domingo, 9 de agosto de 2009

Episodio CII

Título: The Verbal Warfare

Tamaño: 7'5

Dedicado a: N/A

PD: Episodio ESTIMADO de fin de volumen =====> 108
Fecha de Publicación provisional (definitiva salvo imprevistos): 20 de Septiembre (lógicamente, dentro de 6 semanas xD)


Episodio CII

E

ntre Midgar y las ruinas, un chocobo avanzaba a toda velocidad atravesando el desierto dejando una estela de arena a su paso.

“Ya has comido todo lo que has podido, así que ya puedes correr – le dijo JesuCristo al chocobo – No he querido dejar a Peter solo en el hospital por si sufríamos un ataque enemigo, y venir montado en chocobo como si fuera carga no creo que sea lo mejor para su salud… En fin, me centraré… ¡Acelera chocobo! ¡Tenemos una tragedia que evitar!”

Al sur de las ruinas, no muy lejos de donde se encontraban los caballeros, los dos pueblos, al avanzar hacia el mismo punto desde direcciones opuestas, se divisaron mutuamente.

“Por fin dan la cara, y míralos, han venido todos juntos para matarnos, como si no hubieran tenido bastante con pedir a esos caballeros que maten a nuestro líder” dijo un árabe indignado.

“Menos mal que hoy se acaban todas las tonterías – dijo un viejo desenvainando su sable y lamiéndolo – Echaba de menos una buena batalla en vez de tantas mariconadas”.

Desde el otro lado, los comentarios eran bastante parecidos.

“Ahí están los que seguramente han hecho algo a nuestro mesías. Y como saben que les hemos descubierto, quieren acabar con todos nosotros para no dejar pruebas”.

“Hoy les demostraremos el poder de la verdadera fe”.

“¡¡Al ataque!!” exclamaron todos y corrieron hacia el bando contrario.

La luz cegadora producida por el brusco cambió de temperatura y la onda empezaba a remitir. Los dos caballeros pudieron empezar a descubrir el efecto de su estrategia retirándose poco a poco el brazo de los ojos. El caballero del fuego empezó a mirar desde el suelo. Divisó alunos pedazos de cristal diseminados por la arena y se sonrió. Sin embargo, su asonrisa duró poco, pues vio la base de la torre completamente intacta pocos segundos después, aún caliente y con el tono rojo fragua adornándola. Rápidamente miró hacia arriba pensando que todo su esfuerzo no había servido de nada y al fin supo la verdad. La parte superior de la torre había estallado, pero la inferior no, más o menos a la mitad de la torre había unos abruptos pinchos de cristal al final de la pared que servían ahora de cima, aún dando acceso al interior desde arriba, y una suave brisa acariciaba la zona.

“¿Lo has visto, Peter? Donde quiera que estés… Ahora tu conciencia ya puede descansar…”

“Tiene cojones… – dijo Reik – No hemos sido capaces de tirar la torre entera… Sólo ha estallado la parte que ha estado en contacto directo con mi onda de hiel. La base sigue en pie… No me siento satisfecho”.

“Pero ahora corre el aire. – Dijo el sacercdote – La barrera hacía de pantalla y desviaba las corrientes, el aire del interior estaba como en una habiotación cerrada. Es la primera vez que siento el viento desde que entramos, por lo que al final lo hemos conseguido”.

“La cima de la torre era la que estaba en contacto directo con la barrera. No importa si la torre entera era la fuente de alimentación o si había un generador más arriba o más abajo, cortando esa comunicación, la barrera no podía mantenerse. Sin embargo, no estoy de acuerdo contigo en una cosa – dijo extendiendo el brazo para lanzar una onda de nuevo – Aún no hemos ganado”.

“Es cierto, todavía falta lo que está en el interior. La torre aún está caliente, Reik. ¿Podrás hacer un nuevo agujero para que no tengamos que entrar por arriba?”

“Por supuesto que sí, ¿qué esperabas? Pero la temperatura ha bajado considerablemente, no será demasiado grande, ¡pero será lo suficiente!”

El caballero disparó de nuevo, en esta ocasión contra la base, creando un agujero de apenas un metro de diámetro. Desde él, observaron el interior de la torre. Sólo había una sala en el interior, ahora llena de cristales rotos. En medio de todos ellos, había un pedestal con un gran cofre en el centro, y sobre él, una extraña zona del un par de metros de diámetro, en la que la realidad se distorsionaba.

“Ahí está… – dijo el sacerdote – El dichoso tesoro”.

“¿Y qué es lo que hay encima? – preguntó Arturo frotándose los ojos – ¿O es que veo borroso por el cansancio?”

“No ves borroso. Es un portal”.

“¿Un portal?”

“Exacto – dijo Seagram saliendo de su interior y colocándose delante del cofre – Este portal era la única puerta de acceso al interior de la torre. Así entré yo, y así entró el tesoro”.

“¿Y si tenías una puerta de acceso, para qué tantos hologramas? Me parece un poco estúpido utilizar una imagen virtual pudiendo ir uno mismo en persona” dijo el caballero del hielo.

“Tenía prohibido utilizarlo mientras la torre siguiera en pie. Si me iba, alguien podría encontrar la otra entrada y robar el tesoro, a pesar de que el otro lado del portal está donde está”.

“¿Está donde está? – Dijo Arturo extrañado – ¿Qué significa eso?”

“No es necesario que sepas más. Ahora esa orden carece de validez, eso es lo único que importa” dijo mientras el portal se hacía cada vez más pequeño hasta cerrarse.

En ese momento llegaron corriendo Fidel, Jonyo, Pamela y Gabriel, y descubrieron la torre medio destruida y se encontraron de nuevo con sus compañeros.

“¡Ya estamos aquí!” volvió a exclamar la niña, abarcando todo el protagonismo.

“Aunque algunos mejor que otros” comentó Gabriel, que aunque despacito, ya podía moverse por sí mismo.

“A buenas horas, mangas verdes. Ya hemos terminado” dijo Arturo.

“¿Dónde están Peter y JesuCristo? – Preguntó Arturo – Los mandamos con vosotros”

“Peter fue quien derribó la torre que custodiaba el clan ShadowMoon, pero salió demasiado cansado y JesuCristo se lo llevo a Midgar para que descansara” explicó Pamela.

“Espero que estéis bien los dos” pensó el sacerdote mirando al cielo.

“Así que eras tú, Reik – dijo Jonyo al verle – Como no pude caer en que esa energía tan conocida era la tuya”.

“¡¿Qué has venido a hacer aquí, desertor?! – le saltó Fidel – ¡¿Ya se te ha acabado el dinero?!”

“Es tan bueno que se me ha olvidado reírme – contestó el caballero del hielo – Desde luego no he venido a ver tu cara”.

“Pues si no has venido a nada, ¡ya puedes largarte otra vez! ¡Bastante hemos tenido con que nos abandones una vez!”

“Más o menos lo mismo que vas a hacer tú en cuanto te creas lo suficientemente poderoso como para vencer a Mesa, ¿no? En el fondo sigues con los demás porque sabes que es la única manera de hacerte más fuerte, en la medida de lo posible, claro, porque cada uno se mueve dentro de un nivel”.

“¡No te creas superior! ¡Tú eres igual que yo! ¡Los dos buscamos venganza!”

“No me compares contigo, chavalín. Cuando ocurrió ese incidente, yo me marché de la ciudad, dejando atrás mi hogar, a mis amigos e incluso a mis padres, porque sabía que nada de lo que yo hiciera podría hacerles volver jamás. He querido dejar atrás mi pasado y empezar una nueva vida, pero por más que he huido, mi pasado siempre me ha perseguido sin descanso, hasta alcanzarme aquí, en medio de este viaje, por eso ya no puedo seguir con vosotros.

En cambio tú, como un niño enrabietado porque no consigue su caramelo, has abandonado a la razón, has cerrado todas las demás puertas que se te ofrecen, la más importante la de tus amigos, que han tratado de apoyarte y comprenderte en todo momento, mientras tú despreciabas su ayuda, y te has embarcado en una vendetta personal que poca relación guarda ya con lo que te ha sucedido”.

“¡No! ¡Yo sólo busco justicia!”

“Si tanta razón tienes, dime, ¿por qué Arturo no ha reaccionado igual? Que yo sepa a él le ha afectado de la misma forma. Los dos erais igual de cercanos a Isabel y Verónica”.

Fidel no contestó.

“Parece que no lo sabes. Pues yo te lo diré. Porque él sabe que no es necesario ir a por Mesa, ya que Mesa va a por vosotros, que tendrán que enfrentarse a él algún día y por tanto, no merece la pena tratar de adelantar un momento que sabes que va a terminar llegando inevitablemente, sino que es mejor prepararse para que cuando llegue, dar la talla. Tú no pareces comprender que aún no estás preparado, y que yendo detrás de él, lo único que conseguirás será que te maten a ti también”.

“¡Mientes! ¡Dime qué habrías hecho tú en mi situación! ¡¿Eh?! ¡¿Qué habrías hecho si hubieras visto morir a tus dos seres queridos con tus propios ojos?”

“Yo… Les habría salvado a los dos… No habría dejado que muriesen. Pero yo no tuve esa oportunidad…”.

“Siento interrumpir un momento tan bonito – dijo Seagram con dos balas de cañón en las manos – Pero no discutáis más, ya tendréis toda la eternidad cuando estéis en el otro barrio, ¡después de que os borre del mapa!”

Seagram consiguió atraer la mirada de todos, pero Fidel le miró con una atención especial.

“Lleva… Afro…” susurró temblando.

“¿Y qué pasa por que lleve afro? – Preguntó Pamela – ¿Es algo especial?”

“Ese estilo de peinado representa la bestia que hay en el corazón de todo hombre. No sé sabe si el afro hace al campeón o si el campeón hace al afro, es una pregunta que la ciencia moderna aún no ha sido capaz de responder, pero con ese afro, sus golpes pueden ganar…”

“No digas gilipolleces. Sólo es un peinado” dijo Reik.

“¡Ya veréis lo poderoso que es cuando nos enfrentemos a él! El afro no lo lleva cualquiera”.

“Aquí el único que se va a enfrentar a él soy yo – se impuso el caballero del fuego – Todos habéis tenido vuestros adversarios, vuestros enfrentamientos, o habéis tirado una torre. Creo que ya me toca…”

“Que remedio… Yo no puedo casi moverme…” dijo Gabriel.

“Yo quiero echarme un cigarro” dijo Reik.

“Yo tengo comer algo, con el estómago vacío no se puede…” dijo Jonyo.

“Yo no enfrento a gente que lleve afro, por lo mencionado antes…” dijo Fidel.

“No sé si debo alegrarme o enfadarme por lo que están diciendo…”

“No me importa si sois uno o varios, ¡el resultado será el mismo!” exclamó, y acto seguido lanzó una de las bala de cañón contra el caballero del fuego.

“¡Va a la misma velocidad que si la hubiera lanzado con un cañón!” exclamó Jonyo alarmado.

“¡Os lo dije! ¡Eso ha sido el afro!”

Arturo fue cogido por sorpresa y la bala impactó contra su cuerpo, le arrastró hasta los restos de un torreón y al impactar contra él estalló reventándolo desde dentro. Acto seguido, todos los escombros que había alrededor se precipitaron sepultando al caballero en lo más profundo de la arena.

“Se lo ha cargado…” dijo Pamela.

“Eso no basta para cargarse a Arturo – dijo Gabriel – Se nota que no le conoces”.

Una onda salió disparada del interior de los escombros directa contra Seagram y llevándose todo por delante y permitiendo salir al caballero de la prisión de piedra que lo retenía y avanzar al contraataque. Seagram despejó la débil onda con la mano y lanzó la segunda bala de cañón contra su objetivo.

“¡Dos veces ya no!”

Arturo se desvaneció un instante, la bala pasó de largo y volvió a aparecer. La bala estalló en el mismo sitio de antes, pero arrastró varias estatuas y cuadros al fuego tras pasar por lo que ya estaba destruido con la primera bomba.

“¡Eso es! ¡Deja que se destruyan las ruinas! ¡Ahora que no está la barrera, vuelven a ser un problema!”

“¡¿Y eso por qué?!” exclamó el caballero desenvainando su espada y asestando un corte vertical a su adversario.

“¡Muy fácil! – Exclamó Seagram bloqueando la espada con una granada que tenía en la mano – Aparte de porque todo está construido bajo la creencia de la religión, es decir, de una mentira, la barrera servía para evitar enfrentamientos entre los pueblos por asuntos religiosos. Ya que no sé les puede quitar esa estúpida fé, al menos había quitarles lo que la representaba, pero vosotros habéis destruido la única manera que había de evitar un conflicto por las buenas. Por vuestra culpa, tendremos que usar el plan de emergencia”.

“¿Qué te hace pensar que van a enfrentarse por todo esto? Nosotros conocemos a los tres pueblos y los vemos como gente civilizada, puede que algunos más que otros, pero no tan imbéciles como para matarse por algo así, ¡han cambiado!”

“No han cambiado en los miles de años que llevaba la religión gobernando el mundo, no lo van a hacer ahora. Sino espera y verás, ya deben estar de camino. Esa luz de vuestro ataque no era que se diga discreta”.

Seagram sacó la anilla de la granada y los dos se alejaron para evitar ser alcanzados por la explosión, que al final no fue gran cosa.

“Coincido contigo en que se ha construido bajo la mentira de la religión, pero mentira o no, es arte. A parte de símbolos religiosos, estas catedrales, estas estatuas, estos cuadros y todo lo que les rodea también representan el esfuerzo de aquellos que los crearon”.

“¿Arte? ¿Dices que todo esto es arte? Amigo mío, El arte es… ¡Una explosión!”

Inmediatamente, un montón de minas estallaron alrededor de Arturo, envolviéndole en una deflagración de la que no pudo salir.

“¡Jajajaja! ¡Uno menos!”

“¿¡Qué ha pasado con el hielo que hiciste antes, caballero? – le preguntó el sacerdote sorprendido al mirar al suelo y ver arena de nuevo – ¡Juraría que antes estaba aquí!”

“Se derritió con el ataque de fuego de Arturo… Creó que se sobró demasiado… Pero creo que no le ha pasado nada”.

Todos miraron a la nube de fuego. Todo iba bien hasta que de repente, en vez de seguir expandiéndose hasta disiparse, volvió hacia dentro girando como una espiral hacia un punto concreto.

“¿Qué está ocurriendo?” comentó Seagram desconcertado.

“Esto es lo que ocurre – dijo el caballero mientras empezaba a verse su cuerpo a través de las llamas – Tus bombas ya no me hacen efecto”.

Arturo mantenía una bola de fuego azul suspendida en el aire, y era ella la que absorbía todo el fuego de las explosiones.

“¿Y ese fuego azul? – Preguntó Jonyo – Como mola”.

“Arturo se vuelve cada día más fuerte – pensó Fidel mientras observaba la llama – Bueno, Arturo y todos – echó un vistazo a los demás – La Lanza del Relámpago de Jonyo, ese extraña diadema con la que la niña ha ganado a un adversario con el que ni Gabriel ha podido, o no ha querido poder, porque estoy seguro de que ese ataque secreto con el que destruyó la torre de madera podría vencer a cualquiera de nosotros, ¡y hasta me dicen que Peter ha luchado con JesuCristo! ¿Qué pasa con todo el mundo? Todos se hacen más fuertes menos yo… Sí, la otra vez vencí a Wancho, pero está vez he quedado completamente fuera de escena… Y para colmo tengo que aguantar que un desertor me eche la charla. Está claro que algo no va bien aquí…”.

“El fuego azul es más poderoso que el fuego normal, por eso todo el fuego que entra en contacto con una llama azul es absorbido sin remedio como si de un agujero negro se tratase, y refuerza su poder. Así que lánzame todas las bombas que quieras, las aceptaré encantado” explicó deshaciendo la llama una vez absorbido todo.

“¡Pero si no te da tiempo a crear una llama de esas características o terminas cansándote y siendo incapaz de generarla, no te servirá de nada”.

Volvieron a escucharse los cañones a lo lejos. Una decena de misiles embistió a Arturo desde diez direcciones distintas, y no estallaron hasta que los diez tocaron al caballero.

“¡Es inútil!”

Los diez misiles explotaron a la vez causando una gran onda expansiva que obligó a los presentes a poner bien los pies en el suelo y a sujetar a Pamela y a Shinkan para que no salieran disparados. De nuevo, las llamas remitieron y fueron absorbidas por una bola de fuego azul creada por el caballero.

“Parece que no lo entiendes. Yo soy el caballero del fuego. Si el fuego que creo se vuelve más fuerte, yo me vuelvo también más fuerte. Si el fuego que generó recupera sus fuerzas absorbiendo llamas menores, yo también recupero mis fuerzas. Desde el primer momento, no había manera alguna de que tú ganaras este combate”.

“Con que sí, ¿eh? ¡¡A ver que haces con esto!!” exclamó en posición apoteósica.

Toda la tierra empezó a temblar. Después se escuchó un gran estruendo que se iba acercando cada vez más. Todos miraron a todas direcciones hasta que Gabriel llamó la atención de los demás al divisar un extraño objeto en el cielo que se acercaba rápidamente. Se trabata de un gran cohete que avanzaba gracias a cuatro grandes propulsores en su parte inferior. Cada uno se alimentaba de una enorme llama y dejaba una extensa estela de humo que iba dejando huella del recorrido del cohete.

“Si eso explota, dará igual donde caiga – dijo el sacerdote – Moriremos todos…”

“Debe tener el tamaño de las torres periférica, más o menos como el trozo de torre de cristal que hay aquí delante” estimó Jonyo.

“Tengo miedo, Jonyo…” dijo Pamela.

“¿Qué vas a hacer, Arturo? – pensó Reik mientras seguía fumando el cigarro – Si dejas que explote, aunque nosotros podamos salvarnos, destruirá toda la zona, y puede que la isla entera”.

El caballero no perdió el tiempo y salió directo a enfrentarse contra el cohete. Se abrazó a él y trató de redirigirlo por la fuerza.

“Sabes que no tienes poder suficiente para absorber la explosión que generaría el cohete con tus llamas azules, y tratas de enviarlo en tora dirección para salvar las vidas de unos radicales que hasta secuestraron a vuestro compañero… Es patético, y además inútil – dijo cuando vio que estaba consiguiendo llevarlo hacia donde él quería, es decir, lo más arriba que podía en el cielo – Porque yo puedo hacerlo estallar por control remoto cuando quiera, ¡hasta la vista, caballero del fuego!”

Seagram sacó un control remoto con un único y gran botón rojo y lo pulsó sin dudarlo un segundo. El cohete estalló con una violencia sin igual, liberando una nube de fuego que tiñó el cielo de rojo en cuestión de décimas de segundos. Instantes después, la onda expansiva llegó al suelo, haciendo añicos todas las ruinas que había cerca, así como la mitad inferior de la torre de cristal que se mantenía en pie hasta ese momento. Además, fue capaz de tirar al suelo a los caballeros y no acabó con las vidas de Pamela y el sacerdote porque Jonyo y Fidel respectivamente les cubrieron con sus propios cuerpos. Por último, un fuerte viento levantó una nube de arena que cubrió a todos sin dejar rastro de vida aparente.

2 comentarios:

Jon dijo...

Muy bueno el capitulo si señor me ha parecido muy interesante y como siempre un final con intriga ya veremos haber que pasa y tu lo has dicho me mola el fuego azul jaja

Sólo ha estallado la parte que ha estado en contacto directo con mi onda de hiel.(hielo)
el aire del interior estaba como en una habiotación cerrada(habitacion)
una extraña zona del un par de metros de diámetro,(de un par)
al menos había quitarles lo que la representaba(habia que quitarles)
y tratas de enviarlo en tora dirección(otra)

Anónimo dijo...

=O!!! Dios que intrigaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!! Joder yo no quiero esperar para el siguiente!!!! Lo quiero ya!!!! Joder parece que es el fin de la saga... o no... xD, jejejeje