domingo, 2 de agosto de 2009

Episodio CI

Me ha gustado la iniciativa de avisar por MP de las publicaciones. Probé enviándome una a mí la semana pasada y ya comprobé que solo manda un enlace y el mensajito. Podría configurarlo para mandar la entrada entera y automáticamente, pero siempre tengo que hacer ajustes de presentación después de publicar, llegaría digamos una versión beta de la entrada, además si escribo sobre otra cosa (descargas, reportajes, etc...) también llegaría, sin olvidar problemas de velocidad y/o comodidad por el tamaño de las entradas (el peso ya no por que es todo texto). Así que si no hay inconveniente seguiré mandando las notificaciones de los capítulos por MP a los lectores on-line al día, y así no tengo que poner nada en el nick.

Título: Two Men Are Burning

Tamaño: 8'8 (Además de haber escrito la primera página del 102 y un par de párrafos del 103 ^^)

Dedicado a: N/A

Episodio CI

E

l holograma de Seagram reía mientras hacía explotar nuevas minas alrededor del caballero del fuego, imposibilitando su cometido. Reik, ofendido, saltó hasta donde estaba, sacó la espada y trató de cortarle, traspasando el holograma.

“¿Qué haces? ¿Tratas de herir a una imagen virtual?”

“No soy tan tonto, pero cabía la posibilidad de que si un cuerpo entraba en medio de la transmisión, se crearan interferencias y no pudieses ejecutar tus ataques con la misma precisión”.

“Sí, eso pasaba, ¡pero con la tecnología de hace medio siglo!”

“Yo química 90%, informática 10%”

“Ya se ve, ya se ve…”

“Si su cuerpo real está dentro de la torre, no puedo hacer nada para impedirle atacar desde aquí – dijo contemplando al caballero del fuego huyendo de un lado para otro, mientras las bombas explotaban por donde pasaba, impidiéndole realizar cualquier otro movimiento – Parece que sólo hay una manera de cubrirle…”

“¿Qué pasa? ¡Jajaja! – Reía Seagram – ¿Huir es lo único que te enseñaron?”

El caballero trataba de librarse de las explosiones como podía, per eran demasiado rápidas y numerosas como para evitarlas todas. En muchas ocasiones, Seagram se adelantaba a sus movimientos y explotaba una mina en la dirección en la que huía el caballero, que trataba de corregir la trayectoria, pero la onda expansiva le emnpujaba irremediablemente a otra zona donde le esperaba un nuevo cúmulo de explosiones. No tardó en caer al suelo de nuevo, empujado por una sacudida de ondas expansivas y deflagraciones.

“Y ahora el toque final…”

Una serie de pitidos intermitentes empezaron a escucharse en los alrededores del punto donde estaba el caballero. Los pitidos se hacían cada vez más intermitentes, y Arturo sabía por propia experiencia que cuando se volvían pitidos continuos las minas estallaban. Trató de levantarse, pero su enemigo había logrado mermar suficientemente sus fuerzas. El pitido ya era casi continuo y el caballero emepzaba a ponerse nervioso.

“¡Si no puedo escapar con mis brazos y piernas, escaparé con mi energía!”

Lanzó una onda de energía contra el suelo, impulsándose hacia el cielo. Además, las minas estallaronun instante después de que el caballero saliera disparado, por lo que la onda expansiva de las explosiones le impulsó aún más arriba.

“Buen truco, pero no has hecho más que ganar tiempo…”

Cuando empezó a descender, el caballero pudo observar la situación desde otra perpesctiva. Desde el cielo, Arturo pudo ver una infinidad de puntos lucecitas rojas dispersadas por toda la zona.

“¿Cada una de esas luces es una mina? Desde el suelo no se ven…”

“¡Exacto! ¡No importa donde caigas! ¡Haré explotar todas las minas que haya cerca!”

“En ese caso… ¡Prefiero hacerlo yo! – Arturo lanzó una lluvia de bolas de energía contra una zona en concreto, reventando voluntariamente todas las minas del perímetro y así poder aterrizar – ¡¿Qué te parece eso?!”

“Me parece un gasto inútil de energía” dijo convencido de sus palabras.

Según se apagaban las luces de las minas que hacía explotar, podía ver cómo se encendían luces nuevas en lugares cercanos, supliendo las bajas.

“Pero… ¿qué pasa aquí?”

“Ya te lo dije, esto es una zona de máxima seguridad. El subsuelo está repleto de minas en varios niveles. Si explota la mina que está más cerca de la superficie, automáticamente sube la del nivel inferior, no importa cuantas detones, ¡siempre aparecerán más y más!”

El caballero, rendido, aceptó su derrota y dejó que la gravedad le arrastrara hasta su final. Cerró los ojos para no encontrarse cara a cara con la muerte y se concentró en disfrutar de la caída. Contrario a lo que pensaba, el golpe contra el suelo no fue seguido de la explosión, y además notó que se resbaló con el impacto, cayendo en peor postura y haciéndose mucho más daño.

“¿Qué pasa aquí? ¿Qué es esto? – El caballero palpó el suelo y lo notó frío y liso. Abrió los ojos y para su sorpresa, toda la superficie hasta donde le alcanzaba la vista, estaba cubierta de hielo – No será que…”

Reik estaba a su lado, ignorándole completamente y mirando a Seagram.

“¿Qué me dices de esto, chaval? Al poner las minas bajo la arena en vez de bajo un falso suelo, congelando la arena también congeló el primer nivel de las bombas, haciéndolas completamente inútiles”.

“No está mal…” dijo Seagram.

“Ya que me has salvado podrías haberme cogido para evitarme el golpe contra el hielo” dijo el caballero al levantarse.

“No digas tonterías, yo no cojo a rendidos. Ahora toma esto – dijo lanzándole una botella – Es una bebida energética inventada por mí, la llamo Reik Bull. Te ayudará a recobrar las fuerzas”.

“¿Reik Bull? Esto, no estoy seguro…”

“¿Quién es el que sabe cocinar aquí? ¡¡Bebe y calla!!”

El caballero cogió aire y se bebió el contenido de la botella sin respirar, pero no pudo evitar notar después un extraño sabor a jarabe para la tos en la boca.

“Puagghhh… ¿Qué llevaba esto?”

“Si te lo dijera entonces sí que no querrías tomarlo. Lo importante, ¿te sientes mejor?”

“Pues… – el caballero había estado tan centrado en el sabor de la bebida, que hasta el momento no se había percatado de sus efectos – La verdad es que sí. No estoy perfecto, pero sí noto bastante mejoría”.

“Perfecto. Bien, ahora a lo que hay que ir. He neutralizado las minas del suelo, pero seguro que tiene algún otro as en la manga. Yo te cubriré a partir de ahora, pero necesito que calientes esa torre lo más que puedas como sea”.

“Parece que al final tendré que usar eso…”

“¿Tienes algo nuevo que mostrar? Espero que no sea la misma llamarada pero con una forma diferente”.

“No, no es eso, pero tampoco es una gran mejora. Ahora lo verás”.

“Si creeís que por haber neutralizado las minas tenéis controlada la situación, estáis completamente equivocados”.

Se escuchó el sonido de unos cañones a lo lejos, después un silbido y a los pocos segundos una veintena de misiles y granadas aparecieron en el cielo, directos hacia ellos. Mientras miraba, Seagram agarró una de las granadas que pasaron cerca de él y la lanzó con sus propias manos. El caballero del hielo no esperó ni un segundo y saltó hacia todas.

“¡Mierda! ¡¿Desde donde las estará lanzando?!” exclamó mientras cortaba un misil por la mitad con la espada.

“Si es un holograma, ¿cómo es que puede coger la bomba con la mano? La otra vez hizo lo mismo”.

“Porque en realidad no la está cogiendo, caballero – le explicó el sacerdote – La bomba lleva unos micropropulsores que la hacen teledirigida. De esa forma, no solo puede levitar como si pareciera que esta en su mano, sino que además puede simular que te la lanza, o engañarte haciéndote creer que cuando caiga al suelo no se moverá de ahí”.

“¿Cómo sabes todo eso?”

“Es un pequeño hobbie que tengo, ahora que me estoy haciendo mayor, me gusta experimentar con las nuevas tecnologías. Aprendes cosas muy interesantes”.

“Ya veo… Bueno, es mi turno deactuar. A ver si puedo hacer eso de nuevo”.

El caballero se concentró, extendió el brazo con la mano mirando mirando hacia arriba y generó una llama sobre la palma, pero aquella llama era diferente de las que había creado hasta ahora.

“Esa llama… – dijo el sacerdote – Es azul…”

“Me ha salido… No estaba seguro de conseguirlo, pero al final ha sido que sí. Esta llama me salió sin querer cuando me atacaron los habitantes de Tolbi estando deambulando solo por el desierto. Desde entonces no había vuelto a probar”.

“¿Sabes qué significa esa llama?”

“No sé exactamente cómo la he creado, pero sí sé que es más fuerte”.

“Esa llama es un fuego tan auténtico como el original de color naranja. Si te fijas, al encender una cerrilla por ejemplo, la parte inferior de la llama es de color azul, porque es la más caliente y la que más oxígeno aprovecha. Según va perdiendo fuerza al haber consumido ya parte del oxígeno pasa a ser de color naranja y cuando ya no le queda oxígeno y por tanto, poder, se vuelve amarilla, como en el punto más alejado de la cerilla. Si tu tienes toda la llama azul significa que has conseguido sacar el máximo poder a tu elemento”.

“La primera vez que me pasó, pensé que la temperatura tan elevada del desierto estaba potenciando mi llama, y que no me volvería a ocurrir una vez saliera de esta isla”.

“Es posible que eso tenga algo que ver, seguramente haya sido la chispa que ha hecho prender la llama, nunca mejor dicho, pero te aseguro que tus habilidades y tu nivel actual también han tenido mucho que ver. Ahora, ¡veamos que sabe hacer esa llama!”

El caballero proyectó una llamarada azul contra la base de la torre para comprobar su efectividad. Sólo con el contacto, ya empezó a salir vapor del cristal, y a los pocos segundos el cristal ya había cogido el mismo tono que coge una espada cuando el herrero le está forjando en la fragua.

“Que poder… Y con solo unos segundos de contacto…”

“Pero apenas has calentado una centásima parte de la torre. Aún con el fuego azul, tardarás un rato en tenerla a punto”.

“¡¡Eh!! ¡¡Vosotros dos!! ¡¡¿Queréis parar de hablar y hacer algo útil?!!” les gritó el caballero del hielo a la vez que destruía dos misiles y tres granadas con dos ondas.

Seagram lanzó una pequeña granada de forma disimulada cerca de Shinkan, que escuchó el sonido de la pequeña bomba al caer sobre la arena. Se quedó paralizado, como si viera el final, y sus ojos vieron el principio de la explosión. Parpadeó y al abrir de nuevo los ojos, el caballero del fuego ya se lo había llevado volando.

“Como comprenderéis no voy a dejaros tranquilos después de lo que acabo de ver”.

“Joder… – Arturo esuchó de nuevo el sonido de los cañones y el silbido de los misiles acercándose. Cuando se quiso dar cuenta, tenía una decena de ellos encima persiguiéndole – ¡No puedo proteger a Shinkan y protegerme a mí al mismo tiempo!”

El caballero optó por porteger a su acompañante y destruyó los misiles que venían por su lado con una onda, cuando se quiso girar para destruir los que le amenazaban a él, ya estaban demasiado cerca. Seagram vio explotar los misiles desde donde estaba sentado y creyó haber acertado de lleno en el objetivo, pero al despjearse el humo vio al caballero de espaldas con una quemadura en la espalda.

“Reik… Nos has protegido…”

“Deja de darme problemas moviéndote de un lado para otro y calienta la torre de una vez”.

“Vaya… Parece que no he atendido bien la demanda del producto. No os preocupéis. Si hay misiles para todos.”

Los cañones volvieron a disparar, en esta ocasión una cantidad mayor, y se dividieron en dos grupos, uno dirigido a Arturo y otro a Reik.

“Si crees que nos vas a impedir derribar esa torre, ¡vas listo!” exclamó Fidel con total optimismo, a pesar de que tenía siete misiles encima desde siete direcciones distintas.

El cabellero cortó en dos mitades simétricas un misil que estaba más cerca que los demás, y ambas partes avanzaron unos metros sin explotar hasta chocar contra un nuevo misil cada una. Destruidos tres, el caballero ya tuvo espacio para esuivarlos demás, y dos de ellos chocaron entre sí al tratar de perseguirle. Únicamente tuvo que lanzar una onda con cada mano para acabar con los dos restantes.

Arturo, habiendo dejado ya a salvo a Shinkan, optó por algo más sencillo. Extendió los brazos y lanzó una onda de choque a su alrededor, comprimiendo los misiles y provocando así su explosión, lejos de su persona.

“Está bien… No sé que ha pasado pero creo esa bebida, Reik Bull me parece que se llamaba… además de recobrarme las fuerzas me ha recobrado los ánimos. ¡Calentaré esa torre con mi próximo ataque!” exclamó subió al cielo tanto como pudo.

“No sé que pretendes, pero no funcionará. Mis misiles puedes superar los 9000 metros de altitud”.

Los cañones se dispararon de nuevo y esta vez toda la ráfaga de misiles fue directa hacia el caballero. A pesar de que los misiles subían, el caballero se envolvió en fuego azul y comenzó a descender pareciendo un meteorito algo exótico. Según descendía, la estela de fuego que dejaba a su paso iba tomando forma, hasta fomar una especie de ciempiés de fuego azul que engulló los misiles y los consumió con tal rapidez que no les dio tiempo a estallar.

“¡¡¡Escolopendra!!!” se escuchó desde el interior.

El ciempiés de fuego se enrolló alrededor de la torre, frotando toda la pared, y presionando hasta quemar hasta el interior, como una serpiente estrangulando a su presa antes de devorarla. De nuevo, no tardó en salir un intenso vapor de toda la torre y pronto apareció en la pared un rojo fragua que le daba un toque de personalidad a la torre.

“Así parece el indicador de un burdel en una carretera…” comentó el caballero del hielo.

La Escolopendra remató la faena engulliendo la torre de arriba abajo tratando de quemarla directamente y evitar la intervención del caballero del hielo, pero no fue capaz de ir más allá de cambiarla un poco de color.

“¡La torre está tan caliente que ha estropeado el dispositivo holográfico! – Dijo mientras notaba que había interferencias – ¡No puedo mantener la transmisión! Pero no importa que no esté presente ni cual sea vuestro plan… ¡Esta torre no caerá!” exclamó finalmente y el holograma se desvaneció.

“Eso lo veremos…”

Pasados unos minutos, el fuego terminó apagándose y Arturo apareció y pisó tierra aliviado.

“Ya está, Reik, ¿Y ahora qué?”

“Ahora la vamos a enfriar”.

“¡¿Cómo que la vamos a enfriar?! – Gritó ya algo enfadado – ¡¿Después de lo que me ha costado tostarla?!”

“Sí, pero no. Todo el mundo sabe que el cristal es muy sensible a los cambios bruscos de temperatura. Cuanta mayor diferencia haya, en más pedacitos estallará” explicó mientras preparaba una de sus ondas fusionadas con el poder del hielo.

“¿Funcionará?”

“No sé si destruiré la torre entera, pero sí la zona que entre en contacto directo con el hielo, es decir, la zona a donde dispare”.

“Es decir…”

“¡La zona que está en contacto con la barrera! ¡La cima de la torre!” exclamó y lanzó la onda de hielo extendiendo el brazo con rapidez.

La onda era de color turquesa, y avanzaba con la forma una estrella fugaz invertida, más ancha por la parte en la que el caballero disparaba, y más estrecha hasta acabar en punta redondeada por la parte que avanzaba hacia la torre. Finalmente impactó violentamente contra la cima, liberando una luz cegadora que impedía ver el resultado final.

“¡¡A tomar por culo!!” exclamó Reik sin saber aún qué había pasado.

Fidel, llevando a Gabriel a cuestas, Pamela y Jonyo, corrían hacia la torre central para encontrarse con Arturo y Shinkan, cuando una intensa luz que venía de la cima de la torre les llamó la atención.

“Algo está pasando en la torre de cristal” dijo la pequeña.

“¡¿No me digas?!” exclamó Fidel cubriéndose los ojos para que no le cegara la luz.

“Ahora que estábamos tan cerca… – dijo Jonyo – Espero que no les haya pasado nada a loa demás”.

Sin cesar la luz cegadora, los jóvenes pudieron observar cómo la cúpula de la barrera se iba rompiendo en pedazos sobre sus cabezas, y los cristales en los que se iba descomponiendo caían dejando la estela de su propia destrucción.

“¡Lo han conseguido! – Exclamó Fidel – ¡Arturo y ese viejo lo han conseguido!”

“Recuerda que hay alguien más con ellos – dijo Jonyo – No sabemos si esa última ha tenido algo que ver. Si ha sido de ayuda o si ha tratado de impedírselo”.

Pamela alzó la mano y agarró uno de los cristales de energía de la barrera, que se iba deshaciendo poco a poco. Cerró el puño y el polvo de energía en que se convertía se le escapó entre los dedos.

“Nunca pensé que llegaría este día…”

“Entonces ya no hay prisa, ¿no? – Dijo Fidel – Ya hemos ganado”.

“No des nada por supuesto, Fidel – le susurró Gabriel – No sabemos si esto arreglara algo o si empeorará aún más las cosas. Ahora es cuando más alerta debemos estar”.

“Pues no perdamos más tiempo…” dijo Jonyo y todos continuaron avanzando.

En la zona este, los habitantes de Tolbi habían estado esperando durante más de treinta minutos y la barrera aún no se había desvanecido.

“¡Vamos! – Gritó el acusador – ¡Ya ha pasado más de media hora y nada! ¡Está claro que ese niño nos estaba tomando el pelo a todos! ¡Que pague!”

“¡Dale un poco más de tiempo! ¡Esto aún no significa que haya mentido!”

“¡Tonterías! ¡Si no quieres matarlo! ¡Yo mismo lo haré! ¡No se puede utilizar la palabra de Alá en vano!”

“Está bien… Detente. Lo haré yo”.

El hombre se acerco a su hijo conteniendo las lágrimas y le dio un último abrazo.

“Papá… ¿No irás a…?”

“Hijo mío, lo siento… – dijo sacando un cuchillo del interior de su túnica – Cumplí mi labor como padre y confié en ti hasta el final, pero no ha servido de nada. Has mancillado el honor de nuestra familia, y pagarás por ello, por mucho que me pese acabar con mi propio hijo…”

“¡Padre! ¡Os lo juro! ¡Dije la verdad!”

“Es tarde para súplicas…” sentenció alzando el cuchillo.

“¡¿Vas a matar a tu propio hijo por algo así?!” exclamó la madre llorando.

“Calla, mujer. Esto no tiene nada que ver contigo”.

El hombre cerró los ojos y dudó durante un instante.

“Perdóname, hijo, y perdóname, Alá…”

De pronto la mujer notó una fuerte luz a su espalda. Se giró y vio cómo la barrera emepzaba a desaparecer rompiéndose en los cristales de energía que la forman, desde el centro hacia fuera.

“¡Detente! ¡Rápido!”

“¡¡Es demasiado tarde!!” exclamó el hombre, que al mantener los ojos cerrados, no había visto lo que ocurría.

La mujer veía cómo el cuchillo se acercaba a la garganta de su hijo a la vez que la pared de la barrera se iba descomponiendo de dentro hacia fuera. Horrorizada, terminó llevándose las manos a la cara y se giró para no ver tan dramática escena. No tardó en escucharse el sonido del cuchillo impactando contra algo, pero no se escuchó el desgarro de la carne ni el grito del pequeño, sino el de un choque seco.

“¿Lo… Lo he hecho?” pensó el hombre abriendo un poco los ojos.

Su vista estaba nublada por la edad, y tardo un poco en ver la realidad tal como es. Un pequeño pedazo de los cristales desprendidos de la barrera había interrumpido la trayectoria del cuchillo, salvando la vida del muchacho, que se había quedado de piedra al otro lado, llorando en silencio. El cristal no tardó en desvanecerse por falta de energía y el cuchillo se quedó a escasos milímetros de la garganta de su objetivo.

“Alá… Desde el principio tú no querías que le matara… Sólo me estabas probando, ¿verdad?”

El hombre bajo el arma. Todos se giraron lentamente hacia donde, desde que tenían memoria, había estado una barrera que les impedía el paso hacia su cultura, y donde ahora estaba el acceso completamente libre.

“El chico decía la verdad… – comentó su acusador avergonzado – Y casi muere por mi culpa…”

“No está… En verdad no está…” dijo un hombre tratando de tocar el límite donde comenzaba la barrera.

“Al fin, después de tanto tiempo… Podemos entrar”.

“Sí… Y nuestro líder nos espera”.

Al contrario que el pueblo musulmán, los creyentes cristianos se habían quedado rezando en espera de la apertura de la barrera. La luz cegadora les hizo levantar la vista y de pronto vieron como la pared de la barrera se iba descomponiendo en millones de cristales de energía que fueron desintegrándose según caían al suelo como una lluvia plateada. Los miembros del clan Bledding Hollow se quedaron

“Esa luz… Era una señal divina” dijo una mujer.

“Y que haya caído la barrera un milagro” dijo un hombre.

“Al fin la suerte sonríe a nuestro pueblo… – dijo uno creyéndose el líder en funciones – No se precoupes, JesuCristo, le salvaremos y acabaremos este conflicto de la única manera posible, ¡acabando con nuestros enemigos!”




PD: Comprendes ahora por qué no te hice caballero del fuego azul??? xD

Moraleja de hoy: Si alguna vez se os queda un plato de cristal en la vitrocerámica que ya habéis apagado pero que aún está caliente, no tratéis de enfriarlo después con agua del grifo, os lo digo por propia experiencia xD

2 comentarios:

Jon dijo...

jajajaja muy bueno si señor, ahora lo comprendo gracias,me ha gustado mucho pero aun asi me cuesta creer que se haya destruido esa torre tan facilmente y una cosa mas has cambiado un nombre por otro cuando corta los 7 misiles que iban hacia reik has dicho que los cortaba fidel

El caballero trataba de librarse de las explosiones como podía, per eran demasiado rápidas(pero)
pero la onda expansiva le emnpujaba irremediablemente a otra zona(empujaba)
El pitido ya era casi continuo y el caballero emepzaba a ponerse nervioso.(empezaba)
Además, las minas estallaronun instante después (estallaron un )
Seagram vio explotar los misiles desde donde estaba sentado y creyó haber acertado de lleno en el objetivo, pero al despjearse el humo vio(despejarse)
Destruidos tres, el caballero ya tuvo espacio para esuivarlos demás(esquivarlos)
Mis misiles puedes superar los 9000 metros de altitud”.(pueden)
“Ahora que estábamos tan cerca… – dijo Jonyo – Espero que no les haya pasado nada a loa demás”.(a los)
De pronto la mujer notó una fuerte luz a su espalda. Se giró y vio cómo la barrera emepzaba a desaparecer rompiéndose(empezaba)
No se precoupes, JesuCristo, le salvaremos y acabaremos este conflicto (no te preocupes)
Un saludo a todos
P.D Habia unos pocos fallos

Anónimo dijo...

Mu buen episodio!!!! si señor muuuuuuuu bueno, aunque el final no me ha gustado mucho mucha palabrería jejejejeje.

Un saludo