domingo, 2 de febrero de 2014

Episodio CLXIII

Y otro más!!! Ya queda menos...

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Episodio 

CLXIII

I
gnorando las últimas palabras de su adversario, Jonyo inició una ofensiva, para continuar aprovechando su recién adquirida habilidad. Sin embargo, no llegó a avanzar ni cinco metros, cuando el cuerpo inanimado del caballero del hielo cayó desplomándose delante de él. El caballero se quedó paralizado al verlo, pues en un principio creyó que estaba muerto. No fue hasta pasados unos instantes que superó el shock inicial, cuando se dio cuenta de que respiraba y se quedó tranquilo.

Aun así, el caballero seguía muy sorprendido. No entendía cómo Reik podía haber perdido contra un rival al que él mismo pudo derrotar en la última ciudad solo, sin mayor ayuda que un poco de sigilo y de velocidad. Pero ahí estaba, tirado en el suelo, inconsciente. No había prueba más fehaciente posible.

Instintivamente, miró hacia arriba, buscando la sombra de la teniente, pero el cielo estaba vacío. No encontró a la persona que había dejado caer el cuerpo de su compañero, pero notaba el rastro de su energía en el ambiente, y era una energía que le sonaba extrañamente familiar.

“¿Qué es lo que ha pasado? – Le preguntó directamente al Caballero Negro – Estoy seguro de que tú lo sabes”.

“Tranquilo, ahora mismo lo sabrás… Pero antes hay asuntos más importantes que atender” sonreía mientras agarraba el cuerpo del caballero del hielo por el cuello del jersey.

La misma escena volvía a repetirse una vez más, a pesar de que el caballero del rayo había asegurado que Blackron no obtendría más elementos oscuros, no podía hacer otra cosa más que observar impotente cómo se hacía dueño del penúltimo elemento de su colección.

El Caballero Negro alzó el cuerpo del caballero del hielo con la mano izquierda. Mientras tanto, abrió la palma de su mano derecha, y generó una pequeña bola de energía distinta de lo habitual. Era completamente negra, salvo por unos suaves rayitos violetas que parpadeaban a su alrededor.

Acercó la bola de energía oscura al cuerpo de Reik, y ésta comenzó a girar sobre sí misma a gran velocidad, mientras se formaba un hueco hacia dentro en la parte superior de la oscura esfera, convirtiéndose en un agujero negro a pequeña escala, capaz de generar una corriente de aire hacia su interior.

Poco a poco, un polvo brillante de color turquesa que comenzó a brotar del interior del cuerpo de Reik, fue absorbido poco a poco por la esfera negra, rellenándola desde lo más profundo hasta llenarse completamente. En ese instante, la parte oscura estalló como una cáscara. Sus pedazos se precipitaron al suelo, pero se desvanecieron antes de llegar a tocarlo, y sobre la palma de la mano de Blackron tan sólo quedó, levitando, una esfera turquesa y blanca con unos cuantos copos de nieve en diferentes formas cautivos en su interior. 

Tras esto, soltó el cuerpo del caballero que cayó en redondo, todavía inconsciente. Después, soltó la esfera elemental del hielo, y ésta comenzó a flotar por sí misma. Las nubes negras volvieron a hacer acto de presencia, acompañadas por un frío desolador. Abrió los brazos, dando la bienvenida a su nuevo poder, y la esfera elemental se iluminó, reaccionando ante las esferas que ya se encontraban en el interior de joven de color. Comenzó a introducirse en su pecho suavemente, y según entraba, un montón de cristales de hielo negro cristalizaron formando tundras a su alrededor.

Los cristales crecieron hacia dentro y hacia fuera, creando un árbol de hielo negro con multitud de ramificaciones en cuyo interior se encontraba encerrado el Caballero Negro, terminando de completar la apropiación de su nuevo poder. Tan rápido como se había formado, el árbol de hielo comenzó a agrietarse, para finalmente estallar en cientos de pedazos.

El caballero del rayo se cubrió ante la inmensa lluvia de trozos de hielo negro que se precipitaban por doquier. Sabía de antemano que esos pequeños y aparentemente inofensivos trozos de hielo negro escondían en su interior un peligroso efecto secundario, igual que el resto de elementos oscuros, y no tenía intención alguna de comprobar cuál era.

Blackron quedó libre finalmente. Su apoderamiento había sido completado, y estaba deseando estrenar su nuevo poder. A su lado, el cuerpo del caballero del hielo continuaba tirado en el suelo. El Caballero Negro lo observó y le echó una mirada de desprecio.

“Ya sólo me queda uno – fue lo primero que dijo – Ahora, ¡tú ya no sirves para nada!” exclamó.

Apartó el cuerpo de una patada, lanzándolo directamente contra Jonyo, quien hizo lo posible por retenerlo sin que sufriera daños. Del golpe, el caballero del hielo recuperó la consciencia y abrió los ojos suavemente.

“¡Reik! ¡¡Reik!! – le gritaba su compañero – ¡¡¿Me oyes Reik?!!”

El caballero del hielo estaba desorientado, pero no tardó en darse cuenta por sí mismo de lo que había ocurrido. Verse en brazos de su compañero, y tener delante al Caballero Negro, con pedacitos de hielo alrededor era más que suficiente para que comprendiera lo que acababa de ocurrir.

“Maldición… Ese cabrón… Me ha robado mis poderes, ¿verdad?”

“Sí… Lo siento… Nunca pensé que la teniente fuese capaz de derrotarte, ¿qué ha ocurrido?”

“¿La teniente…? – Murmuraba y se echó a reír – Esto no me lo ha hecho la teniente. Ella cayó derrotada ante mi poder. No fue ningún problema” mintió, omitiendo el momento en el que estuvo a punto de apoderarse de su cuerpo.

“¿Entonces qué ha ocurrido?” insistió el caballero.

“Yo… Estaba sentado, descansando un poco, justo después de haber terminado el combate, cuando él se acercó por detrás y me atacó por sorpresa. Aprovechó que yo estaba debilitado por la lucha para noquearme de un golpe en la nuca. Sin embargo, antes de caer inconsciente, pude ver claramente su rostro…”

“¿Quién fue? ¿Es que acaso hay más enemigos?”

“Fue… ¡El! – Mientras hablaba, una figura humana descendió del cielo a gran velocidad y se posó delante los caballeros. El caballero del rayo se quedó atónito al descubrir la identidad de quien había traído el cuerpo del caballero del hielo hasta allí – ¡Shawn Stevenson!”

En efecto, Shawn Stevenson se encontraba delante de ellos, con una sonrisa malévola dibujada en su rostro.

“Gracias, Shawn. Aunque lamento que te hayan descubierto. – Le dijo el Caballero Negro –  Es imposible que pase, pero si se diera el milagro de que Mesa no ganara el combate, ¿puedo contar contigo para que derrotes al caballero de la tierra y me traigas su cuerpo?”

“No, porque tienes razón. Es imposible que pase. Y sobre lo otro, no te preocupes. Se puede engañar a mucha gente durante mucho tiempo, pero no se puede engañar a todo el mundo siempre. Ya estaba un poco harto de seguir con esta farsa”.

Jonyo no daba crédito a lo que estaba escuchando, mientras que Reik no parecía estar sorprendido.

“¡¡¿Qué cojones está pasando aquí?!! – Gritó, ya un poco fuera de sí – ¡Shawn! ¡Se suponía que estabas de nuestro lado! ¡Incluso nos ayudaste! ¡Nos entrenaste! ¡¿Qué significa todo esto?! ¡Si eres uno de ellos, ¿por qué lo hiciste?!”

“El poder de las esferas elementales depende del poder del caballero que las genera. Para que las esferas alcanzasen su máximo poder, era necesario que vosotros también lo hicierais. Cometimos el error de dejar morir a los portadores del viento y el agua demasiado pronto, y Mesa no toleraba más equivocaciones. No hay nada más que contar, caballero”.

“¿Mesa? ¿Es que en realidad trabajas para él?”

“No, pero completar el estudiante perfecto fue la única condición que él puso para ayudarle”.

“¿Ayudarle? ¿A quién? ¿Quién está detrás de todo esto?” el caballero del rayo empezaba a darse cuenta de que había más cosas que desconocía de las que creía.

“Lo siento, pero ya he hablado demasiado. He de irme”.

“Sí, y llévate al del caballero del hielo, que ahora no es más que un saco de carne inútil”.

“¿Cómo te atreves…?”

Antes de que pudiera terminar la frase, Shawn le había golpeado de nuevo. Desgraciadamente para él, lo que el Caballero Negro acababa de decir se acercaba mucho a la verdad. Y en ese momento no tenía ni idea de cómo remediarlo.

“Joder… Pues sí que va a ser verdad eso de que te roba los poderes…” murmuraba cabizbajo, retorciéndose de dolor.

“Me llevaré a este de aquí y me encargaré de aquí. Así los otros caballeros pensarán que perdió contra la teniente. No hace falta añadir que no puedes dejar que el caballero del rayo tenga la posibilidad de contárselo a los demás, en el caso de que alguno sobreviviera, claro”.

“Sí, lo he pillado, que me lo cargué – contestó el Caballero Negro – Ahora lárgate, tengo que seguir con mi combate”.

“¿Qué te vas a encargar de mí? – Reik seguía sin ser capaz de aceptar su situación – ¿Quién, tú? No me hagas reír…”

Un segundo golpe desestabilizó al caballero de hielo, que cayó al suelo, aunque lograba mantenerse consciente. No fue un golpe fuerte, pero su delicado estado provocaba que cualquier impacto le resultase abrumador.

“¡Eh, tú! ¡Déjale en paz!” exclamó el caballero del rayo y se lanzó contra Shawn inmediatamente. Sin embargo, a medio camino, un Getsuga Tenshou pasó a su lado, cortándole el paso.

“¡No te olvides de que sigo aquí! – Le gritó Blackron – ¡Yo soy tu único oponente!”

Viendo que no tenía oportunidad contra dos adversarios a la vez, el caballero del rayo se decidió por la única alternativa que le quedaba.

“¡Escucha, Reik! – Trataba de aconsejarle – ¡En realidad no has perdido tus poderes! ¡No lo olvides! ¡Arturo los recuperó! ¡Incluso a mí me los ha robado hace un rato y también los he recobrado de nuevo! ¡Sólo ha roto el vínculo con tu elemento! Para restaurarlo…”

Una patada en el costado. Eso es todo lo que necesitó Shawn para lanzar al caballero del hielo por los aires, para después salir volando tras él, dejando al caballero del rayo con la palabra en la boca. En un par de segundos, los dos se perdieron en el cielo, y Jonyo se quedó paralizado, repitiendo en su momento las palabras que iba a terminar de decirle a su compañero, y digiriendo todavía la sorpresa de que una de las personas que más les había ayudado a mejorar como caballeros no era más que un vulgar traidor.

“Todavía no me lo creo, ¿sabes? Él ayudó a Arturo a recuperar sus poderes. Ayudó a Fidel a preparar su combate contra Mesa, y trajo un entrenador particular para cada uno de nosotros para ayudarnos a corregir nuestras deficiencias. ¿Y ahora pretendes decirme que todo eso lo hizo nada más que para que tú te volvieras más poderoso cuando nos robaras nuestros poderes?”

“Realmente no fue por eso, sino porque estaba obligado a ayudar a Mesa. Se lo ordenó su superior. Originalmente, él sólo tenía que vigilar a Mireia”.

“Pero, ¿y Arturo? Cuando fuimos a verle, tú ya habías conseguido el fuego negro, ¿qué sentido tenía ayudarle después?”

“¿Y a mí qué cojones me cuentas? ¡Ve y pregúntaselo a él! Pero antes, ¡¡tendrás que salir con vida de aquí!!” exclamó y se lanzó al ataque.

Las dos espadas se cruzaron, creándose un forcejeo.

“Bueno, dime. ¿Sigues pensando que no obtendré todos los elementos?”

“Esto no ha sido más que un acto cobarde de un ser miserable. Tal vez Mesa sea nuestro enemigo, pero al menos está marcado por el honor. No hará algo así”.

“Precisamente porque Mesa es así es por lo que contrataron a Shawn. Alguien tiene que encargarse del trabajo sucio. Así que, como he dicho antes, si ocurriera el milagro de que el pringado de tu amigo ganase el combate, allí estará él para rematarle”.

“Joder… Fidel, tienes problemas… – pensaba el caballero – Pero no puedo ayudarte desde aquí… Ni siquiera avisarte… Vas a tener que arreglártelas solo…”

“Bueno, ¿qué tal si probamos mis nuevos poderes?” rijo sonriendo el Caballero Negro.

El hielo negro comenzó a brotar bajo sus pies, avanzando rápidamente hacia el caballero, que no tardó en retirarse y salir volando.

“No me vas a coger con esa mierda”.

Escuchó un ruido, miró hacia abajo, y vio un torrente de agua negra ascendiendo hasta donde estaba.

“¡Velocidad Extrema!”

Descendió, rodeando el torrente de agua, para que no pudiera perseguirle, y avanzó a una velocidad increíble hacia su objetivo, que volvió a recibir el golpe sin poder hacer nada. Sin embargo, esta vez no fue capaz de tirarle al suelo.

“Su fuerza y velocidad aumentan con cada elemento que absorbe, por eso mis golpes ahora parecen menos efectivos. Pero igualmente, no puede hacer nada para protegerse de mí. Tardaré un poco más, pero si le venzo antes de que termine el combate de Fidel es posible que pueda evitar una desgracia a tiempo…”

Regresó al ataque, y en esta ocasión, Blackron se protegió con el tornado oscuro de nuevo. El puñetazo a gran velocidad del caballero impactó de lleno en el cuerpo del vendaval, desestabilizándolo, pero sin ser capaz de romperlo cómo había hecho antes.

“Joder… La fuerza de sus elementos oscuros también se ve aumentada con cada uno que añade a su colección. Si obtiene el último, puedo perder la ventaja que tengo ahora… Si mis puños no son suficientes, ¡recurriré a mi espada!”

Se alejó un poco, para tener más recorrido y alcanzar más velocidad, y volvió al ataque, ahora portando su espada. Asestó un espadazo horizontal en sentido contrario al que giraba el viento del tornado oscuro, logrando disiparlo en un instante.

Continuó avanzando hacia su objetivo. A la velocidad que iba, no le daba tiempo a preparar un segundo espadazo desde la posición inicial, así que simplemente agitó el brazo en sentido contrario para dar el golpe. El Caballero Negro se había cubierto el torso cruzando los brazos, y la espada sólo le hirió ahí.

“¡Cubrirte no te servirá de nada!”

El caballero dio una vuelta alrededor de su adversario para ganar velocidad. De camino, cambio la espada a su mano izquierda, y al regresar, primero rompió la guardia de Blackron con un golpe hacia arriba con su puño derecho, mientras que acto seguido le propinó un espadazo de abajo a arriba con la izquierda.

El Caballero Negro resultó seriamente dañado. El corte le atravesó todo el torso y la fuerza que iba implícita en un ataque tan veloz terminó por arrastrarle hacia arriba, cayendo cerca del borde del acantilado.

“¡Es el momento! – Pensó Jonyo – ¡Acabemos con esto!”

Ascendió hacia el cielo a toda velocidad, para después caer todavía más rápido, armado con su espada, pretendiendo acabar el combate con ese golpe.

El Caballero Negro, todavía retorciéndose en el suelo de dolor, vio a Jonyo elevarse, y previó sus intenciones.

“¡A ver si eres capaz de destruir esto con tu velocidad!” exclamó desafiante.

Todo se tiñó de oscuridad. La sonrisa desafiante del Caballero Negro dejó de ser visible, porque ahora una pared de fuego negro le protegía, obligando al caballero del rayo a detenerse para evitar un rotundo fracaso.


“Vaya, parece que no he contado con todas las posibilidades…” expresó frustrado.

1 comentarios:

Jon dijo...

Un buen capítulo, algo corto para mi gusto y con muchas incognitas en el aire, que eso ya me gusta más, y muy sorprendente lo de Shawn.

reaccionando ante las esferas que ya se encontraban en el interior de joven de color.(del joven)
“Sí, y llévate al del caballero del hielo, que ahora no es más que un saco de carne inútil”.(al caballero)
“Me llevaré a este de aquí y me encargaré de aquí.(¿?)
“Bueno, ¿qué tal si probamos mis nuevos poderes?” rijo sonriendo el Caballero Negro.(dijo sonriendo)

Un saludo a todos.