martes, 11 de febrero de 2014

Episodio CLXIV

Y otra ronda terminada ^^ ¿cuándo acabará esto? xD

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Episodio CLXIV

E
n medio del aire, Shawn Stevenson agarró al vuelo el cuerpo seminconsciente de Reik por la ropa, de mala manera, y lo transportó hasta el lugar de donde lo había traído. Sorprendentemente, en vez de dejarlo caer a su suerte, descendió a ras de suelo y no lo soltó hasta entonces, momento en el que se estrelló bruscamente y rodó por la tierra.

Enseguida, Reik vio el lago parcialmente congelado y se dio cuenta de donde estaba. Sin embargo, desconocía el motivo por el que le habían traído de vuelta.

“¿Qué hacemos aquí otra vez?”

“Se supone que te habrá matado la teniente. Tu cuerpo tiene que aparecer aquí, y con signos que lo evidencien. Si te hubiera arrojado desde el aire para que murieras con la caída, no habría resultado creíble”.

“¿De verdad sigues pensado que tu mierda de plan va a funcionar?”

“Tampoco es necesario que funcione… Durante mucho tiempo, ya me entiendes”.

“¿Piensas matar a todos?”

“No, yo sólo debo encargarme de los que sobrevivan al combate, como tú. Es poco probable que tenga que hacer otro trabajo, pero por si acaso, me gusta hacer las cosas bien. Para eso me contratan”.

“Jejeje… No sé si lo sabrás, pero Arturo no está en esta isla, ¿qué harás entonces?”

“Al caballero del fuego es al único al que no tengo autorización para asesinar, así que poco importa donde esté, siempre y cuando para cuando llegue aquí, la escena esté preparada”.

“¿Qué? ¿Así que a Arturo sí vas a dejarle con vida? Pero si el Caballero Negro ya tiene sus poderes, ¿por qué? ¿Qué tiene de especial?”

“Realmente no tiene nada de especial... Por lo menos por el momento. Es Mesa quien tiene algo de especial, por eso era estrictamente necesaria su colaboración. Y como he comentado antes, su condición para colaborar fue que le ayudaran a cumplir su sueño, lograr al estudiante perfecto que dominara todas las artes.

Pero era una tarea más complicada de lo que parecía. Hacían falta dos requisitos. El primero, las esferas de los caballeros elementales. Eso sí, antes había que despertarlas, haciendo que los caballeros alcanzasen un mínimo de fuerza y control de su poder elemental. Cuando enviamos a Duckman aquel día a por los caballeros del fuego, el agua, la tierra y el viento, enseguida nos dimos cuenta de que el caballero de la tierra todavía no había alcanzado ese mínimo, y para despertarlo hubo que recurrir a métodos menos convencionales”.

“Sí, matar a Isabel que ya no os hacía falta para darle un motivo para entrenarse y mejorar hasta llegar a ese mínimo, me han contado la historia”.

“Exacto, y lo mejor de todo es que con el ataque de Duckman el resto de caballeros también comenzaron a entrenarse y mejorar, y gracias a eso, el resultado final, el poder del Caballero Negro, también se ha visto incrementado mucho más de lo que estimábamos.

El segundo era un cuerpo que pudiera albergar ese poder, que lo mereciera y además fuera capaz de controlarlo. No valía cualquiera. Una persona que no estuviera entrenada de antemano hubiera muerto al absorber la primera esfera elemental, y tampoco valía alguien con moral que no fuese a utilizar los poderes que le iban a ser otorgados para algo que no fuera causar una completa destrucción.

Buscamos gente para el puesto durante años. Incluso secuestramos atletas de renombre, que sabíamos de antemano que eran de dudosa moralidad, pues utilizaban medicamentos prohibidos para acelerar su rendimiento. Pero ninguno terminaba de servirnos completamente.

Mesa estaba desesperado, cerca de rendirse y aceptar que nunca cumpliría su sueño. Se fue a vivir a una gruta bajo Petoria, donde se dedicaba a hacer reminiscencias de su vida como profesor.

Y fue estando allí, cuando consiguió dar con lo que buscaba. Un cuerpo atlético, fuerte y poderoso, que ya había sido campeón en todos los deportes, que siempre había superado a todos sus rivales, y que además, su corazón estaba totalmente manchado por la envidia y el resentimiento”.

“¿Tan importante es Mesa que secuestráis a cuatro niños huérfanos sólo para complacerle?”

“¿Niños huérfanos? ¿De verdad piensas que fue casualidad que los cuatro caballeros iniciales fuesen huérfanos? Te creía más espabilado, caballero del hielo”.

“¡¿Qué?! Entonces vosotros…”

“No, de vosotros nada. ¡Yo! Te recuerdo que me contrataron para hacer el trabajo que nadie quería hacer. Aquello fue el comienzo de todo. Necesitábamos asegurarnos de que los niños tomaran el camino que queríamos, y la única forma de asegurarnos era criándolos nosotros. Obviamente, los padres no hubieran estado de acuerdo, así que los quité de en medio. Fue lo más rápido y efectivo”.

“Gabriel, Jonyo y yo despertamos el poder de nuestros elementos a una edad más avanzada, ¿cómo sabíais que eran ellos siendo tan pequeños?”

“Yo no me encargaba de la información, sólo de ejecutar las órdenes. No sé cómo lo sabían ni tampoco me importaba saberlo, pero lo sabían, y así fue”.

“Pero, entonces, ¿por qué no nos cogisteis a nosotros tres desde niños también?”

“En aquel momento, yo sólo tenía información sobre los caballeros del fuego, el agua, el viento y la tierra. Desconocía totalmente vuestra existencia. Es posible que quien me contrató tuviera la misma información que yo. Antiguamente se creía que el planeta estaba formado únicamente por agua, tierra, viento y fuego, así que no es de extrañar que, en un principio, no se contase con la existencia de más caballeros, sino que se fueran descubriendo según nacían sus poderes”.

“¿Cómo pudiste estar engañando a unos niños durante años?”

“Realmente yo no he engañado a nadie. Nunca les traté con ningún tipo de afecto y lo saben. Trataba de hacerles sufrir lo más posible cada día. Al fin y al cabo, por culpa de encargarme de esos críos estaba perdiendo la oportunidad de hacer otros trabajos más interesantes. Tan sólo tenía que enseñarles lo básico para que el transcurso normal de las cosas hiciera el resto, pero odiaba tener que encargarme de una tarea así, y encontraba la diversión torturando a esos pequeños. Total, lo único que me exigían era desarrollar el poder de los elementos. Los portadores daban exactamente igual”.

“Entonces, dime una cosa… Peter… ¿Peter también estaba de vuestro lado? ¿También nos ha estado engañando todo este tiempo?”

“Sí y no. Quiero decir, Peter era un engañado más. Su colaboración facilitaba mucho las cosas, pero era un idealista. No podías hacer con él como con el resto de políticos, que ir a los ayuntamientos es como ir al supermercado. Sin embargo, una persona que acaba de perder a su hija y de divorciarse de su mujer es fácilmente manipulable. Le cuentas que unos pobres huérfanos no tienen techo bajo el que cobijarse y ya haces con él lo que quieras.

He de decir que, según pasaba el tiempo, Peter fue sospechando de todos, incluso de mí, hasta que llegó al punto de darse cuenta de que estaba en el bando equivocado. Sin embargo, a mí no me ha descubierto nadie en todos estos años, y él no iba a ser el primero. El plan requería que yo siguiese formando parte de sus aliados, y mi imagen no podía resultar dañada a sus ojos, así que me inventé una argucia”.

“Espera, esa me la sé. Pactaste una hipoteca inversa con el banco para que se quedara el castillo a cambio de la manutención de Arturo y los demás, y tú te largaste a esa isla para evitar seguir llamando la atención”.

“Exacto, pero ese castillo nunca fue mío realmente. Era un bien que habían puesto a mi nombre para el normal desenvolvimiento de mis actividades, pero no lo había pagado yo. Sin embargo, devolverlo haciendo como que sí lo era y renunciar a él fue una prueba suficiente para disipar las dudas que Peter tenía sobre mí. Él de verás creyó siempre que yo estaba de su lado. Pobre iluso, cuando lo que había ocurrido en realidad fue que mis servicios ya no eran necesarios. Los caballeros habían empezado a valerse por sí mismos, y aprovecharon el incidente de Peter para encargarme una nueva misión, que es lo que he estado haciendo hasta ahora”.

“La chica”.

“Sí. Encargarme de ella fue mucho más divertido. Su corazón está lleno de odio, no como el de los caballeros, que resultaban increíblemente aburridos. Ella tiene una motivación, un deseo oculto, un objetivo marcado por el desengaño y la traición, por el que está dispuesta a dar su propia vida si es preciso”.

“¿Qué es lo pinta ella en toda esta historia?”

“Ni siquiera yo tengo esa información. Realmente sólo se me encargó vigilarla e informar de vez en cuando de sus actividades. Fue una misión especial de la persona que me contrató. Y Mireia nunca hablaba de sí misma. El corazón de una mujer es un pozo lleno de secretos, y tratar de escarbar en él sólo traerá desgracias para quien lo haga.

Es cierto que conseguía despertar mi curiosidad, pero me bastaba con ver sus ojos cada vez que pensaba en él. Admirar la belleza de unos ojos manchados por el dolor, la impotencia, la mentira y el deseo no es algo que se pueda hacer todos los días. Precisamente, los mismos ojos que tiene Mesa, por mucho que intente disimularlo. Fue al ver los ojos de ellos dos cuando acepté este trabajo. Me di cuente de que iba a ser muy especial”.

“Todo este rato no has parado de mencionar a la persona que contrató, pero no has dicho en ningún momento de quién se trata. Dime, ¿para quién trabajas exactamente?”

“Lo lamento, pero no voy a violar la cláusula de confidencialidad de mi contrato. Si te sirve de algo, te diré que la gente que me contrata es porque no hago preguntas. Sólo cumplo las órdenes. No me preocupa si lo que hago está bien o está mal, quien tiene razón, o las consecuencias que mis actividades puedan tener para gente inocente, para un país, o para el mundo entero, mientras yo cobre lo acordado”.

“¿Dinero? ¿Todo esto es por dinero?”

“Bueno, el dinero es un factor, pero hay más. Hay cosas que no se pueden comprar con dinero. Yo decido qué trabajos aceptar y qué trabajos rechazar, y como he comentado antes, en este noté algo especial al ver los ojos de Mesa.

Y sobre todo, lo que busco en un trabajo es comprobar, una vez más, hasta donde puedo llegar. Jamás imaginé que sería capaz de engañar a tanta gente durante tanto tiempo, pero lo hice, y tampoco pensaba que lo disfrutaría tanto, aunque hubiese momentos de lo más aburridos.

De todos modos, al fin lo que cuenta es mi trabajo y yo soy un profesional. Mi labor está a punto de terminar y uno de los requisitos es que tú mueras. Así que prepárate caballero, la conversación ha terminado, ¡es la hora de morir!”

Reik seguía sin ser consciente de su situación actual, y de manera automática, empuñó su espada y se colocó en posición de combate.

“Vamos a ver… ¿cómo te habría matado al teniente? – Reflexionaba antes de atacar – Una persona sin cerebro como ella, estoy seguro de que habría acabado contigo a golpes. Sí… Es lo más probable…”

Shawn avanzó a gran velocidad con el puño al frente. El caballero del hielo se cubrió con la espada, pero el poder de su adversario era imparable. Rompió su guardia sin ningún esfuerzo y continuó hasta su estómago. Una vez allí, como si un objeto punzante se tratase, el puño de Shawn se clavó en la carne del caballero completamente, quedando visible únicamente el brazo.

“Vaya… Y eso que me he controlado… Parece que uno nunca puede imaginar lo ridícula que es la fuerza de un portador elemental cuando ya no dispone de la fuerza de su elemento…”

Extrajo el brazo, y en ese instante, Reik comenzó a sangrar. No sólo por el agujero de su estómago, también por la nariz y la boca. La hemorragia se estaba extendiendo por todo su cuerpo a una velocidad inaudita.

“Menudo problema… Cualquiera se daría cuenta de que esa loca no tenía fuerza suficiente para hacer algo así. Supongo que cuando mueras tendré que clavar tu espada en esa herida para intentar disimularlo. De momento, será mejor que no te golpee más”.

Agarró al caballero por el cuello y le arrojó por el suelo, tratando de causarle golpes y magulladuras menores así, por miedo a asesinarle de una forma poco convencional si le asestaba un segundo golpe.

Su cuerpo impactaba brutalmente contra la tierra, pero el dolor era todavía mayor al tener semejante herida moviéndose y golpeándose una y otra vez.

Cuando dejó de dar vueltas, Shawn le agarró de una pierna, y tras un leve balanceo, le estrelló una vez más contra el suelo. Reik estaba cerca de perder el conocimiento, pero su, aunque ahora mermada, aun fuerte determinación, lo mantenía consciente.

Una nueva patada sacudió el cuerpo del caballero, rompiéndole varias costillas, y lanzándolo por los aires una vez más. El cuerpo cayó justo a la orilla del lago, y Reik, instintivamente, se arrastraba a duras penas tratando de alcanzarlo.

“Creo que te olvidas a quién te estás enfrentando – le dijo Shawn, a la vez que le sujetaba la cabeza tirándole del pelo para detener su avance – Pretendes alcanzar el lago helado, con la esperanza de que, al estar en contacto con tu elemento, recuperes tus poderes. Muy ingenuo. ¿Piensas que yo soy como esos estúpidos que buscan un combate justo para darle más emoción? ¿Qué necesito probarme a mí mismo? ¿Qué si te mato así nunca sabré si hubiera perdido enfrentándote en pleno uso de tu fuerza? A mí todo eso me da igual. Yo estoy trabajando, y si recuperas tus poderes, me complicarás el trabajo. Y eso es algo que no me gusta ni un pelo, así que fuera de ahí”.

Acto seguido, le estampó la cabeza contra el suelo. Desde ese instante, aunque el caballero seguía consciente, dejo de darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor. Shawn le agarró de la ropa hasta elevarlo ligeramente y le habló una vez más, aunque no sabía que ya no podía escucharle.

“Te mandaré en dirección contraria al lago para alejarte de tus poderes, y de paso, morirás con el impacto de la caída. Adiós, Reik. Pronto mandaré al resto de tus amigos contigo”.

Dado el elevado peso del caballero, Shawn respiró hondo para hacer fuerza y le lanzó por los aires en dirección contraria. Sin embargo, su fuerza volvió a traicionarle, y el cuerpo del caballero ascendió y se alejó mucho más de lo que había calculado.

“¡Mierda, me he pasado!”

Saltó al vuelo inmediatamente, pero ahora ya no era como la otra vez. No le había lanzado a un lugar concreto como antes. Simplemente le había mandado en dirección contraria, con mucha fuerza, y no era capaz de calcular donde estaba ya.

Entretanto, el cuerpo seminconsciente y gravemente herido de Reik descendía en picado sin nada que lo frenase, después de alejarse más allá de los límites de la propia isla. Tras casi un minuto en el aire, su cuerpo cayó en medio del mar, y comenzó a sumergirse lenta, pero profundamente.

Al entrar en contacto con el agua, Reik se desveló, y volvió a darse cuenta de lo que pasaba. Sin embargo, apenas le quedaban fuerzas y no podías hacer otra cosa que ver cómo seguía sumergiéndose en la oscuridad y el olvido.

A medida que descendía en las aguas, la temperatura lo hacía también, y el caballero notaba claramente cómo el dolor de sus heridas iba reduciéndose poco a poco, pero ya no estaba seguro de si era a causa de la temperatura o que simplemente estaba próximo a morir.

En el aire, Shawn Stevenson continuaba buscando sin éxito el cuerpo que del que él mismo se había deshecho, tratando de localizar su energía, pero, a causa de la desposesión de su elemento, y de la grave herida que tenía en su estómago, su energía estaba a un nivel tan ínfimo que era imperceptible, y Shawn lo sabía.


“Tenía pensado minar la moral del caballero del fuego a su vuelta, mostrándole los cadáveres de todos sus compañeros, para que el horror y la ira nublasen su juicio y le impidiesen utilizar todas sus fuerzas. Estoy seguro de que te habría facilitado el trabajo después – comentaba, como si de verdad hablase con alguien – pero parece que ahora uno de ellos habrá muerto en una explosión inmolándose para así acabar con su adversario – extendió el brazo, abrió la mano, y apuntó hacia abajo – Sino puedo encontrarte, Reik, ¡tendré que destruirlo todo!”

domingo, 2 de febrero de 2014

Episodio CLXIII

Y otro más!!! Ya queda menos...

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Episodio 

CLXIII

I
gnorando las últimas palabras de su adversario, Jonyo inició una ofensiva, para continuar aprovechando su recién adquirida habilidad. Sin embargo, no llegó a avanzar ni cinco metros, cuando el cuerpo inanimado del caballero del hielo cayó desplomándose delante de él. El caballero se quedó paralizado al verlo, pues en un principio creyó que estaba muerto. No fue hasta pasados unos instantes que superó el shock inicial, cuando se dio cuenta de que respiraba y se quedó tranquilo.

Aun así, el caballero seguía muy sorprendido. No entendía cómo Reik podía haber perdido contra un rival al que él mismo pudo derrotar en la última ciudad solo, sin mayor ayuda que un poco de sigilo y de velocidad. Pero ahí estaba, tirado en el suelo, inconsciente. No había prueba más fehaciente posible.

Instintivamente, miró hacia arriba, buscando la sombra de la teniente, pero el cielo estaba vacío. No encontró a la persona que había dejado caer el cuerpo de su compañero, pero notaba el rastro de su energía en el ambiente, y era una energía que le sonaba extrañamente familiar.

“¿Qué es lo que ha pasado? – Le preguntó directamente al Caballero Negro – Estoy seguro de que tú lo sabes”.

“Tranquilo, ahora mismo lo sabrás… Pero antes hay asuntos más importantes que atender” sonreía mientras agarraba el cuerpo del caballero del hielo por el cuello del jersey.

La misma escena volvía a repetirse una vez más, a pesar de que el caballero del rayo había asegurado que Blackron no obtendría más elementos oscuros, no podía hacer otra cosa más que observar impotente cómo se hacía dueño del penúltimo elemento de su colección.

El Caballero Negro alzó el cuerpo del caballero del hielo con la mano izquierda. Mientras tanto, abrió la palma de su mano derecha, y generó una pequeña bola de energía distinta de lo habitual. Era completamente negra, salvo por unos suaves rayitos violetas que parpadeaban a su alrededor.

Acercó la bola de energía oscura al cuerpo de Reik, y ésta comenzó a girar sobre sí misma a gran velocidad, mientras se formaba un hueco hacia dentro en la parte superior de la oscura esfera, convirtiéndose en un agujero negro a pequeña escala, capaz de generar una corriente de aire hacia su interior.

Poco a poco, un polvo brillante de color turquesa que comenzó a brotar del interior del cuerpo de Reik, fue absorbido poco a poco por la esfera negra, rellenándola desde lo más profundo hasta llenarse completamente. En ese instante, la parte oscura estalló como una cáscara. Sus pedazos se precipitaron al suelo, pero se desvanecieron antes de llegar a tocarlo, y sobre la palma de la mano de Blackron tan sólo quedó, levitando, una esfera turquesa y blanca con unos cuantos copos de nieve en diferentes formas cautivos en su interior. 

Tras esto, soltó el cuerpo del caballero que cayó en redondo, todavía inconsciente. Después, soltó la esfera elemental del hielo, y ésta comenzó a flotar por sí misma. Las nubes negras volvieron a hacer acto de presencia, acompañadas por un frío desolador. Abrió los brazos, dando la bienvenida a su nuevo poder, y la esfera elemental se iluminó, reaccionando ante las esferas que ya se encontraban en el interior de joven de color. Comenzó a introducirse en su pecho suavemente, y según entraba, un montón de cristales de hielo negro cristalizaron formando tundras a su alrededor.

Los cristales crecieron hacia dentro y hacia fuera, creando un árbol de hielo negro con multitud de ramificaciones en cuyo interior se encontraba encerrado el Caballero Negro, terminando de completar la apropiación de su nuevo poder. Tan rápido como se había formado, el árbol de hielo comenzó a agrietarse, para finalmente estallar en cientos de pedazos.

El caballero del rayo se cubrió ante la inmensa lluvia de trozos de hielo negro que se precipitaban por doquier. Sabía de antemano que esos pequeños y aparentemente inofensivos trozos de hielo negro escondían en su interior un peligroso efecto secundario, igual que el resto de elementos oscuros, y no tenía intención alguna de comprobar cuál era.

Blackron quedó libre finalmente. Su apoderamiento había sido completado, y estaba deseando estrenar su nuevo poder. A su lado, el cuerpo del caballero del hielo continuaba tirado en el suelo. El Caballero Negro lo observó y le echó una mirada de desprecio.

“Ya sólo me queda uno – fue lo primero que dijo – Ahora, ¡tú ya no sirves para nada!” exclamó.

Apartó el cuerpo de una patada, lanzándolo directamente contra Jonyo, quien hizo lo posible por retenerlo sin que sufriera daños. Del golpe, el caballero del hielo recuperó la consciencia y abrió los ojos suavemente.

“¡Reik! ¡¡Reik!! – le gritaba su compañero – ¡¡¿Me oyes Reik?!!”

El caballero del hielo estaba desorientado, pero no tardó en darse cuenta por sí mismo de lo que había ocurrido. Verse en brazos de su compañero, y tener delante al Caballero Negro, con pedacitos de hielo alrededor era más que suficiente para que comprendiera lo que acababa de ocurrir.

“Maldición… Ese cabrón… Me ha robado mis poderes, ¿verdad?”

“Sí… Lo siento… Nunca pensé que la teniente fuese capaz de derrotarte, ¿qué ha ocurrido?”

“¿La teniente…? – Murmuraba y se echó a reír – Esto no me lo ha hecho la teniente. Ella cayó derrotada ante mi poder. No fue ningún problema” mintió, omitiendo el momento en el que estuvo a punto de apoderarse de su cuerpo.

“¿Entonces qué ha ocurrido?” insistió el caballero.

“Yo… Estaba sentado, descansando un poco, justo después de haber terminado el combate, cuando él se acercó por detrás y me atacó por sorpresa. Aprovechó que yo estaba debilitado por la lucha para noquearme de un golpe en la nuca. Sin embargo, antes de caer inconsciente, pude ver claramente su rostro…”

“¿Quién fue? ¿Es que acaso hay más enemigos?”

“Fue… ¡El! – Mientras hablaba, una figura humana descendió del cielo a gran velocidad y se posó delante los caballeros. El caballero del rayo se quedó atónito al descubrir la identidad de quien había traído el cuerpo del caballero del hielo hasta allí – ¡Shawn Stevenson!”

En efecto, Shawn Stevenson se encontraba delante de ellos, con una sonrisa malévola dibujada en su rostro.

“Gracias, Shawn. Aunque lamento que te hayan descubierto. – Le dijo el Caballero Negro –  Es imposible que pase, pero si se diera el milagro de que Mesa no ganara el combate, ¿puedo contar contigo para que derrotes al caballero de la tierra y me traigas su cuerpo?”

“No, porque tienes razón. Es imposible que pase. Y sobre lo otro, no te preocupes. Se puede engañar a mucha gente durante mucho tiempo, pero no se puede engañar a todo el mundo siempre. Ya estaba un poco harto de seguir con esta farsa”.

Jonyo no daba crédito a lo que estaba escuchando, mientras que Reik no parecía estar sorprendido.

“¡¡¿Qué cojones está pasando aquí?!! – Gritó, ya un poco fuera de sí – ¡Shawn! ¡Se suponía que estabas de nuestro lado! ¡Incluso nos ayudaste! ¡Nos entrenaste! ¡¿Qué significa todo esto?! ¡Si eres uno de ellos, ¿por qué lo hiciste?!”

“El poder de las esferas elementales depende del poder del caballero que las genera. Para que las esferas alcanzasen su máximo poder, era necesario que vosotros también lo hicierais. Cometimos el error de dejar morir a los portadores del viento y el agua demasiado pronto, y Mesa no toleraba más equivocaciones. No hay nada más que contar, caballero”.

“¿Mesa? ¿Es que en realidad trabajas para él?”

“No, pero completar el estudiante perfecto fue la única condición que él puso para ayudarle”.

“¿Ayudarle? ¿A quién? ¿Quién está detrás de todo esto?” el caballero del rayo empezaba a darse cuenta de que había más cosas que desconocía de las que creía.

“Lo siento, pero ya he hablado demasiado. He de irme”.

“Sí, y llévate al del caballero del hielo, que ahora no es más que un saco de carne inútil”.

“¿Cómo te atreves…?”

Antes de que pudiera terminar la frase, Shawn le había golpeado de nuevo. Desgraciadamente para él, lo que el Caballero Negro acababa de decir se acercaba mucho a la verdad. Y en ese momento no tenía ni idea de cómo remediarlo.

“Joder… Pues sí que va a ser verdad eso de que te roba los poderes…” murmuraba cabizbajo, retorciéndose de dolor.

“Me llevaré a este de aquí y me encargaré de aquí. Así los otros caballeros pensarán que perdió contra la teniente. No hace falta añadir que no puedes dejar que el caballero del rayo tenga la posibilidad de contárselo a los demás, en el caso de que alguno sobreviviera, claro”.

“Sí, lo he pillado, que me lo cargué – contestó el Caballero Negro – Ahora lárgate, tengo que seguir con mi combate”.

“¿Qué te vas a encargar de mí? – Reik seguía sin ser capaz de aceptar su situación – ¿Quién, tú? No me hagas reír…”

Un segundo golpe desestabilizó al caballero de hielo, que cayó al suelo, aunque lograba mantenerse consciente. No fue un golpe fuerte, pero su delicado estado provocaba que cualquier impacto le resultase abrumador.

“¡Eh, tú! ¡Déjale en paz!” exclamó el caballero del rayo y se lanzó contra Shawn inmediatamente. Sin embargo, a medio camino, un Getsuga Tenshou pasó a su lado, cortándole el paso.

“¡No te olvides de que sigo aquí! – Le gritó Blackron – ¡Yo soy tu único oponente!”

Viendo que no tenía oportunidad contra dos adversarios a la vez, el caballero del rayo se decidió por la única alternativa que le quedaba.

“¡Escucha, Reik! – Trataba de aconsejarle – ¡En realidad no has perdido tus poderes! ¡No lo olvides! ¡Arturo los recuperó! ¡Incluso a mí me los ha robado hace un rato y también los he recobrado de nuevo! ¡Sólo ha roto el vínculo con tu elemento! Para restaurarlo…”

Una patada en el costado. Eso es todo lo que necesitó Shawn para lanzar al caballero del hielo por los aires, para después salir volando tras él, dejando al caballero del rayo con la palabra en la boca. En un par de segundos, los dos se perdieron en el cielo, y Jonyo se quedó paralizado, repitiendo en su momento las palabras que iba a terminar de decirle a su compañero, y digiriendo todavía la sorpresa de que una de las personas que más les había ayudado a mejorar como caballeros no era más que un vulgar traidor.

“Todavía no me lo creo, ¿sabes? Él ayudó a Arturo a recuperar sus poderes. Ayudó a Fidel a preparar su combate contra Mesa, y trajo un entrenador particular para cada uno de nosotros para ayudarnos a corregir nuestras deficiencias. ¿Y ahora pretendes decirme que todo eso lo hizo nada más que para que tú te volvieras más poderoso cuando nos robaras nuestros poderes?”

“Realmente no fue por eso, sino porque estaba obligado a ayudar a Mesa. Se lo ordenó su superior. Originalmente, él sólo tenía que vigilar a Mireia”.

“Pero, ¿y Arturo? Cuando fuimos a verle, tú ya habías conseguido el fuego negro, ¿qué sentido tenía ayudarle después?”

“¿Y a mí qué cojones me cuentas? ¡Ve y pregúntaselo a él! Pero antes, ¡¡tendrás que salir con vida de aquí!!” exclamó y se lanzó al ataque.

Las dos espadas se cruzaron, creándose un forcejeo.

“Bueno, dime. ¿Sigues pensando que no obtendré todos los elementos?”

“Esto no ha sido más que un acto cobarde de un ser miserable. Tal vez Mesa sea nuestro enemigo, pero al menos está marcado por el honor. No hará algo así”.

“Precisamente porque Mesa es así es por lo que contrataron a Shawn. Alguien tiene que encargarse del trabajo sucio. Así que, como he dicho antes, si ocurriera el milagro de que el pringado de tu amigo ganase el combate, allí estará él para rematarle”.

“Joder… Fidel, tienes problemas… – pensaba el caballero – Pero no puedo ayudarte desde aquí… Ni siquiera avisarte… Vas a tener que arreglártelas solo…”

“Bueno, ¿qué tal si probamos mis nuevos poderes?” rijo sonriendo el Caballero Negro.

El hielo negro comenzó a brotar bajo sus pies, avanzando rápidamente hacia el caballero, que no tardó en retirarse y salir volando.

“No me vas a coger con esa mierda”.

Escuchó un ruido, miró hacia abajo, y vio un torrente de agua negra ascendiendo hasta donde estaba.

“¡Velocidad Extrema!”

Descendió, rodeando el torrente de agua, para que no pudiera perseguirle, y avanzó a una velocidad increíble hacia su objetivo, que volvió a recibir el golpe sin poder hacer nada. Sin embargo, esta vez no fue capaz de tirarle al suelo.

“Su fuerza y velocidad aumentan con cada elemento que absorbe, por eso mis golpes ahora parecen menos efectivos. Pero igualmente, no puede hacer nada para protegerse de mí. Tardaré un poco más, pero si le venzo antes de que termine el combate de Fidel es posible que pueda evitar una desgracia a tiempo…”

Regresó al ataque, y en esta ocasión, Blackron se protegió con el tornado oscuro de nuevo. El puñetazo a gran velocidad del caballero impactó de lleno en el cuerpo del vendaval, desestabilizándolo, pero sin ser capaz de romperlo cómo había hecho antes.

“Joder… La fuerza de sus elementos oscuros también se ve aumentada con cada uno que añade a su colección. Si obtiene el último, puedo perder la ventaja que tengo ahora… Si mis puños no son suficientes, ¡recurriré a mi espada!”

Se alejó un poco, para tener más recorrido y alcanzar más velocidad, y volvió al ataque, ahora portando su espada. Asestó un espadazo horizontal en sentido contrario al que giraba el viento del tornado oscuro, logrando disiparlo en un instante.

Continuó avanzando hacia su objetivo. A la velocidad que iba, no le daba tiempo a preparar un segundo espadazo desde la posición inicial, así que simplemente agitó el brazo en sentido contrario para dar el golpe. El Caballero Negro se había cubierto el torso cruzando los brazos, y la espada sólo le hirió ahí.

“¡Cubrirte no te servirá de nada!”

El caballero dio una vuelta alrededor de su adversario para ganar velocidad. De camino, cambio la espada a su mano izquierda, y al regresar, primero rompió la guardia de Blackron con un golpe hacia arriba con su puño derecho, mientras que acto seguido le propinó un espadazo de abajo a arriba con la izquierda.

El Caballero Negro resultó seriamente dañado. El corte le atravesó todo el torso y la fuerza que iba implícita en un ataque tan veloz terminó por arrastrarle hacia arriba, cayendo cerca del borde del acantilado.

“¡Es el momento! – Pensó Jonyo – ¡Acabemos con esto!”

Ascendió hacia el cielo a toda velocidad, para después caer todavía más rápido, armado con su espada, pretendiendo acabar el combate con ese golpe.

El Caballero Negro, todavía retorciéndose en el suelo de dolor, vio a Jonyo elevarse, y previó sus intenciones.

“¡A ver si eres capaz de destruir esto con tu velocidad!” exclamó desafiante.

Todo se tiñó de oscuridad. La sonrisa desafiante del Caballero Negro dejó de ser visible, porque ahora una pared de fuego negro le protegía, obligando al caballero del rayo a detenerse para evitar un rotundo fracaso.


“Vaya, parece que no he contado con todas las posibilidades…” expresó frustrado.