domingo, 22 de marzo de 2009

Episodio LXXXVII

Yo que pensaba adelantar trabajo en el puente, y siempre me surge algo que echa por tierra mi planificación. Os presento mi nueva adquisición:


Sí, lo que ve atrás es el borrador del capítulo de hoy, cuando lo estaba escribiendo esta mañana xD Un señor NetBook de 8'9" procesador de un núcleo 1'6 Ghz, 1024 RAM, 17 Gb HDD... el punto fuerte, batería de 6 celdas de larga duración y el punto débil, con Linux xD Y como no tienen unidad de CD os preguntaréis, ¿cómo cojones metes el XP y quitas esa mierda? Pues yo lo he hecho ^^ Me ha costado todo el puente pero lo he hecho :D (Bueno me ha ayudado Bill, todo hay que decirlo...) Con esta nueva adquisición por nada más y nada menos que 180 € (no, no es de eBay, y NO, NO es del Media Markt xD) pretendo cubrir los tiempos muertos en la universidad (los descansos son de media hora y mis tiempos ente clases a veces llegan a las 4 horas... :o) y que al llegar a casa no me queden ganas de coger mi ordena. Los resultados se verán a partir de la semana que viene, espero no haber tirado el dinero ^^ pero me da que tendré que volver a vender en eBay una temporada...

PD: Como sabía que el capítulo iba a ser corto, me he entretenido viendo... cha channnnnn la peli de Dragon Ball de actores reales XD Si alguien tiene interés, aquí dejó el link para verla online : (Es Eng sub Esp)

http://www.megavideo.com/?s=seriesyonkis&v=OLG2X0D6&confirmed=1

Avisados estáis, coged una bolsa para vomitar mientras la veis jajaja

Título: Three Ways to Four Pillars

Tamaño: 5'7

Dedicado a: N/A


Episodio



LXXXVII



Habla ya, Peter – repitió el caballero del fuego – Ya sabemos todos donde está el tesoro. Y Pamela está en casa de Hilda. Ahora eres tú el que debe cumplir su parte del trato”.

“A decir verdad... Nunca pensé que llegaríais tan lejos como para descubrirlo, pero supongo que eso debí pensarlo antes. Soy un político honrado, y cumplo mis promesas electorales. Hablaré...”

Cerró los ojos un momento y cogió aire.

“Como ya os dije, el principal soporte energético de la barrera es la torre de cristal, pero está dentro de la barrera y si no podemos acceder no podemos destruirla ni tampoco la barrera”.

“Pero podemos, ¿verdad?” preguntó Arturo.

“Veréis… existe una manera… La barrera tiene un punto débil. Bueno, no es un punto débil, más bien un dispositivo de emergencia. Esta barrera es de tipo normal, se puede salir, pero no entrar y, por si alguien importante salía sin querer, pusimos este sistema para que pudiese volver a entrar”.

“¿Un sistema de seguridad para peces gordos?” preguntó Gabriel.

“Yo no lo veo así. Los peces gordos nunca están en el campo de batalla. Es más bien un sistema de seguridad para guerreros queridos por su batallón. Y es por este sistema de emergencia y no por otra cosa, el verdadero significado de la presencia de las tres torres exteriores”.

“¿El verdadero significado? – Preguntó Jonyo – ¿No dijiste que servían de soporte energético de la torre central?”

“Sí, y sirven, pero esa función no es más que una tapadera, como el que es gay y está casado con una mujer. Su verdadera función es servir de entrada bajo ciertas circunstancias”.

“Seguro que hay truco” dijo Fidel.

“¡Pues claro que hay truco! ¿Acaso pensabas que dejaría mi obra maestra con un punto débil reconocible? Os lo explicaré... ¿recordáis cuando Shinkan dijo que la mitad del interior de la torre era practicable, pero que, a pesar de ver por los cristales del otro lado las ruinas, no podían acceder porque la barrera pasaba también por el interior?”

“Sí. Me suena – dijo Arturo – Pero no entiendo que tiene que ver. Incluso en el interior de la torre, al barrera es igual de impenetrable”.

“Eso es cierto, pero tiene una pequeña diferencia con la parte que está fuera”.

“¿Pequeña significa irrelevante?” preguntó Gabriel.

“Nada es irrelevante, caballero de la rosa. La diferencia es que la barrera no puede atravesar la pared de la torre para acceder al interior, es decir, que la barrera se rompe en el punto en que conecta con la pared de la torre, puesto que no pueden estar las dos cosas en el mismo espacio”.

“¿Quieres que entremos en la torre, hagamos un agujero justo en la parte que conecta con la pared, aprovechemos que hay no hay barrera y nos colemos como termitas en un ataúd?” preguntó Fidel.

“Claro que no, ya te dije que había truco. Si fuera así de sencillo, el acceso habría sido descubierto al deteriorarse la torre con el paso del tiempo. La pared de la torre actúa como conductor de energía, permitiendo así que la barrera se manifieste en el interior”.

“Entonces significa...” comenzó a deducir Jonyo.

“Que si la torre desaparece, la barrera no conduce la energía al interior y se crea un agujero del tamaño de la torre”.

“Con un agujero así, entrarán todos a las ruinas. Será cuestión de tiempo” dijo Fidel.

“Por eso es un dispositivo de emergencia. La barrera no estará abierta permanentemente. Únicamente el tiempo que la torre central tarde en enviar de nuevo energía a la periferia. No os puedo decir cuanto tiempo será, dependerá de cuantas torres hayan sido destruidas antes y de si hay más agujeros abiertos. Si es la primera que se destruye, las otras torres periféricas también enviarán energía y el agujero se cerrará antes, pero si es la última, la torre central tendrá que hacer un esfuerzo mucho mayor para cerrar la grieta, y aún más si hay varias. Pueden ser desde unos segundos a unos minutos, pero no más. Debemos entrar rápidamente y asegurarnos de que se cierre el agujero antes de que entre nadie más o estaremos favoreciendo a alguno de los pueblos”.

“Y cuando lleguemos dentro – dijo Arturo – Seagram nos estará esperando”.

El Caballero Negro llegó a las puertas del Castillo de la Fiera Deidad, mostrando ante las cámaras de seguridad del portón, los efectos de su combate contra Bill. Las cámaras se giraron hasta enfocarle correctamente, se escuchó un bip de verificación y un led verde se encendió en el lateral de la cámara. Acto seguido, el portón comenzó a abrirse y Mesa apareció al otro lado.

“Parece que esta vez te ha costado, ¿verdad, ...?”

“¡No digas mi nombre! – saltó de repente – Hasta que no me encuentre con él, no existo de otra forma que no sea la del Caballero Negro”.

“Como quieras... Dime, ¿qué tal los poderes del hielo negro?”

“No tengo la esfera del hielo...” dijo cabizbajo.

“¿Cómo? ¿Fuiste derrotado?”

“No. Gané, pero no tengo la esfera del hielo”.

“¡Imposible! – exclamó ofendido – ¿No será que les mataste a todos y no encontraste el cuerpo del caballero del hielo?”

“No. Es que no había cuerpo”.

“¿Se lo han llevado?”

“No. Se fue por sí mismo. El caballero del hielo no llegó a morir del todo”.

“¿Del todo? ¿Estás ocultándome algo?”

“No es algo relevante para la misión. Simplemente, el caballero del hielo salió con vida de allí”.

“¿Entonces por qué no está con el resto de caballeros?”

“Parece que decidió ir por libre”.

“¿El Capitán Lardo lo sabía y nos engañó? Cómo se atreve a hacerme perder el tiempo...”

“Él tampoco lo sabía. De hecho le engañaron a él”.

“Interesante... Eso me da una idea...” dijo y se dio la vuelta para marcharse.

“¡Espera!”

Mesa se detuvo.

“¡Llévame con él! ¡Cumple tu parte del trato!”

“¡Jajajaja! ¡¿Bromeas?! En tu estado no derrotarías ni a una mosca. Ve a la cápsula de curación y ya hablamos luego...”

“Cabrón...” susurró para sí mismo mientras le veía alejarse.

Mesa fue hasta la habitación del Capitán Lardo, quedándose delante de la puerta un par de minutos antes de entrar, practicando distintos tonos de voz hasta decidirse. Después, volvió sobre sus pasos unos metros, y avanzó de nuevo hacia delante, pero de una forma mucho más agresiva, y más rápido, pisando fuerte en el suelo para que se le oyera llegar, terminando por abrir la puerta de golpe.

“¡¡Embustero!! – exclamó simulando un enfado al entrar – ¡¡Mentiste!!”

“¡¿De qué estás hablando!?” exclamó sobresaltado el Capitán Lardo.

“¡No te hagas el tonto! – le gritaba muy serio y señalándole con su dedo acusador – ¡Nos mentiste! ¡El caballero del hielo sigue vivo!”

“¡Ja! ¡Esa si que es buena! ¡Yo mismo le vi morir!”

“¿Entonces por qué el Caballero Negro no ha podido encontrar el cuerpo?”

“Tal vez porque es más incompetente de lo que piensas”.

“¡O tal vez porque mentiste!”

“¡Yo no mentí!”

“¡Mentiste!”

“¡No lo hice!”

“¡Sí lo hiciste!”

“¡¡No!!”

“¡¡Sí!!”

La conversación ya había llegado al clímax y estaban a punto de pasar al siguiente nivel, cuando de pronto Mesa se calmó, se colocó bien el traje, tosió y habló de nuevo, con un tono mucho más calmado.

“Está bien. Esto no va a ninguna parte. Hagamos una apuesta. El primero que demuestre que el otro se equivoca, podrá atacar a los caballeros”.

“Trato hecho” dijo Dayuri y ambos estrecharon la mano sonriendo maliciosamente.

“Perfecto – pensó Mesa – Sólo tengo que esperar a que el caballero del hielo entre en contacto con el resto de caballeros y habré ganado”.

“Perfecto – pensó el Capitán Lardo – Sólo tengo que ir a Arcadia, coger el cadáver y traerlo, para poder enfrentarme al SuperGuerrero y demostrar a Mesa que ese inútil al que llama Caballero Negro no es más que un estorbo”.

En el interior de la casa de Pamela, Peter y los caballeros continuaban discutiendo qué hacer.

“No creo que haya mucho más que hablar – dijo Fidel – Destruiremos una de las tres torres periféricas, entraremos por ahí, derrotaremos a Seagram con gran facilidad y destruiremos la torre central y la barrera al mismo tiempo”.

“No es tan sencillo. ¿Qué pueblo elegirás para destruir su torre? Recuerda que dije que no quiero favorecer a ningún pueblo, y destruir una sería humillar al pueblo en cuestión”.

“Pues nos cargamos luego las otras dos y listo”.

“¡No! ¡No! ¡Y no! Utilizas la violencia con demasiada facilidad, caballero de la tierra. Tenemos que pensar”.

“Pero Peter, es la única forma...”

“Aunque esta sea la única manera, seguimos involucrando a los tres pueblos inocentes que viven aquí. No quiero más derramamientos de sangre. ¡Ya sé! Iré personalmente a hablar con cada uno de sus líderes y les convenceré con palabras de que ésta es la mejor opción y que nos den permiso para hacerlo”.

“Puuuufffff... Como tengamos que llevarte de un pueblo a otro y esperar a que convenzas a cada uno – dijo Jonyo – Nos moriríamos de hambre antes de que convenzas al primero”.

“Tiene razón – dijo Gabriel – Es mejor que nos dividamos y que cada grupo vaya a un pueblo. Será todo más rápido y efectivo”.

“¡Pero este es mi problema! ¡No el vuestro!”

“No pusiste ninguna condición acerca del procedimiento para derribar las torres – dijo Arturo – Así que no tenemos por qué hacerte caso. Además, así, con uno de nosotros llegue al final, será suficiente. No dependeremos de una torre en la que nos encontremos todos. Si alguien falla, no pasará nada porque habrá otros dos grupos cubriendo las áreas restantes”.

“Prometedme que no lucharéis”.

“Te prometemos que no lucharemos si no es necesario – le respondió Gabriel – pero ni nosotros somos Presidentes de Gobierno con elevadas dotes de persuasión ni ellos tendrán intenciones de que destruyamos su lugar de oración sin oponer resistencia. Haremos lo que podamos”.

“No termino de quedarme tranquilo...”

“No te ibas a quedar tranquilo de todas formas, así que decidido – dijo Fidel – Nos dividiremos en grupos y el primero que llegue al interior que vaya directo hacia la torre central a derribarla, sin mirar atrás y acabe con esto”.

“Falta decidir quien va a cada pueblo...” dijo Gabriel.

“Somos cinco, así que si uno se va a quedar solo – dijo Jonyo – Creo que es evidente que ese debo ser yo. Me quedaré aquí y convenceré a Hilda personalmente. No creo que haya dudas de que soy el más adecuado para ello”.

“¿No será que no quieres moverte?” preguntó Fidel.

“Vale – dijo Arturo – Yo me ofrezco para ir a Tolbi”.

“Esto... – dijo el caballero de la rosa – No creo que sea lo más adecuado... Es posible que no quieran verte después de... ya sabes... destruir su pueblo y esas cosas...”

“Tal vez tengas razón...”

“¡Iré yo! – Exclamó Fidel – Me dieron agua cuando caí cerca de allí, les debo la vida. Me siento responsable y quiero ir allí”.

“Bueno, si insistes...” dijo Peter.

“Si vas sólo te comerán vivo. Te habrán salvado pero no perdonarán lo que les ha hecho Arturo, aunque su causa fuera justa – dijo Gabriel – No me caes muy bien, pero creo que será mejor que te acompañe...”

“¿Qué no te caigo bien? ¿Yo que te he hecho?”

“Tendréis tiempo para hablar durante el camino – dijo Peter – Parece que ya está decidido. Gabriel y Fidel irán a Tolbi, Jonyo se quedará aquí y Arturo y yo iremos a Midgar. Suerte a todos, y que ninguno tenga miedo de avanzar hasta el final sin mirar atrás”.

Los caballeros salieron al exterior y miraron al horizonte, donde empezaba a amanecer.

“Disfrútalo, barrera – dijo Arturo – Pues este será tu último amanecer”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

al barrera es igual de impenetrable(la barrera)
aprovechemos que hay no hay barrera y nos colemos como termitas en un ataúd(que ahi no hay)
Además, así, con uno de nosotros llegue al final, será suficiente. (con que uno de nosotros)

Muy bueno si señor,ha sido muy intenso,y si hay que sacarle alguna pega a este capitulo es que ha sido muy corto por lo demas muy bien,ademas esa intriga que te caracteriza siempre al final de cada capitulo que nos dejas siempre con las ganas de que pasará,y tendremos que esperar una semana para ver si lo averiguamos en el siguiente o no jeje
Un saludo a todos

Anónimo dijo...

Buen epi, si señor, intenso. Coincido con Jon, un poco corto pero bueno. A ver si ya me deja postear bien sin problemas, porque llevo posteando desde el epi nº 1 y quiero postear en todos. Un saludete