“Que la bola sea pequeña no significa que el control fuera malo, sino todo lo contrario, – continuó Arturo – Cuanto más grande y poderoso es el ataque que haces, si solo vas a lanzarlo hacia delante es más sencillo de manejar, pero a la hora de utilizarlo de un modo preciso y canalizarlo a un punto determinado sin que se te escape nada, resulta más complicado.

Por lo que hemos visto hasta ahora, lo más probable es que ella esté especializada en golpes sencillos precisos en puntos clave, bien porque no tenga energía suficiente para hacer mayores o porque lo haya decidido así Shawn al entrenarla. De esta forma, evitar derrochar energía inútilmente y la diferencia de resultados no es considerable.

Puede que no sea capaz de hacer alguna variante del Suiton como hacía Isabel o del Katon como yo, un Lighthing Plasma como Jonyo, un Tsunami como Duckman o el Big Bang Attack de Mesa, pero no le hace ninguna falta.

Para terminar, si te has fijado, la rotación de esa bola de fuego no era corriente. Normalmente, cuando haces una bola de fuego, agua, viento, rayos, energía o de lo que sea, aplicas una rotación circular para que la bola se mantenga activa en caso de que falles y poder volverla a utilizar o que tengas que pensar cómo encajarla en tu objetivo. Sin embargo, la rotación era en espiral hacia dentro, que es mucho más difícil de conseguir y dura menos, pero causa un mayor impacto. De no haber sido por esa rotación no habría sido capaz de romper el hielo con tanta facilidad, aunque fuese una bola de fuego”.

“Que chica más extraña” dijo Fidel.

Reik estaba estirando un poco los músculos antes de volver a atacar.

“Ya viene otra vez... – pensó ella – y aún no me he recuperado”.

Observó a su alrededor en busca de alguna estrategia y vio a Miss Jewel coqueteando con el Capitán Lardo.

“¡Lo tengo!”

“Bueno, – pensó Reik – aquí voy de nuevo. Me ha demostrado que sabe muchos trucos, pero ya está acabada, golpe de gracia...”

“¡Eh! ¡Miss Jewel! – exclamó Mireia en el momento en que Reik iba a lanzarse al ataque – ¿vas a dejar que muera pudiendo someterme y añadirme a tu ejército? Sería una buena pieza”.

“No digas tonterías, no tengo ningún interés en tener entre mis filas a alguien como tú, ¡Reik! ¡Acaba con ella!”

“A la orden, Mi Señora”.

“No quieres, dices – insistió – ¿no será que no puedes? Si nos fijamos, entre tus subordinados no hay ninguna mujer. A mí me parece que lo que pasa es que tu Eau de Toilette sólo funciona con hombres”.

“Cualquiera diría que te está provocando – dijo el Capitán Lardo – ¿vas a caer?”

“Por supuesto que no, amor. Soy una mujer madura”.

Los caballeros también escuchaban sus palabras perplejos.

“¿Qué pretenderá?” pensó Arturo.

“Va a conseguir que la maten” pensó Gabriel.

“Yo creo que está ganando tiempo” dijo Peter.

“¡Vamos! – repitió con más fuerza – ¿Acaso dudas de tu propio hechizo? Esperaba más de ti”.

“Se está poniendo pesada – dijo el Capitán Lardo – Hazla caso. Sométela”.

“Pero... ¿para qué?”

“Será mi juguete particular”.

“Está bien, ¡Reik! ¡Retírate! ¡Salgo en tu lugar!”

“Mi Señora, no creo que sea necesario”.

“¡Es una órden!”

“Sí, Mi Señora”.

Reik se retiró caminando y pasó por donde estaba su, hasta entonces oponente.

“Te has librado esta vez, pero no creas que someterte a Miss Jewel va a impedirme destrozarte” dijo y se retiró hasta donde estaba Miss Jewel.

“¿Sabes? – dijo Miss Jewel mientras salía al frente – Tienes razón, el Eau de Toilette no funciona con mujeres”.

“Lo sabía. Ahora aprovecharé para matarte y quedarme la energía de tu alma”.

“Que tonta soy, perdona. Me he expresado mal. Quería decir que ÉSE Eau de Toilette no funciona con mujeres”.

“¿Cómo?”

“Es muy simple, el Eau de Toilette tiene dos variantes, Eau de Toilette pour femme, que desprende una fragancia de mujer a la cual ningún hombre es capaz de resistirse y Eau de Toilette pour homme, cuyo efecto es el contrario. Obviamente, cada variante sólo sirve para su sexo opuesto y resulta indiferente para los del mismo. Como mujer, me gusta estar rodeada de hombres, por ello nunca uso la otra variante, pero, ya que insistes...”

“No...”

Eau de Toilette”.

La zona se cubrió por una extraña nube azul que nadie pudo evitar respirar. Únicamente afectó a Mireia, que comenzó a respirar con dificultad y a reducir la frecuencia de inspiraciones.

“Vaya, te estás resistiendo, igual que Reik. No esperaba encontrar dos personas seguidas que fueran capaces de hacerlo. Fíjate ya tenéis algo en común, ¡wajajajaja!”

Mireia comenzó a ceder. A pesar de que se resistía a los efectos principales del perfume, los secundarios empezaban a hacerse notar cada vez con más fuerza. Su cuerpo se paralizaba por momentos.

“Se acabó... Me equivoqué... Discúlpame, Shawn, no te hice caso y he perdido. Perdonadme vosotros también” susurró mirando a la espada y finalmente cayó desvanecida.

“Es tu fin. Ahora procederé con el sometimiento”.

“Así que es así como lo hace – exclamó Shin – Utilizando esta fragancia anula el juicio de sus víctimas y después les da ese beso de la muerte. Si lo hubiera sabido antes...”

“Míralo por el lado bueno – dijo Peter – Ya lo sabes”.

Desde su casa, Shawn observaba todo lo que ocurría a través de a bola de cristal. Al ver a Miss Jewel acercándose a Mireia dio un bote exaltado.

“¡No! – exclamó agarrando la bola de cristal, como si pudieran oírle al otro lado - ¡Aléjate! Si ya decía yo que eso era muy extraño, que tenía que haber algún interés detrás, pero no me hiciste caso, tu imprudencia me va a obligar a ir a buscarte...”

Empezó a prepararse sin perder ojo de la bola cuando de pronto vio en ella algo que le hizo detenerse.

“Un momento, eso es...”

lunes, 7 de mayo de 2007

Citas Textuales Vol IV

Contexto: El rey Alfonso XIII entregándole un premio a Unamuno.

-Gracias, Su Majestad, por entregarme este premio que tanto que tanto merezco.

-Que raro, normalmente cuando entrego premios me suelen decir “oh, gracias, no me lo merezco...” sien embargo usted...

-Efectivamente, porque ellos, no lo merecían.