domingo, 1 de diciembre de 2013

Episodio CLX

Este es el último capítulo de este año!! Ya os he dicho por whatsapp el motivo :) Continuaremos en Enero ^^
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Episodio CLX
R
eik se había quedado con la miel en los labios, y ahora, reposaba en silencio frente al cadáver de Jezabel, reflexionando sobre su comportamientos durante los últimos momentos.

“Al final… Perdí. Perdí contra mí mismo. Perdía el control de mis actos y traté de matarle antes de que se suicidara. En el fondo, no había ninguna diferencia entre mi comportamiento y el de Fidel… Qué vergüenza. Yo, el caballero del hielo, sucumbiendo ante el calentón de matar yo mismo a mi presa… ¿Les estará pasando lo mismo a los demás?”

Se concentró, tratando de detectar las energías de sus compañeros, y vio claramente que junto a cada una de ellas se encontraba una energía más, la de sus adversarios.

“Parece que he sido el primero en terminar. Los demás siguen en medio del combate… No me voy a meter en un combate ajeno, que cada uno se busque la vida. Ahora tengo la oportunidad de terminar con esta batalla absurda y encontrar un nuevo camino”.

Quería irse sin mirar atrás, pero no pudo evitar girarse para observar el cadáver de la teniente una vez más. El cuerpo estaba doblado sobre sí mismo, exhibiendo una mueca deformada de su boca. En la sien derecha se observaba una herida del tamaño de una moneda, y un río de sangre manchaba su cara. La pistola se había caído de su mano derecha, que ahora, descansaba sobre su rodilla, con la palma mirando hacia arria, mientras que la mano izquierda colgaba inerte. Junto a su pie, se encontraba la pistola con la que se había quitado la vida, y en la parte delantera de su chaqueta estampada con un ratón animado, se encontraban sus insignias militares.

“No voy a decirle nada a un cadáver”.

Ahora sí, miró hacia el frente, y emprendió su marcha. Sin embargo, a los pocos metros notó algo extraño y se detuvo. Se quedó quieto, y escuchó un extraño silbido proveniente de detrás de él.

Inmediatamente, se dio la vuelta y desenvainó su espada. Algo extraño le ocurría al cadáver de la teniente. Un extraño humo rodeaba su cuerpo. Salía de las cuencas de sus ojos y de su boca, que de pronto no eran más que tres oscuros agujeros sin nada en su interior. El misterioso humo tiraba ligeramente del cuerpo hacia arriba, y la cabeza ondeaba ligeramente entre aquel extraño gas.

El humo se acumulaba sobre los restos mortales de la teniente formando, en un primer momento, una masa uniforme. Sin embargo, sin llegar a adoptar una forma humana, en el humo se fue dibujando el rostro de la teniente, mientras que le crecían unos pequeños brazos a los lados. Cuando el humo terminó de salir del cuerpo, los últimos extractos quedaron en la parte inferior de la nube, con una suave punta que imitaba una cola.

“¿Pero qué… coño…? ¿No te habías muerto, maldita zorra?” preguntó el caballero anonadado.

“Y en efecto, he muerto – contestó el ente ectoplásmico con una extraña voz con eco – ¿Es que no lo ves? Ahí está mi cadáver. Pero no he muerto de forma normal, recuérdalo”.

“La pistola…” recordó Reik al ver que todavía reposaba sobre la rodilla del cuerpo.

“Efectivamente. Esa pistola no era un arma normal. La bala que dispara acaba con tu cuerpo, como cualquier otra, pero antes de hacerlo, encierra tu alma en su interior para que no mueras, y cuando se destruye la libera”.

“Las almas no son más que una pequeña cantidad de energía que contiene nuestra personalidad, nuestra conciencia, nuestra esencia, y que tienen una tenue luz propia. Yo las he visto varias veces. Cuando ha muerto alguien, esa cría estúpida las rodaba para apropiarse de su poder. Y nunca jamás han sido de otra manera. Sin embargo, tú eres un verdadero fantasma”.

“Salta a la vista que la pistola tiene más efectos que impedir la muerte del que se dispara con ella. El humo que me envuelve encierra mi alma, permitiéndome ganar el control de la energía que la forma, por eso mi rostro está reflejado en el humo y puedo hablar. También me otorga este aspecto clásico de fantasma. No obstante, como cualquier herramienta, sus efectos son por tiempo limitado. En una hora, el humo se disipará en el aire, liberando mi alma, y yo moriré completamente”.

“¿Entonces qué pretendes? ¿Darme un susto?”

“No he terminado. ¿De verdad piensas que cometería un acto tan arriesgado sin una estrategia previa? Si he renunciado a mi cuerpo y arrebatado la libertad a mi alma, está claro que es para conseguir otro cuerpo – el fantasma de la teniente comenzó a repasar de arriba abajo el exuberante cuerpo del caballero del hielo, que a pesar de sentirse observado, no llegó a incomodarse – Sí, exacto. Tu cuerpo. Con esta forma, tengo la capacidad de arrebatar el cuerpo de mi adversario y adueñarme de él, y nada me produce más placer que conseguir el cuerpo de la persona que más me odia en todo el planeta. Te arrebataré la vida y viviré en tu cuerpo, para que tu alma permanezca en un estado de tormento y desesperación eterno, al saber que ahora sirve a su peor enemigo”.

“Incluso después de muerta, pretendes atormentarme. No te saldrás con la tuya. Antes de servirte a ti, prefiero entregarle mis poderes al Caballero Negro. Si te apoderases de mi cuerpo, Mesa te obligaría a darle el elemento hielo a Blackron, así que tu plan es un completo fracaso incluso antes de empezar”.

“Te equivocas de nuevo, caballero. Yo no obedezco órdenes de nadie que no sea el Capitán Lardo. Me da igual Mesa, me da igual el Caballero Negro, incluso me da igual el Señor Oscuro. Con tu cuerpo, me infiltraré entre los caballeros, acabaré con todos ellos desde dentro, en silencio, sembrando la discordia, minando su confianza, haciéndoles temer dar la espalda a aquellos a los que llaman compañeros. Puede que hasta se maten entre ellos, lo que sería un espectáculo mucho más gratificante para mí. Después, le llevaré sus cabezas a mi Capitán, y juntos acabaremos con Mesa y el Señor Oscuro”.

“Una persona como tú, que no tiene ilusión ni ambiciones propias, que vive en la sombra, detrás de otra persona, con la única intención de servirla por siempre, no es necesaria en este mundo, no vas a aportar nada al resto de seres vivos, ni siquiera esa destrucción y muerte que tanto pretendes, porque en realidad no serás tú quien la haga, sino Lardo. Lo que tienes que hacer es desaparecer, como había dicho yo desde el principio, y me encargaré de que así sea”.

“Disfrutaré mucho viendo tu alma torturada cuando me apodere de tu cuerpo” dijo el fantasma, y se lanzó volando contra el caballero.

“Vale, vamos a pensar – el caballero del hielo analizaba la situación – Ha dicho que el humo morado envuelve su alma, y que al disiparse, ésta se liberará en una hora. Lo único que tengo que hacer es disipar el humo cuanto antes y se morirá ella sola. Supongo que Verónica, que poseía el poder del viento, podría resolver esto rápidamente, pero yo tendré que pensar otra cosa…”

El fantasma de la teniente se abalanzó sobre él. No llevaba ningún arma, no tenía ninguna posición de combate, tan sólo era una cabeza y unos brazos de humo morado directos a cazar a una presa.

“Joder… ¿Y ahora qué hago? Espectros, fantasmas… ¿por qué siempre me tocan a mí los enemigos raros? Primero una versión oscura de mí mismo intenta suprimir mi voluntad, y ahora un fantasma de mi peor enemiga quiere adueñarse de mi cuerpo, sin olvidar que ya una loca consiguió controlarme con un beso en la frente. ¿No puedo tener un adversario normal como los demás? Parece que tendré que experimentar… Al menos al espectro contra el que me enfrenté la última podía golpearle… ¡Vamos a probar!”

Según venía su objetivo, extendió el puño para golpearle. Sin embargo, el ente atravesó su brazo, y después todo su cuerpo, provocando un escalofrío en el caballero. Tras atravesarle, se quedó volando de un lado para otro riendo maliciosamente.

“¡Jajaja! ¿Es que no te acuerdas? ¡Soy un auténtico fantasma! Ninguno de tus ataques puede hacerme daño alguno, ni los físicos, ni los elementales, ni los energéticos. Por ende, tu estúpida técnica de reducir la velocidad de los átomos que forman mi cuerpo también ha dejado de funcionar. Aunque es cierto que los gases también están formados por átomos, su distribución es tan dispersa que es imposible conseguir que afecten a la estructura gaseosa al completo. ¡Y todavía falta el toque final! ¡¡Estás acabado caballero!!”

“¿El toque final? ¿De qué está hablando? – el caballero se notaba extraño. Algo había pasado desde que el fantasma atravesó su cuerpo. Era como si hubiese perdido parte de sus ganas de luchar, como si de pronto estuviese harto de tanto combate y lo que de verdad le apeteciese fuera ir a descansar, a tomarse un poco de tiempo para él. Sin embargo, aquella idea le rondó por la cabeza nada más que un instante, y enseguida regresó a su objetivo actual. Fue entonces cuando descubrió un residuo del humo morado que soltaba el fantasma de la teniente revoloteando por ahí, y lo despejó con unos manotazos – Que asco…”

La teniente observaba todo cuidadosamente, manteniendo esa sonrisa malévola, mientras daba vueltas alrededor del caballero, buscando la oportunidad de volver a atacar.

“Bueno, con calma – pensaba Reik – Tal vez no haya podido alcanzarla ahora, pero lo mismo se aplica para ella. Es un fantasma que sólo puede revolotear como un pajarito mientras espera a su verdadera muerte. El tiempo está de mi parte, y tiene que haber algún punto de su cuerpo que pueda atacar – reflexionaba mientras analizaba su apariencia gaseosa – La boca… Puede que sea eso. Al fin y al cabo, se comporta la misma forma que una boca real, es un agujero, ¡y dentro puede estar mi camino hacia la victoria!”

Intentó llevar a cabo la idea que tenía en mente. Cuando la teniente volvió a atacar, lanzando un grito pavoroso, el caballero extendió su espada y la introdujo por la boca, buscando acertar en algún punto tangible, pero todo fue en vano, y la misma escena volvió a repetirse. El fantasma atravesó espada y caballero, al igual que haría con una pared, y volvió a quedarse dando vueltas en el aire.

El caballero volvió a sentir esa sensación, pero ahora un poco más intensa. Sintió  que estaba cansado, pero no físicamente, estaba cansado de luchar, cansado odiar, cansado tanto de hacer como de recibir daño. Por primera vez se le pasó por la cabeza la idea de acabar con todo, de rendirse y descansar en paz, para siempre. Fue entonces cuando volvió a ver parte del humo morado del fantasma a su alrededor, y entonces comprendió todo.

“Esto que me está pasando… ¡es cosa tuya!” exclamó mientras volvía a dispersar el humo.

“Veo que por fin te has dado cuenta, caballero. En efecto, el humo que forma mi cuerpo contiene una sustancia venenosa llamada Negative Hollow. Esta sustancia no produce ningún tipo de daño físico en la víctima, y por tanto tampoco es mortal. Lo único que hace es drenar la voluntad del individuo, poco a poco, hasta que elimina todos los deseos, las ilusiones, las intenciones, los intereses, las ansias, y por último, la esperanza del sujeto, convirtiéndolo en un contenedor sin nada más dentro que ganas de morir.

Será entonces cuando me apodere de tu cuerpo, devorando tu alma con el poder del fantasma, y no hay forma alguna de que puedas evitarlo. Tu subconsciente sufrirá por toda la eternidad, sellado dentro de tu propio cuerpo, por no haber sido capaz de cumplir su objetivo cuando estaba a un paso de lograrlo, ¡¡yo te convertí en lo que eres ahora, tú eres mío, y ahora, reclamo tu existencia!!”

Aquellas palabras calaron en el alma del caballero, y él lo notó, pero a estas alturas desconocía si de verdad le había afectado el discurso, o si ya estaba bajo los efectos del Negative Hollow.

El fantasma de Jezabel volvió al ataque. Reik intentó defenderse de nuevo, pero sus bandazos al aire con la espada no sirvieron para ahuyentar al espíritu maligno que trataba de atormentarle. Una y otra vez, la teniente pasó por el cuerpo de Reik, dejando aquella sustancia venenosa a su paso, que penetraba por los poros de su piel rápidamente, anulando su voluntad.

La fuerza de voluntad del caballero estaba claramente mermada por el veneno. Recuerdos trágicos que creía haber olvidado resurgían de nuevo. Dolor que creía haber superado afloraba por su mente como un volcán. Parecía como si estuviera de nuevo en aquel día, sufriendo como si todo acabara de ocurrir.

Revirir toda esa angustia estaba siendo demasiado para Reik, que cerró los ojos y se tapó los oídos, tratando de escapar de su propio pasado, una vez más. De pronto, se vio flotando dentro de sí mismo, en un mundo totalmente blanco, sin cielo ni tierra, ni nada. El caballero pensó que probablemente su cuerpo ya había caído pasto de las garras de la teniente, y por un momento, respiró aliviado, todavía bajo los efectos del veneno.

“¿Qué está pasando? – Dijo una voz con un extraño eco – ¿Me has ganado para terminar así? ¿De verdad vas a permitir morir de esta manera?”

Una figura humana exactamente igual a él, pero completamente oscura, y con los ojos rojos, se mostró ante Reik.

“¡¿Qué clase de basura eres tú?! ¡¿Vas a perder a manos de alguien que ya está muerto?! ¡No pienso tolerar que esa puta se apodere de nuestro cuerpo! Si acaba contigo, yo resurgiré, y si lo hago, aunque gane, tú no podrás sobrevivir. Eres el caballero del hielo, y tu atributo es la determinación. Te dejo una última oportunidad para que demuestres que mereces haberme derrotado y seguir existiendo. Vence, o muere”.

El fantasma de la teniente vio que era el momento de arrebatar el cuerpo del caballero, y se lanzó a por él sin dudar un instante, y en ese momento, Reik levantó una barrera de hielo inconscientemente, tratando de detener a su oponente de la forma que fuera posible, por desesperada que fuese.

“¡Tus sucias barreras no pueden detener a un fantasma! – gritaba la teniente mientras continuaba avanzando – ¡Es hora de decir adiós caballero!”

Sin embargo, algo ocurrió. El fantasma se detuvo de repente, y el caballero pudo ver perfectamente lo que había ocurrido. Un rayo de luz del sol se había reflejado en el hielo, concentrándose, y al alcanzar al fantasma, había logrado disipar levemente el humo que lo componía, sacando a la luz algo escondido en su interior, el corazón de Jezabel, ahora paralizado por la luz.

“Eso… Eso es mi puerta hacia la victoria… El espectro me ha ayudado, porque si yo desaparezco, él también lo hará, pero al fin y al cabo, me ha ayudado. ¡Tengo que acabar con esto!”

Quitó la pared de hielo, e inmediatamente cogió la espada para atacar al corazón, pero no se dio cuenta de que al hacerlo, también eliminó el reflejo de la luz, y el humo volvió a cubrir al órgano, protegiéndolo de nuevo, e inhabilitando el ataque de Reik, que refunfuñó enfadado.

“Vaya, parece que has descubierto el punto débil de mi técnica en el último momento. Sí, para mantener viva la personalidad, o diría más bien la esencia de la persona que muere dentro del fantasma, es necesario su corazón, que cuando se enfría y pierde la poca sangre que le queda, la técnica se deshace, por eso sólo dura alrededor de una hora.

Pero eso ya da igual, porque sólo tengo que pasar a través de ti una última vez para poder introducirme en tu cuerpo y devorar tu alma. Tus ánimos ya han sido reducidos a niveles ínfimos, y aunque tu cuerpo esté en plenas condiciones físicas, no podrás utilizarlo adecuadamente”.

“Así que podríamos decir, que el combate se decidirá en el próximo ataque”.

Los dos se miraron mutuamente. Sabían que, pocos segundos después, uno de los dos ya no estaría allí, y querían guardar una última imagen de su oponente antes de derrotarlo.

Un instante después, los dos saltaron al ataque. Reik creó un pequeño cristal de hielo en su mano, y reflejó el sol en él, buscando apuntar hacia el fantasma, que volaba de un lado para otro, evitando el contacto con la luz del sol, mientras continuaba avanzando sin que Reik pudiera hacer nada.

Viendo que su estrategia había fallado, arrojó el cristal de hielo al suelo, el cual se rompió en pedazos. Saltó, cogiendo la espada con las dos manos, y fue al encuentro final.

“Me alegra ver que afrontas tu muerte con valentía, ¡¡utilizaré tu cuerpo para matar a todos tus compañeros como recompensa a este acto!!”

“La única persona que va a morir… ¡Eres tú!”

El caballero del hielo utilizó la hoja de su espada para reflejar la luz del sol contra el fantasma, que al estar tan cerca, recibió en rayo concentrado y con mucha intensidad, disipando gran parte del humo y sacando a la luz el corazón de Jezabel, que fue atravesado por la espada del caballero en un instante.

“Ahora ya sí que puedo decir que no tienes corazón” dijo el caballero mientras lo extraía del interior del humo”.

“No… No... – sollozaba el fantasma de la teniente mientras su envoltorio gaseoso se deshacía – ¡¡No voy a morir!!”

Rápidamente, y en un descuido del caballero, Jezabel descompuso el cuerpo del fantasma y se introdujo en el cuerpo de Reik, que no pudo hacer otra cosa que ver cómo los resquicios de aquel humo morado le invadían metiéndose por su boca, su nariz, sus oídos, e incluso las cuencas de sus ojos.

“¡Joder! ¡Me he descuidado!” decía mientras se quejaba, impotente, al saber que ya no tenía nada que hacer.

“¡Wajajajaja! – Escuchaba a la teniente en su interior – Ahora que he entrado en tu cuerpo, ya no necesito mi corazón. Tan sólo soy energía, y utilizaré lo poco que queda del fantasma para devorar y suplantar tu alma”.

El alma de Jezabel, envuelta parcialmente en el humo morado que antes emulaba la forma del fantasma, avanzaba a toda velocidad por el cuerpo de Reik, hasta que llegó al núcleo, donde encontró una llama blanca ardiendo intensamente, pero a la vez transmitiendo una calidez tenue y sobrecogedora.

“¡Se acabó, caballero!”

Por primera vez en su vida, el caballero del hielo sintió verdadero miedo a morir, y deseó con todas sus fuerzas estar vivo. Cuando el brazo de humo morado entró en contacto son el alma de Reik, ésta se intensificó  y comenzó a crecer, a la vez que desprendía una luz mucho más intensa y agresiva.

“¿Qué…? ¿Qué está pasando…? La luz… La luz me está engullendo…”

Poco a poco, la luz del alma de Reik fue eliminando el humo morado, y tras eso, a la ahora indefensa alma de la teniente.

“Noooooo… Nooooooooooo… Si tan sólo, tan sólo hubiera… Hubiera pasado a través de su cuerpo una última vez…” gritó antes de desvanecerse por completo.


Tanto el alma de la teniente como todo aquel humo morado que la envolvía se desvanecieron en el aire, desapareciendo de una vez y para siempre. Reik, agotado tanto física como mentalmente, cayó al suelo de espaldas de la impresión de ver todavía estaba vivo, y sonrió.

Curiosidades!!!

El truco de dispararse en la cabeza y no morir viene del videojuego Persona 3, donde precisamente los personajes deben pegarse un tiro en la cabeza para sacar las invocaciones con la que atacan.


Lo de un fantasma con corazón como punto débil viene del Luigis Mansion, videojuego que parodia a Los Cazafantasmas en el que Luigi debe iluminar con una linterna a los fantasmas cuando están desprevenidos para que muestren su corazón y poder absorberlos y sellarlos.


Negative Hollow es el ataque principal de Perona, personaje de One Piece, que tiene los mismos efectos que aquí, sólo que además inmediatos.


Jezabel es homenaje al personaje Mistoban de Dai no Daibouken (en España Las Aventuras de Fly) y sus muertes son casi iguales.


Y bueno, por último, el aspecto del fantasma sería similar al de un Haunter, pero esto ya ha sido casualidad, no estaba preparado.