domingo, 8 de febrero de 2009

Episodio LXXXI

Llevo "libre" desde le jueves que tuve el examen de Economía de la Empresa, y por tanto pretendía que el capítulo saliera a primera hora como antes y no a última, pero cierta personilla me tuvo el viernes CINCO HORAS en una videollamada (de 22:00 a 3:00) y echó por tierra toda mi planificación xD. Bueno, mi último examen es el viernes, y tengo toda la semana para prepararlo, por tanto, y también porque he agotado mis tres semanas de descanso, esto vuelve a ser semanal ^^ De hecho, me convendría que alguna semana publicara dos y pudiera dejar dos semanas para el 96, porque sino significa que tendré que escribir +18 páginas en una semana :o Bueno, ya veremos como lo hacemos, en el 72 lo conseguí, pero uffff estuve toda la semana sin parar xD Ah ya he empezado el Kanzenban de Los Caballeros, aprovechando las ventajas de Officce 2007 (Kanzenban = Edición Completa / Perfecta, por eso no puedo decir edición kanzenban, porque diría la palabra edición dos veces). De momento llevo sólo la portada, ya que hacerlo a nivel profesional significa que uno no puede dar dos veces al intro para hacer un salto de línea más grande de lo normal, y cuesta, no como aqui para que para cambiar de página doy 200 veces al intro y fuera xD Luego cuando voy al ordena de la uni no cuadran las páginas, claro. Ya daré más datos sobre esta edición, más adelante ^^

Título: Heores can save you

Tamaño: 8'125 (como mi media de 1º Bachillerato xD ya me gustaría a mí tenerla ahora XD)

Dedicado a: N/A

Episodio LXXXI

J

esuCristo y Shinkan avanzaban hasta donde se encontraban los caballeros, guiados por el resplandor de la transformación de Arturo. Al llegar se quedaron parados delante del caballero del fuego, boquiabiertos y sin ser capaces de formular una sola palabra.

“¿Qué es ese aspecto?” pensó JesuCristo.

Arturo finalizó la transformación. El resplandor se redujo a una suave aura dorada alrededor de su cuerpo y el fuerte viento y la energía que despedía cesaron, permitiendo que Pamela pudiera levantarse por segunda vez.

“Dejadme esto a mí” dijo el caballero del fuego con su nuevo y radiante aspecto.

Fidel avanzó hasta él y le puso la mano en el hombro.

“¿No crees que estás exagerando un poco las cosas? No necesitas este poder para arreglar esto. Tranquilízate. Iremos todos a rescatar a Peter”.

“No será necesario. Vosotros esperad aquí. Se han atrevido a secuestrar al miembro más débil de nuestro grupo con una sucia escaramuza. Merecen un castigo, y lo tendrán”.

“Arturo, espera”.

El caballero salió volando y en un instante se perdió en el firmamento, apareciendo durante un segundo una lucecita que simulaba una estrella en pleno día.

“Esta vez... Ha sido capaz de transformarse él sólo” comentó Fidel tras verle desaparecer en el horizonte.

“Sí... Y no me gusta esa forma” añadió Gabriel.

“Pero ¿qué era esa forma?” preguntó el sacerdote.

“Nosotros lo llamamos SuperGuerero – explicó Fidel – Es la tercera vez que aparece y la segunda en Arturo. Da a quien la adopta una fuerza que sobrepasa todos los límites imaginables. Las otras dos veces despertó con la ayuda de un colgante”.

“Pero también tiene inconvenientes – continuó Jonyo – Aunque la última vez fue capaz de vencer a uno de nuestros enemigos más poderosos con tan solo tres golpes, su energía era distinta de lo normal. Ya no despedía esa sensación de calma y pureza de siempre”.

“Seguramente, al adoptar esa forma, aumenta la agresividad y se siente ligeramente irritable – terminó Gabriel – Recuerdo que al estar a su alrededor no podíamos dejar de temblar. Él aún no está preparado para adoptar esa forma. No puede controlarla, ella le controla a él. Por suerte la otra vez el efecto del colgante se agotó antes de que tuvieramos que lamentar algo, pero ahora que lo ah despertado por sí mismo, es otra historia...”.

“¿Y que puede pasar?” preguntó la pequeña.

“Si nadie lo detiene... – contestó Fidel – ¡Matará a todo el clan StormReaver!”.

“Confiemos en que recupere la sensatez antes de que sea demasiado tarde” dijo Jonyo y todos se quedaron mirando al cielo, preocupados.

La enfermera arrastraba al Caballero Negro por todo el lugar, agitando una campana para que todo el mundo se apartara.

“¡¡Abran paso!! – gritaba – ¡¡Esto es una emergencia médica!!”

El Caballero Negro, avergonzado, miraba al suelo y se tapaba la cara con el brazo que le quedaba libre, por miedo a futuras burlas.

“¡¡¡Vamos!!! ¡¡¡¿Es que no me han oído?!!! – gritaba incluso empujando a la gente – ¡¡¡Apártense todos!!! ¡¡¡Llevo un herido!!!

Después de llamar la atención por todo el pueblo, finalmente llegaron a casa de la Doctora. La enfermera irrumpió en la casa abriendo la puerta de una patada, sobresalantando así a su jefa, que se encontraba en el interior.

“¡Traigo un paciente!” exclamó muy seria.

“¿Se puede saber que has hecho esta vez?” preguntó la Doctora, como si ya hubiera vivido otras situaciones similares anteriormente.

“Estaba comprando tranquilamente cuando choqué sin querer con este agradabl joven. Todas mis cosas cayeron sobre él, en especial las piezas de cerámica que acababa de comprar, que se rompieron con el impacto y le hicieron un corte en el brazo”.

“Algo me lo decía... – pensó la Doctora en voz alta – Veamos, déjame ver...”

El Caballero Negro, viendo todo lo que había aguantado, decidió que no pasaría nada por aguantar un poco más. Extendió el brazo para que la Doctora lo examinara

La doctora extrajo los pedazos de cerámica incrustados en la herida, la desinfectó y comenzó a poner un vendaje alrededor del brazo.

“Y dígame... ¿es usted de por aquí?” preguntó amablemente la doctora, queriendo romper un poco el hielo.

“No, no soy de aquí” contestó el Caballero Negro.

“No pareces ser un mercader, ¿has venido de turismo?”

“No, que va. Estoy buscando a una persona, pero no estaba en casa”.

“¿Ah, sí? ¿A quién? Aquí somos pocos y nos conocemos todos. A lo mejor podemos ayudarte. Dime, ¿a quien buscas? Si no lo conozco, es posible que mi enfermera sí.

“Está bien. Estoy buscando a un hombre llamado Bill”.

“¿Bill? ¿Nuestro querido Bill? No creo que haya más en toda la isla. Tiene que ser él”.

“Tengo una foto” dijo y arrancó la foto de la ficha y se la enseñó.

“¡Sí! ¡Es él! No hay duda”.

“¿Sabes donde está?” preguntó esperanzado.

“Claro, pero cuéntame, ¿para qué le buscas?” dijo sin ningún otro afán que continuar la conversación mientras terminaba de vendarle.

“Mierda, desconfía de mí – pensó – Pues... la verdad es que... – improvisó – Soy un viejo amigo suyo”.

“Ah, que bien, seguro que le hace mucha ilusión verte. Esto ya está – dijo poniendo un adhesivo a la venda para no se desprendiese – Sígueme, te indicaré donde se encuentra Bill en este momento”.

“Gracias” dijo con una enorme sonrisa.

En Tolbi, en el interior de la tienda de campaña de Alá, Peter miraba a su secuestrador con una visión cansada y algo borrosa.

“Buenos días, presiendente. Estaba esperando a que despertara”.

“Así que me habéis secuestrado...”

“No, por favor... No nos confunda con esa clase de gente. Únicamente le hemos invitado a una velada en mis aposentos”.

“¿Atado con cadenas?”

De nuevo, notó la gota de agua cayendo justamente sobre el centro de su cabeza.

“¿Qué es ese cubo goteando de ahí arriba?”

“Oh, solo un antiguo método de tortura. El continuo impacto de la gota de agua sobre tu cabeza justo en el mismo sitio irá abriendo un agujero a través del cráneo, hasta que llegue al cerebro, con el que hará lo mismo hasta matarte. Es una forma de matar lenta y dolorosa, pero que no deja pruebas de ningún tipo. Nos enseña que incluso la más débil e inocente de las criaturas puede causarnos un daño irreparable y sin precedentes. De ti dependerá que la gota llegue a hacer tal efecto o que se quede simplemente en un pequeño baño de agua”.

“Creí oirte decir que evitabas los derramamientos inútiles de sangre” le dijo el Presidente a su secuestrador.

“No recuerdo haber derramado ni una gota todavía” contestó con tranquilidad.

“Que buena excusa, ¿no?”

El líder del clan StormReaver apagó un cigarro casi gastado que tenía cerca en el cuerpo del Presidente, que lanzó fuertes gritos de dolor. Al retirar la colilla del cigarro, el presindete no curó la herida con su poder. Al notarlo, Alá sonrió.

“¿Qué pasa? ¿No puedes curarte? Claro que no puedes. Para usar tu podera necesitas enfocar la palma de tu mano hacia la zona herida, aunque sea solo durante un segundo, para enviar la orden de curación sobre tu propio cuerpo. Una vez hecho eso, la curación es casi instantánea. Es un punto difícil de averiguar, la verdad, ya que la propia posición de guardia en combate hace que la palma de la mano quede orientada hacia el cuerpo, y aunque lo normales que tengas que tener los puños cerrados, nadie se sorprendería si te viese abrir y cerrar la mano un momento, creyendo que estás estirando los dedos. Sin embargo, en tu posición actual, no tienes manera de enfocar la palma de la mano hacia la herida, ni de curarte”.

“¿Cómo sabes tanto sobre mí?”

“He investigado. Llevo investigando desde que llegamos aquí. Peter Griffin, el gran experto en barreras que diseñó el CTBA. Desde el mismo momento en que supe tu nombre, empecé a investigarte. Lo sé todo sobre ti. Tu vida profesional, tu vida personal, tus secretos... Todo con el único fin de que algún día pasaras por aquí”.

“¡Déjame ir! – gritó – ¡Siento que esa barrera te separe de tus creencias, pero no conseguirás nada con esto!”

Al verle tan alterado, Alá se levantó, le cogió una mano y le rompió el dedo corazón tirando de él hacia arriba. Peter gritó esta vez con mucha más fuerza, se movió y se retorció para liberarse con todas sus fuerzas, pero lo único que consiguió fue que se tensaran las cadenas que lo retenían.

“Parece que apagar un cigarro en tu cuerpo no ha sido suficiente, espero que con esto te tranquilices. ¡Entérate! Aquí soy yo quien da las órdenes”.

“¿Qué más torturas me has preparado?”

“Quería dejar que las descubrieras por ti mismo, pero si insistes, te diré alguna. El punto en concreto de arena sobre el que estás de rodillas lo preparamos especialmente para ti. En esa zona, se cavó un agujero y colocamos cuatro tablones de madera dentro para aislarlo. Después lo rellenamos con una mezcla de arena más fina, arcilla y agua”.

“Es decir, arenas movedizas, ¿verdad?”

“Sí, pero como son caseras, no tienen el mismo efecto. Las nuestras son mucho más lentas, tardarás muchas hora en ahogarte. Si te fijas, con todo el tiempo que llevas aquí, y apenas la mitad de tus rodillas han sido tragadas por la arena. Deberías agradecérnoslo”.

“Como no... Ahora en serio, ¿qué quieres de mí? – susurró esta vez más calmado – Yo no puedo destruir la barrera. Es verdad que no te sirvo de nada”.

“¿Quién ha hablado de eso? Yo no necesitó destruir la barrera personalmente. Según mis planes, alguien lo hará por mí. Mis objetivos son muy distintos”.

“No entiendo nada”.

“Lo que necesito de ti no es destruir la barrera ya existente, sino que diseñes una nueva y mejor. Como ya sabes, nuestro pueblo siempre ha vivido en el desierto o en las zonas más áridas y menos fértiles del planeta, tanto antes como ahora. Quiero invadir la zona fértil de esta isla, y quiero que cuando la tengamos, haya una barrera que nos proteja paa siempre, y así lograr la paz”.

“Nunca conseguirás vencer al clan ShadowMoon, ni siquiera al clan Bleeding Hollow, que está defendido únicamente por JesuCristo. Ya lo has intentado varias veces, ¿qué te hace pensar que esta vez será distinta?”.

“El tesoro. Eso es lo que nos dará la victoria”.

“¡¡¿El tesoro?!! ¡¡¿Quieres decir que tú ya sabes donde está?!!”

“Digamos que tengo una ligera idea de su localización”.

“No puede ser...”

De pronto Peter notó la energía de Arturo acercándose a gran velocidad y la expresión de su rostro cambió.

“Veo que tus amigos ya vienen hacia aquí”.

“¿Cómo lo sabes? ¿También puedes sentir la energía?”

“No, lo sé porque me lo acabas de decir. Además, tarde o temprano verían que no estabas y lo descubrirían todo”.

“Pero... – pensó Peter – Esta energía es distinta... No será que...”

“¿Qué te ocurre presidente?” le preguntó su secuestrador al ver su rostro de preocupación.

“Es posible... Que hayas tenido un error de cálculo”.

“Tranquilo, se tardan varias horas en llegar hasta aquí en chocobo cruzando toda la isla, aún tenemos tiempo de sobra”.

“Eso es exactamente a lo que me refería”.

De pronto un fuerte viento asoló toda la zona, amenazando la estabilidad de las tiendas de campaña. Alá salió rápidamente, creyendo que se trataba de una repentina tormenta de arena, pero al salir no vio nada.

“¿Qué raro? ¿Qué ha sido eso?”

“¡¡¡¡Aaahhhhh!!!! ¡¡¡¡Un demonio!!!!” escuchó que alguien gritaba señalando al cielo.

“¿Qué? ¿Demonio?”

Alá también miró al cielo y vio a Arturo arriba, en el cielo, levitando, y mirando a todos lados, como si buscara algo.

“¿Ése es el caballero del fuego? ¿Por qué tiene ese aspecto? ¿Cómo ha llegado tan rápido? ¿De dónde vino el viento?”

“Jejejeje – rió Peter – Tal y como pensaba... Por eso la energía de Arturo era distinta de lo normal”.

“¿Qué dices? ¿Conoces esa forma? ¿Qué significa?”

“Es un SuperGuerrero. Y obviamente no ha venido en chocobo, ha venido volando. Cuando vuela a tanta velocidad, el viento no tiene tiempo a atarparse y se va creando una espiral con todo el viento que se queda atrás, que se libera con fuerza hacia delante cuando se para de repente”.

“Eso es imposible. ¿Y ha venido él solo? Se está riendo de nosotros”.

De pronto Arturo y Alá cruzaron sus miradas.

“Ahí está” dijo el caballero.

Extendió el brazo con rapidez y generó una onda expansiva que dio la vuelta ala tienda de campaña del líder del clan, mandándola además varios metros a lo lejos, para finalmente, caer sobre otra que se derrumbó con el impacto, aplastando a los que vivín dentro. Alá fue arrastrado también por la onda expansiva, pero en otra dirección, cayendo sobre la arena.El impacto había liberado una nube de arena en el área que estaba la tienda de campaña, y al disiparse sólo quedó la cruz que aprisionaba a Peter, que al estar clavada en el suelo, se había mantenido firme. El presidente estaba ya semienterrado, hambriento y sediento, casi deshidratado, con un aspecto horrible por la tortura y a punto de caer desmayado.

“Arturo... Que bien que estés aquí...”

“Peter... ¿Qué te han hecho?”

El caballero del fuego bajó rápidamente hasta donde estaba su compañero. Alá, aún tirado en la arena, le vio y se levantó para impedírselo.

“No entiendo ni quien eres ni como has llegado hasta aquí tan deprisa, pero no dejaré que eches por tierra todos nuestros esfuerzos por conseguir la tierra que tanto merecemos, ¡¡¡nuestra tierra prometida!!!”

“Pierdes el tiempo”.

El líder del clan StormReaver se dirigía a él cargando un puñetazo. Al llegar, el caballero esquivó el golpe agachándose. Generó entonces una pequeña bola de energía en su mano y la acercó al pecho de su enemigo. La bola se liberó entonces en una onda enfocada hacia el cielo que engulló por completo a Alá, arrastrándole desde su interior hacia el cielo. La onda subió tan alto que todos los que aún no se habían dado cuenta de que Arturo había aparecido, lo hicieron en ese momento. Cuando la onda se desvaneció, el cuerpo de Alá se había desvanecido con ella.

“Te lo advertí”.

Aprovechó ese momento de relativa calma para liberar a su compañero, impactando una bola de energía contra la cruz que la destruyó por completo junto a la cadena, sin causar daño alguno a Peter, que cayó de bruces sobre la arena al estar sin fuerzas. Las arenas movedizas, al no estar la cruz, cogieron más fuerzas y empezaron a tragarle más deprisa, de no ser porque Arturo le cogió del brazo y le sacó de allí.

“No vas a morir, Peter. Hoy no”.

Los aldeanos que habían visto desaparecer a su líder empezaron a correr la voz de alarma. Arturo se dio cuenta, pero se preocupó en ayudar a Peter a ponerse de pie.

“¿Estás bien?”

“He tenido días mejores. ¿Cómo es que te has transformado?”

“Ni yo mismo lo sé. Ahora vámonos de aquí”.

“Creo que esos no nos van a dejar”.

Un corro de personas se estaba formando alrededor de Peter y Arturo, cada uno armado con lo que había encontrado por ahí.

“Han desintegrado a nuestro líder – dijo el que parecía liderar ahora el grupo – ¡No se lo vamos a perdonar! ¡¿Verdad?!”

“¡¡¡¡¡¡¡¡Noooooooooooooooooo!!!!!!!!” gritaron todos los demás.

“Yo no he desintegrado a nadie” se defendió Arturo.

“Entonces, ¿dónde estña nuestro líder?”

El caballero señaló al cielo sonriendo. El que le acusaba miró también y vio una sombra en el cielo que se hacía cada vez más grande. El cuerpo de Alá cayó sobre él, aplastándole y dejándole sin sentido.

“¿Lo veis?”

El cuerpo estaba inanimado, como muerto, con los ojos cerrados y despidiendo varios hilos de vapor por el calor del interior de la onda.

“¡Lo han matado! – exclamó otro que tomó la iniciativa – ¡Matémosles nosotros a ellos!”

“¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Síííííííííííííííííííííííííííííííííííííííí!!!!!!!!!!” exclamaron todos, apoyando su decisión.

“No os aconsejo que lo intentéis”.

El corro iba cerrando el círculo, sin hacer caso a las advertencias del caballero del fuego, con las piernas temblorosas y el miedo invediendo su cuerpo, pero con la firme idea de que no tenían otra opción.

“Parece que van en serio. Peter, agárrate fuerte a mí”.

“Sí” dijo y se aferró a él abrazándolo por la cintura.

El caballero del fuego extendió el brazo hacia delante, después doblo el codo, quedando la mano mirando hacia arriba en un ángulo de noventa grados. Flexionó los dedos hasta casi cerrar el puño mientras concentraba una gran cantidad de energía en el interior del puño, generando un suave resplandor que iba creciendo poco a poco. Los aldeanos dudaron un instane al ver aquello, temiendo por sus vidas.

“¿Qué hace? ¿Nos va a matar a nosotros también?”

“¡No! ¡No te dejaremos hacerlo!”

Los aldeanos se decidieron al fin y se lanzaron todos contra el caballero del fuego a la vez, llegando incluso algunos a cerrar los ojos del miedo que tenían y querían ocultar.

“Demasiado tarde”.

El caballero terminó de concentrar la energía y cerró el puño durante un instante para un segundo después abrir la mano y liberarla toda de golpe. La energía se liberó en forma de una corriente de energía azul como un destello que avanzó en todas direcciones, engulliendo todo a tu paso. Hombres, mujeres, niños, animales y tiendas de campaña gritaban al ver la onda acercándose inexorablemente y se volvían siluetas inanimadas al ser engullidos. Todo quedó en el interior de una grán cúpula de energía azul que cubrió toda la aldea, viéndose desde kilómetros y kilómetros de distancia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante pero que muy interesante el episodio la verdad... me ha tenido leyendolo sin despegar los ojos! Sigue así ^^

Anónimo dijo...

Jon:

La enfermera irrumpió en la casa abriendo la puerta de una patada, sobresalantando así a su jefa(sobresaltando)
Estaba comprando tranquilamente cuando choqué sin querer con este agradabl joven.(agradable)
Esto ya está – dijo poniendo un adhesivo a la venda para no se desprendiese(para que no se desprendiese)
Para usar tu podera necesitas enfocar la palma de tu mano hacia la zona (usar tu poder)
y aunque lo normales que tengas que tener los puños cerrados(lo normal es que)
haya una barrera que nos proteja paa siempre, y así lograr la paz”.
(nos proteja para)
Cuando vuela a tanta velocidad, el viento no tiene tiempo a atarparse (atarparse no se que palabra querias poner)
Extendió el brazo con rapidez y generó una onda expansiva que dio la vuelta ala tienda de campaña del líder del clan(a la tienda)
caer sobre otra que se derrumbó con el impacto, aplastando a los que vivín dentro(vivian dentro)
Entonces, ¿dónde estña nuestro líder?”(está)
Los aldeanos dudaron un instane al ver aquello, temiendo por sus vidas.
(un instante)
weno no ha estado mal el capitulo pero se me ha hecho demasiado corto,pero claro sabiendo que has tenido los examenes y demas pues es logico que en tan poco tiempo pudieras hacer uno mas largo
Venga haber si tienes suerte con los examenes
Un saludo a todos